La transformación de la avenida Meridiana de Barcelona es una de aquellas obras que hay que afrontar con la perspectiva de que se alargarán durante mucho tiempo. De hecho, en los últimos años se ha hecho ya buena parte del trabajo, con la renovación del tramo entre Consell de Cent y Felip II y este mismo primer trimestre de 2025 se prevé el inicio de una segunda fase, entre Felip II y Fabra i Puig, que no estará finalizada hasta mediados de 2026. Ahora bien, la gran transformación continúa pendiente, porque será en la llamada tercera fase cuando se afronte un largo tramo, entre Fabra i Puig y el puente de Sarajevo, que todavía tiene la configuración de autopista urbana, a pesar de la existencia de cada vez más pasos semafóricos.
De hecho, ante la envergadura de esta fase pendiente, las partes ya transformadas o la que está a punto de iniciarse se pueden considerar de menor calado, ya que se ha tratado sobre todo de ensanchar aceras, implementar carriles bici y sobre todo hacer de la avenida un espacio más ciudadano y menos gobernado por el tránsito rodado que, sin embargo, no ha significado cambios en la estructura de la misma avenida. En cambio, en este tercer tramo, sí que se quiere transformar realmente el trazado de la Meridiana, suavizando el cambio de cota que hay entre los distritos de Nou Barris y de Sant Andreu y suprimiendo el imponente muro de contención de más de nueve metros de altura (en la imagen de abertura) en el lateral de la Meridiana en la vertiente de Sant Andreu y la desaparición del puente del Dragó, que en realidad es un túnel.
Sobre esta tercera fase, el anterior gobierno municipal presentó, ya al límite del mandato, un proyecto, casi quimérico por su envergadura y por la proximidad de las elecciones municipales, que comprendía una transformación radical de todo este sector, de casi 2,5 kilómetros de longitud y que mantiene una configuración de autopista urbana a pesar de estar surcada por nueve pasos de peatones. De hecho, es un tramo de la Meridiana donde prácticamente no hay aceras que permitan el desplazamiento a pie por la misma avenida y donde hay importantes cambios de nivel, que incluyen dos pasos subterráneos, el del puente del Dragó al final del paseo de Valldaura y el de la Via Favència, que permite el paso a un nivel inferior de la ronda de Dalt. Para acabarlo de arreglar, a muy poca profundidad pasan las vías del tren, cosa que complica cualquier intervención.
Toda esta complicación todavía se incrementará en una futura cuarta fase, entre el puente de Sarajevo y el límite municipal con Montcada i Reixac, más allá del puente que une Torre Baró con Vallbona, donde la Meridiana ya está del todo integrada en el nudo viario formado por las autopistas C-17 y C-58 más la autovía C-33, y donde habrá que contar con la participación del Govern. Todo ello hace que, a pesar de años de intervención en esta avenida, las grandes transformaciones aunque estén por llegar.
Reclamación para acelerar la tercera fase
En este contexto, el Ayuntamiento de Barcelona prevé que este mismo verano esté redactado el proyecto de la tercera fase, que es cuando se concretará si se siguen las previsiones anunciadas justo antes de las elecciones municipales o si se opta por soluciones diferentes. En todo caso, esta misma semana, la Comissió Veïnal per la Reforma de la Meridiana, de la cual forman parte asociaciones vecinales de Sant Andreu y Nou Barris, junto con la Federació d'Associacions Veïnals de Barcelona (FAVB) y la Associació per a la Promoció del Transport Públic (PTP) ha reclamado más celeridad en la redacción del proyecto de la tercera fase de obra.
Según un comunicado hecho público el martes, "las entidades vecinales reclaman ser parte activa en un proceso de transformación ambicioso que tiene que mejorar tanto la conexión entre los diferentes barrios como la movilidad sostenible en la zona norte de la ciudad", y por eso han puesto sobre la mesa sus exigencias, que incluyen "la reducción de viales dedicados al tráfico de vehículos privados en más de un 50%", además de inversiones en transporte público y aprovechar la transformación para desencallar "la prolongación de la L3 del metro hasta la Trinitat Vella", una importante reivindicación de las dos Trinidades y de los distritos de Nou Barris y Sant Andreu que se visualizó en una cadena humana el pasado mes de junio que reunió a más de 2.000 personas.
"También reclaman la retirada del muro de nueve metros que separa los barrios de Sant Andreu de Palomar y la Prosperitat a la altura del puente del Dragó y la cobertura del vial entre las dos Trinidades, advirtiendo que hace falta recoser y reconectar los barrios y aprovechar la reforma para dar solución a problemas históricos que afectan a los distritos de Nou Barris y Sant Andreu, como la falta de equipamientos, zonas verdes y vivienda protegida", apunta esta plataforma, que insiste en que el Ayuntamiento tiene que iniciar las gestiones necesarias para abordar la cuarta fase de la reforma, que corresponde al tramo entre el puente de Sarajevo y Montcada i Reixac", y que requerirá la intervención de varias Administraciones. Todo ello indica que para acabar la reforma integral de la Meridiana, todavía quedan muchos años en frente.