La conversión de cuatro calles del Eixample de Barcelona en ejes verdes dentro del Modelo Supermanzana está prácticamente finalizada, con intervenciones finales como la regulación a través de señales identificativas de los espacios que podrán ocupar las terrazas. Con todo, hay un tramo que todavía va más retrasado a causa de las intervenciones arqueológicas, es el de la calle Girona entre Mallorca la avenida Diagonal, donde en febrero afloraron restos que inicialmente se atribuyeron a una masía pero que ahora, al completarse la intervención, se han identificado como los cimientos del antiguo convento de los Caputxins de Montcalvari, construido a partir de siglo XVI.
En este tramo de la calle Girona, por razones logísticas se hizo una primera intervención en el lado Llobregat a principios de año, en las que se encontraron restos que inicialmente se identificaron con una masía, pero la segunda fase de la intervención, en el lado Besòs, ha permitido a los arqueólogos confirmar una de las hipótesis señaladas en febrero, que la masía estaba de alguna manera vinculada al convento, del cual se sabía su existencia pero no la ubicación exacta. Ahora, los últimos hallazgos confirman el carácter religioso de las estructuras localizadas, identificadas inicialmente como restos de una masía.
Según ha señalado este jueves el Institut de Cultura (ICUB), los restos localizados durante esta segunda fase de la intervención arqueológica, así como los materiales de carácter religioso que se han exhumado, como fragmentos de una pila benditera y una lápida con una cruz, parecen confirmar la hipótesis planteada tímidamente durante la primera fase, según la cual se trata de los restos del convento de los capuchinos de Montcalvari, construido a partir de 1578. Hay que tener en cuenta que en aquella primera fase se localizaron restos de porcelana china de la dinastía Ming, un artículo de superlujo en la época que podría ser algún tipo de pago relacionado con el convento.
Bombardeado durante el asedio de 1714
Aunque en la primera fase se identificaron los restos como pertenecientes a una masía, un estudio histórico que estaba realizando uno de los miembros del equipo de trabajo, el arqueólogo Eric Sobrevia, apuntaba que se podía tratar de los restos del convento de los capuchinos. Estos restos estaban cortados por el colector existente en el centro de la calle de Girona. Según este estudio, el convento fue ocupado por las tropas francesas durante el asedio de 1697 y utilizado como hospital de campaña. Durante el asedio de 1713-1714, en el marco de la Guerra de Sucesión, fue bombardeado, hecho que explicaría la presencia de balas de cañón.
Según las fuentes históricas consultadas, los restos del edificio fueron alquilados a un campesino a condición de ir rehabilitando y recuperando algunos espacios, convirtiéndose, con el tiempo, en la masía que se derribó en torno a 1900, en el momento de construir el Eixample. La intervención arqueológica en esta zona es subsidiaria de varios proyectos de obra civil del eje verde del Consell de Cent. Los trabajos arqueológicos se iniciaron el día 9 de septiembre de 2022 bajo la dirección de la arqueóloga Marta Lucas Aragay, de la empresa Global Geomática. En principio, y como pasa en intervenciones de este tipo, los restos serán documentados y posteriormente volverán a ser enterrados, ya que es la mejor manera de preservarlas cuando no hay ningún proyecto de museización.
Primavera arqueológica en Barcelona
Este hallazgo se tiene que sumar a los que ha habido en diferentes puntos de Barcelona que conforman casi una primavera arqueológica por el volumen y constancia con que aparecen restos. Así, en junio aparecieron restos del Baluarte del Rey, en el Paral·lel, mientras que muy cerca, y en el marco de las obras de reurbanización de la Rambla, se localizaron restos del antiguo cuartel de las Drassanes, mientras que en la Via Laietana y también en el marco de una reforma urbanística, hace pocos días que se descubrieron dos esqueletos en un complejo de tumbas romanas y tardoantiguas. En el Eixample, los ejes verdes también han comportado la recuperación de adoquines y antiguas vías de tranvía, que han sido integradas en la reurbanización.