El barrio de Vallbona de Barcelona, en el distrito de Nou Barris, es territorio ignoto para la inmensa mayoría de habitantes de la capital catalana. Situado en la frontera con Montcada i Reixac, su principal aliciente es la existencia del único tramo funcional del histórico Rec Comtal, que riega la explotación agraria la Ponderosa, la última huerta de Barcelona. El paso por el barrio de dos trazados de vías de tren marca también su fisonomía, aunque a largo plazo se beneficiará del soterramiento de las vías de tren en el municipio vecino. En medio de una zona boscosa, sin embargo, hay una construcción que llama la atención por su estado ruinoso, en contraste con su pasado esplendoroso, es la llamada Granja del Ritz.

Hay que decir que este nombre no es el que se le dio originalmente, ya que fue llamada Granja Montserrat, pero como pasa a menudo con los nombres popularizados, en este caso el de Granja del Ritz ha hecho más fortuna, porque remite al papel de esta finca rural como principal proveedora de alimentos frescos del histórico Hotel Ritz de Barcelona, actualmente Hotel Palace, situado en la Gran Via esquina con Roger de Llúria. Según recoge la web municipal Barcelona sostenible, la Granja Montserrat fue construida hacia los alrededores de 1920, y en aquel momento fue una de las granjas "más avanzadas de Catalunya".

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Los restos de la Granja del Ritz, con las ventanas y puertas tapiadas y llenos de grafitis / Foto: Jordi Palmer
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La zona de las cuadras acumula suciedad y deterioro / Foto: Jordi Palmer
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Una de las alas de la granja da la bienvenida a los visitantes con un grafiti de factura reciente / Foto: Jordi Palmer

En la construcción se destacaba su "sistema de riego", así como los procedimientos modernos utilizados en la cría de animales, así como sus "ventajas sociales para sus habitantes y trabajadores", ya que incluso disponía de piscina. Una modernidad que contrasta con su estado actual, de abandono total, entorno sórdido y librado al vandalismo. Aunque es de fácil acceso a pesar de estar hundida en una zona boscosa, en el torrente de Tapioles, la visita a sus restos supone un viaje en el tiempo en que se evidencia un pasado notable, un presente desastroso y, quizás, un futuro de recuperación.

Época de gloria como proveedora del Ritz

Según recoge el blog del Arxiu Històric Roquetes Nou Barris, entidad de referencia respecto al patrimonio histórico de esta parte de Barcelona, durante la posguerra su propietario, Miquel Cabré Ycart, "vendió la granja a Mercedes Azcoaga Torras, propietaria del hotel Ritz y una de las mujeres más poderosas e influyentes de la ciudad". De esta manera, la granja Montserrat se convirtió en "proveedora de alimentos del hotel, asegurando alimentos frescos como verduras, legumbres, carne y sobre todo aves de corral". Fue entonces cuando la granja, que hasta el momento suministraba productos a los vecinos y a los comercios de la próxima carretera de Ribes, vivió sus mejores momentos.

Con el tiempo, sin embargo, el Hotel Ritz -con la granja incluida- pasó a manos del controvertido empresario Julio Muñoz Ramonet, que se lo vendió a la hotelera Husa de Joan Gaspart, con quien mantuvo un pleito que forzó a los actuales propietarios del hotel a renunciar al nombre histórico a favor del actual. Con todos estos cambios, la granja quedó en desuso en los años noventa del siglo pasado y desde entonces en que vive en un lento pero implacable proceso de abandono y degradación, que ha continuado los últimos años, aunque desde 2003 es propiedad del Ayuntamiento de Barcelona y las peticiones de los vecinos y entidades de convertirlo en equipamiento por el barrio.

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El proyecto Agrovallbona prevé rehabilitado la Granja del Ritz / Foto: AjBCN
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La zona de las cuadras según el proyecto de rehabilitación / Foto: AjBCN

Aunque amenaza ruina, es fácil distinguir los diferentes cuerpos de los que consta la granja, con un cuerpo central con tejado de doble vertiente, la piscina a un lado y las cuadras y almacenes en la otra. Además, por el barrio corre la leyenda que todavía hay gallinas salvajes que son descendientes de las que quedaron en la granja cuando fue abandonada.

Perspectivas de futuro

Con todo, la historia de la Granja del Ritz podría dar un vuelco radical si se lleva a cabo el ambicioso plan de transformación de todo el barrio presentado hace unas semanas conjuntamente por los ayuntamientos de Barcelona y Montcada i Reixac y el Consorcio del Besòs y que prevé, entre otras actuaciones, la rehabilitación de la Granja del Ritz para convertirlo en un equipamiento formativo dentro del proyecto denominado Agrovallbona, que quiere reordenar este espacio a caballo entre Barcelona y Montcada y con voluntad de devenir centro de referencia de la agroecología urbana.