A pesar del mensaje político que Barcelona es una ciudad segura, la Guàrdia Urbana se refuerza ante una situación que se ha repetido en las últimas semanas, las agresiones con arma blanca. Aprovechando la inauguración de la nueva comisaría de la policía barcelonesa en el barrio del Raval, el Intendente Mayor de la Guàrdia Urbana, Pedro Velázquez, ha detallado que se han incorporado una treintena de palas detectoras de metales con el objetivo de poder localizar armas blancas y poder proceder a decomisarlas. Según el jefe de la policía barcelonesa, estas nuevas herramientas se han distribuido entre las comisarías de todos los distritos de la ciudad en una primera fase.
El objetivo, según Velázquez, es poder detectar armas blancas "con una mínima invasión" y que de momento las utilizarán patrullas de zonas donde pueda haber riesgo de incidentes, más orientado a los turnos de tarde y noche. El hecho, pero va más allá de la adquisición del nuevo material, porque Velázquez ha tenido que admitir que "es cierto que ha habido un aumento", de las agresiones con este tipo de armas, pero ha asegurado que están preocupados por encontrar remedio a este fenómeno, además de apuntar que "no es un fenómeno propio ni exclusivo de Barcelona" y que otras ciudades españolas, como Madrid, Sevilla y València, también están sufriendo esta situación.
Más presencia policial en Ciutat Vella
En todo caso, con la entrada en funcionamiento de la nueva comisaría de la calle Tàpies, la plantilla de la Guàrdia Urbana en Ciutat Vella quedará constituida en casi 440 agentes, 50 de los cuales provienen de la última promoción policial, formada por 238 agentes, y que entraron a formar parte del cuerpo el mes de septiembre. Con esta última promoción, la Guàrdia Urbana dispone de una plantilla de 3.360 agentes, la mayor cifra que ha tenido nunca. Además, el año pasado también se reforzaron las Unidades Operativas Nocturnas (UNO) del cuerpo de policía barcelonés con el objetivo de mejorar la respuesta de servicio a la ciudadanía, dotando de turno de noche propio en Ciutat Vella, que hasta entonces lo compartía con Sant Martí.
También dentro de este nuevo despliegue, la Guàrdia Urbana tiene en marcha desde el mes de octubre un dispositivo específico con el objetivo de asegurar la convivencia, el civismo y la seguridad en el distrito de Ciutat Vella, prestando especial atención a la zona de Raval. Entre las diferentes medidas que contempla este dispositivo destaca el aumento de la presencia de agentes en un 20%. Este aumento refuerza el patrullaje uniformado a pie en diferentes zonas donde se ha detectado un incremento del consumo de drogas en la vía pública y que se sumará al dispositivo ordinario que ya tiene desplegado la Unidad Territorial de Guàrdia Urbana de Ciutat Vella en puntos de especial interés.