El gobierno municipal de Barcelona, que el martes pasado transaccionó con Trias per Barcelona una proposición para reformar el Plan Urbanístico Especial de Alojamientos Turísticos (PEUAT) que permitirá la apertura de nuevos hoteles en el centro de la ciudad, ha marcado distancias con el exalcalde y ha negado que haya pactado "ni con Junts ni con ningún otro grupo" la reforma del PEUAT. Así lo ha defendido la teniente de alcaldía Laia Bonet en la red social X, además de señalar que el PSC solo pidió a TriasXBCN la eliminación de la obligación de modificar el PEUAT en un plazo de tres meses, tal como pedía la propuesta inicial de Junts.
De hecho, los socialistas se abstuvieron en la votación en comisión de la propuesta, que salió adelante con los votos de TriasXBCN, PP y Vox, y los votos contrarios de BComú y ERC. Ahora bien, dos días después de que se diera por hecho que Trias y Collboni habían llegado a un acuerdo sobre esta materia, Bonet ha querido matizar que los socialistas solo intervinieron en el cambio del plazo y que eso no suponía un acuerdo entre las dos formaciones.
"El gobierno municipal no ha acordado ni con Junts ni con ningún otro grupo la reforma del PEUAT para regular los hogares compartidos o permitir nuevos proyectos hoteleros en Ciutat Vella o en el Eixample", ha señalado Bonet este jueves por la tarde, para añadir que "si se revisa el PEUAT será para adaptarlo a la nueva normativa catalana y española y siempre manteniendo las restricciones actuales" y que "el reciente decreto ley del gobierno de la Generalitat nos tiene que permitir regular mejor las viviendas turísticas de la ciudad y reducir el número".
La votación para reformar el PEUAT con una propuesta de Junts transaccionada con el PSC tuvo lugar el martes en la Comisión de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras y Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona y permitirá abrir "alojamientos turísticos con proyectos singulares que comporten el aumento de la oferta turística de calidad, que puedan aportar valor añadido a la ciudad sin contribuir a su masificación," incluso las zonas 1 y 2 -centro de la ciudad- siempre que primero se haga un estudio de cada propuesta particular y su impacto. Es decir, se desencalló la posibilidad de abrir hoteles de carácter singular en el centro de Barcelona, vetada durante el mandato Colau.