El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha emitido este jueves la sentencia sobre las vulneraciones de la calidad del aire en Barcelona, las comarcas del Vallès y Madrid y, como era de esperar, porque así lo indicaban todas las mediciones de los últimos años, la sentencia ha sido un fuerte golpe contra el Estado español, ya que el tribunal europeo ha estimado que la capital catalana infringió "sistemáticamente" la directiva de calidad del aire. La sentencia apunta que Barcelona y Madrid superaron los niveles máximos permitidos de dióxido de nitrógeno (NO2 ) entre los años 2010 y 2018, mientras que en el caso del Vallès Oriental, el Vallès Occidental y una parte del Baix Llobregat el incumplimiento se produjo entre 2010 y 2017. En la sentencia, la justicia europea subraya que la omisión de los objetivos climáticos ha puesto en riesgo la salud de los 4,2 millones de habitantes que viven en Barcelona y en las comarcas del Vallès.
El posicionamiento de la justicia europea llega después de numerosos avisos por parte de la Comisión Europea, la cual advirtió en reiteradas ocasiones que llevaría a los tribunales los incumplimientos sobre la calidad del aire en Barcelona y su área metropolitana y Madrid si no se tomaban medidas correctoras. De hecho, ya se lanzó un primer aviso al Estado el año 2017 y, dos años más tarde, se trasladó la situación al TJUE para poner de manifiesto la gravedad de los hechos. En la denuncia presentada ante el TJUE, la Comisión apuntaba que las zonas urbanas habían superado los niveles de dióxido de nitrógeno "de forma sistemática y continuada" entre 2010 y 2018 y lamentaba que ninguna de las ciudades había diseñado nuevos planes para garantizar la calidad del aire. Por ahora, la sentencia no supone ninguna sanción, pero alerta de persistir con los incumplimientos.
El gobierno municipal ya se lo veía a venir
Aunque la sentencia ratifica que, efectivamente, en Barcelona se superaron los umbrales de contaminación prevista, en el Ayuntamiento de Barcelona ya se preveía que el fallo del tribunal fuera este. Este mismo martes, el gobierno municipal se apresuró a poner la venda antes que la herida para reivindicar la bajada de la contaminación los últimos años como prueba de los esfuerzos del consistorio en este sentido, además de admitir que la sentencia sería condenatoria, como finalmente ha pasado. El concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Eloi Badia, admitió que ya preveían una sentencia negativa, porque los mismos datos de medición reflejan un incumplimiento de la normativa europea desde el año 2010.