La necesidad de regeneración de las viviendas del barrio del Besòs i el Maresme, en el distrito de Sant Martí de Barcelona, tiene todos los elementos para convertirse en un termómetro de la actuación del actual gobierno municipal en estos primeros meses de mandato. Al final del mandato anterior ya afloraron divergencias entre PSC y Barcelona en Comú sobre cómo encarar la necesidad de rehabilitar este barrio, con graves carencias constructivas, y el diciembre pasado, la misma oposición forzó a la celebración de una comisión extraordinaria para tratar la cuestión, con una insólita triple alianza entre comunes, ERC y Trias per Barcelona, mientras que los vecinos, articulados en torno a la Plataforma SOS Besòs, presionan para acelerar unos trámites que se alargan incluso décadas en el mejor de los casos.

En este contexto, este viernes el gobierno municipal ha anunciado que ha dado por finalizada la campaña de inspecciones en 45 comunidades con 1.008 viviendas situadas en el área delimitada por las calles Llull, rambla Prim, Bernat Metge y el término municipal de Sant Adrià de Besòs, cosa que permitirá impulsar la regeneración de hasta 897 viviendas, 204 en este mismo mandato y 693 a ejecutar a partir del siguiente mandato, es decir, más allá de 2027. El concejal de Sant Martí, David Escudé, ha señalado que la finalización de la campaña de inspecciones les ha permitido obtener una "diagnosis" que ahora permite "dar un paso adelante" en un proyecto a largo plazo que podría llegar a abarcar hasta cuatro mandatos hasta su finalización.

Por su parte, el gerente de urbanismo, David Martínez, ha señalado que con la diagnosis y la "finalización de la prueba piloto", que es la regeneración de las viviendas de la calle Messina, 11, se tienen los elementos necesarios para tirar adelante el proceso de regeneración de gran alcance. Ahora bien, también ha señalado que, como se trata de viviendas de titularidad privada, necesitan la "cohesión de las comunidades de propietarios", un hecho que no se da en todas las circunstancias. De hecho, este es el escollo que más han cuestionado desde la Plataforma Sos Besòs, que han señalado que la promesa de rehabilitación de pisos "es la misma de 2020", y han denunciado, por boca de su portavoz, Teresa Pardo, que el Ayuntamiento "excluye a las comunidades no cohesionadas", cuando se podrían activar "intervenciones subsidiarias" para no dejar parte de los vecinos fuera del proceso de regeneración.

En todo caso, el plan anunciado por el Ayuntamiento incluye actuaciones en 1.251 viviendas que se dividen en dos niveles de prioridad. De estos, en este mandato 2023-2027 se actuará en un total de 897 pisos mediante obra, proyecto o planeamiento urbanístico. En el primer nivel de prioridad está previsto ejecutar los 10 edificios de la prueba piloto, que agrupan un total de 204 pisos. La inversión total prevista por estos 10 edificios es de unos 10 millones de euros, de los cuales dos terceras partes las aportará el Ayuntamiento y el resto se completará con recursos de los fondos europeos Next Generation –aproximadamente un 25%– y el resto con las aportaciones de las comunidades de vecinos y vecinas.