La Associació Antic Gremi de Revenedors 1447, heredera directa del histórico Gremi de tenders i revenedors de Barcelona, tiene, como toda institución de origen medieval, una vinculación importante con la religión. De hecho, la entidad fue fundada en 1447 bajo la advocación de San Miguel Arcángel y todavía hoy en día la asociación tiene capilla propia en la basílica de Santa Maria del Pi, un espacio que era la sede del Gremi antes de que se trasladara a un nuevo edificio situado en la misma plaza del Pi, en el corazón del Barri Gòtic de Barcelona. Asimismo, entre los tesoros de esta más que centenaria entidad, se incluye una sorprendente colección de reliquias que poca gente sabe que están en Barcelona.
Hace falta tener presente que, según la RAE, una reliquia es "una parte del cuerpo de un santo" o bien "aquello que por haber tocado el cuerpo de un santo es digno de veneración", es decir, objetos tangibles, que pueden ser fragmentos de huesos o dientes, por ejemplo, que habrían pertenecido a algún santo, o también objetos relacionados con ellos y, por extensión, también con los protagonistas principales de la religión cristiana, como el mismo Jesucristo o la Virgen. Las reliquias han sido secularmente objetos de veneración y muchas iglesias los tienen. Por ejemplo, en la catedral de Barcelona se conservan reliquias de Santa Eulalia y es mundialmente conocido que en Turín se conserva el Santo sudario, la tela de lino que habría cubierto a Jesús en el sepulcro.
Durante la edad media, conseguir y conservar reliquias se convirtió en una tarea muy importante para la sociedad del momento, tanto para la religiosa como para la civil, ya que en aquellos tiempos la religión impregnaba todos los aspectos de la vida. Es por eso que no tiene que extrañar que un gremio medieval tuviera el mismo afán que cualquier otra entidad del momento a reunir su propia colección. Más sorprendente, si de caso, es que esta colección se haya conservado parcialmente hasta la actualidad, pero el hecho es que la Associació Antic Gremi de Revenedors 1447 todavía tiene la suya, con piezas insólitas.
Objetos de devoción de improbable autenticidad
Francesc Sendil, 66 presidente de la entidad en línea directa desde 1447 hasta la actualidad, no esconde su escepticismo a la hora de mostrar la colección, porque hay que tener en cuenta que se trata objetos de devoción pero con una improbable posibilidad de autenticación histórica. Con la misma cara que pone fray Guillermo de Baskerville cuándo explica a su discípulo en la película 'El nombre de la rosa' que se conservan dos cráneos de san Juan Bautista, uno de adulto y el otro de cuando era pequeño, Sendil reconoce que hay que mantener "distancia" con las reliquias de la entidad. Eso sí, entre fragmentos de tela, pequeños huesos y otros objetos diminutos, resaltan dos piezas muy especiales.
El primero de ellos es un conjunto de fragmentos de la Vera Cruz, es decir, pequeños trozos de la cruz que se utilizó para crucificar a Jesucristo. El fragmento está engastado dentro de una cruz metálica y hay que suponer que en su momento fue un importante objeto de veneración y devoción religiosa. Ahora bien, el mismo Sendil reconoce que si se reunieran todos los fragmentos que hay esparcidos por el mundo, "quizás se podrían hacer unas cuantas cruces." Y es que la Vera Cruz es seguramente la reliquia más importante del mundo cristiano, con una historia que empieza con el sorprendente hallazgo en el año 326 en Jerusalén por parte de la emperatriz Helena de Constantinopla y que se convierte posteriormente en símbolo de los cruzados. Durante la edad media, fragmentos de esta cruz llegaron a muchos puntos de occidente, donde se conservan un montón.
La otra reliquia, que por su carácter de insólita Sendil define como la "joya de la corona", es un pequeño frasco que contiene, atención, leche materna de la misma Virgen. O al menos así lo creían las personas que lo consiguieron para el Gremi y lo conservaron. Incluso se cree que fue el apóstol Bartolomé el que habría recogido el alimento maternal en un frasco cuando la Virgen amamantaba al niño Jesús. Cierto o no, el hecho es que el Gremi conserva el frasco. Todavía más, Sendil apunta que la colección también incluía una pieza que ha desaparecido: "un prepucio". ¿Y de quién sería ese prepucio? "Del niño Jesús", responde.
En todo caso, más allá del escepticismo e incluso de la perplejidad que pueda generar la existencia de estos objetos, lo cierto es que su conservación no solo hace que sean parte del patrimonio de Barcelona, sino que son una muestra más del legado histórico que representa la Associació Antic Gremi de Revenedors 1447, la entidad más antigua de Barcelona.