El estreno de una nueva ruta aérea internacional entre el aeropuerto del Prat y la ciudad china de Shenzen -con más de 12 millones de habitantes y situado justo al lado de Hong Kong- ha servido este lunes por la mañana para que el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, defienda una vez más su apuesta para favorecer la ampliación del aeropuerto de Barcelona, una posibilidad planteada por AENA que quedó bloqueada por la negativa del anterior gobierno municipal de la capital catalana, comandado por Ada Colau, a pesar de contar con el posicionamiento favorable de los socialistas. Ahora, con el PSC gobernando en solitario, Collboni insiste en agrandar el aeropuerto a pesar de la negativa de los comunes, formación que aspira a entrar en el gobierno municipal.
En este sentido, Collboni ha asegurado este lunes que la nueva ruta aérea, operada por Shenzhen Airlines, pone de manifiesto "lo que ya es una evidencia", es decir, que Barcelona necesita ampliar el aeropuerto del Prat para que "esté a la altura de su ambición" como ciudad "próspera, diversa, con oportunidades para todo el mundo y con una economía diversificada". "Necesitamos y trabajaremos para tener un aeropuerto que haga posible crecer en vuelos directos intercontinentales para defender este modelo de ciudad y de país", ha añadido al alcalde. Estas declaraciones, sin embargo, han provocado la reacción inmediata de Barcelona en Comú, de la mano de la concejala y exsegunda teniente de alcaldía, Janet Sanz.
"Lo que es urgente en el siglo XXI es adaptar nuestras infraestructuras (todas) a la emergencia climática y no masificar turísticamente nuestras ciudades", ha afirmado Sanz en un tuit en la red social X -antiguo Twitter-, donde ha añadido que "si Collboni y el PSC utilizaran el mismo tiempo y energía al defender unas Rodalies del siglo XXI otro gallo cantaría". De esta manera, Sanz ha reiterado la oposición de los comunes a ampliar el aeropuerto del Prat, un punto de divergencia recurrente entre las dos formaciones, pero que, en el actual contexto, puede suponer un escollo importante a la hora de negociar la entrada de los comunes en el gobierno municipal.