Alumnos del Instituto XXV Olimpiada han colocado este miércoles un adoquín de memoria stolpersteine delante de la casa donde vivió Francesc Boix Campo, en la calle de Margarit, 17, del Poble-sec, en reconocimiento de la figura del fotógrafo de Mauthausen, ya que Boix, internado en este campo de concentración nazi pudo documentar fotográficamente las torturas y las condiciones infrahumanas en que vivían los deportados y dio testimonio en el Tribunal Internacional de Núremberg donde se juzgaron los crímenes contra la humanidad perpetrados por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Posteriormente, también aportó a su testimonio gráfico al Tribunal americano de Dachau.
Boix, nacido en Barcelona el 31 de agosto de 1920 se afilió de joven a las J.S.U.C. y trabajó para la revista 'Juliol' como fotógrafo hasta que fue a luchar como voluntario en la 30 División. La derrota lo llevó hacia Francia donde pasa por los campos de Vernet y Sètfonts donde fue destinado a la 28 Compañía de Trabajadores Extranjeros. Detenido en los Vosgos y después de pasar por diferentes Frontalags i Stalags fue llevado a Mauthausen el 27 de enero de 1941. Participó dentro del campo en la tarea de robos de negativos. Participó como testigo en los juicios de Núremberg y Dachau y a causa de su deteriorada salud a consecuencia de su paso por Mauthausen murió en París el 7 de julio de 1951.
La colocación del adoquín forma parte de la primera experiencia del proyecto Stolpersteine Barcelona, coordinado por la concejalía de Memoria Democrática junto con las amicales de Mauthausen y de Ravensbrück, y que ha implicado a los estudiantes de cuarto de ESO y primero de Bachillerato del Institut XXV Olimpiada de la Font de la Guatlla, Quatre Cantons de Sant Martí y Francisco de Goya de Nou Barris. El alumnado de estos centros ha trabajado durante los últimos meses con las amicales y los familiares de los deportados y deportadas para recuperar las biografías de estas personas que, a partir del censo de las amicales, se sabe que vivieron en la ciudad y que sufrieron la deportación.
La semana pasada, la alcaldesa, Ada Colau, y el concejal de Memoria Democrática, Jordi Rabassa, entregaron a los alumnos los nueve adoquines Stolpersteine que ahora se están colocando con actos de memoria delante de las casas donde vivieron las personas deportadas. Cada adoquín lleva el nombre de la persona, la fecha de nacimiento, de exilio, de deportación, e indica si murió o si sobrevivió. Así, aparte de la dedicada a Boix, para los próximos días están previstas colocaciones de otros stolpersteine.
Más adoquines los próximos días
Así, a mediodía de este jueves, 26 de mayo, en la calle Tenor Masini, 99, de Sants, se colocará un adoquín en homenaje a Carme Boatell Teixidó, nacida en Barcelona el 28 de julio de 1911. Cruzó la frontera francesa en la fase final de la Guerra Civil y posteriormente se integró en un grupo de la Resistencia en Marsella hasta ser detenida y llevada a la prisión de la Baumette. El mes de junio de 1943 fue trasladada a Ravensbrück y poco tiempo después en Leipzig donde trabajó en una fábrica de armamento. Sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial y murió en Perpinyà el 31 de mayo de 1976.
Este viernes, también a las 12 del mediodía, en la calle Daoiz i Velarde, 38, de Sants se colocará otra stolpersteine, esta vez en memoria de José Alcubierre Pérez. Nacido en Barcelona el 9 de mayo de 1924, a principios de febrero de 1939 pasó la frontera por la Jonquera con su familia y de allí fueron a parar al Voló desde donde fue transportado en la ciudad de Angulema donde permanecieron hasta la invasión alemana. Un año después fue deportado a Mauthausen donde recibió el número de matrícula 4100. En 1944 fue encuadrado en el Kommando Porschacher donde jugó un papel destacado en el camuflaje de las fotografías robadas del laboratorio fotográfico por los republicanos que trabajaban allí. Después de la liberación continuó en el exilio francés y se estableció, definitivamente, con su familia en la ciudad de Angulema.