Replicar en un contexto navideño la supermanzana literaria de las dos últimas festividades de Sant Jordi en el centro de Barcelona. Esta es la petición que, también por segundo año consecutivo, ha elevado la entidad Eixample Respira, al inicio de la actual campaña navideña como solución para evitar lo que consideran una "problemática recurrente", es decir, "el aumento del tráfico en el centro de la ciudad, la congestión, y los impactos negativos asociados, como la contaminación, el ruido y las dificultades de movilidad". Por medio de un comunicado hecho público este martes, se reclama poder celebrar "unas fiestas sin humos" para reivindicar "la necesidad de restringir la circulación de vehículos motorizados en las zonas de mayor afluencia durante las fiestas".
De hecho, para Eixample Respira, las mismas iluminaciones navideñas, convertidas en un reclamo para visitantes, "están diseñadas para ser apreciadas desde vehículos motorizados y no desde la perspectiva de los peatones", y por eso alertan de que se producen "situaciones de peligro", cuando los peatones ocupan la calzada para poder hacer fotografías, un comportamiento que se repite desde hace unos años en el paseo de Gràcia y que, efectivamente, comporta un riesgo de atropello cuando los peatones no respetan los tiempos de pasos semafóricos. Para esta entidad, en todo caso, la solución pasa por las restricciones al tráfico.
En esta situación, y siguiendo el ejemplo del Sant Jordi sin humos y el programa Obrim Carrers, "que ya han demostrado su éxito", este colectivo reclama que "las calles del centro de la ciudad, como paseo de Gràcia, Rambla Catalunya, plaza Catalunya, los laterales de la Gran Via y los ejes comerciales de cada barrio se conviertan en zonas exclusivas para peatones durante las noches, fines de semana y festivos," asegurando que "esta medida permitiría una mejor experiencia para visitantes y residentes, garantizaría un entorno más seguro, sin embotellamientos ni contaminación". Todo ello conformaría un rectángulo de restricciones entre el paseo de Gràcia y la Rambla Catalunya entre la Diagonal y la Gran Via, con la única excepción de la calle Aragó que quedaría abierto al tráfico, y una segunda supermanzana por debajo de la Gran Via delimitada por las plazas Universitat y Urquinaona, con las calles Pelai, Fontanella y Roger de Llúria como límites.
Además, la entidad hace extensiva esta petición de restricciones "a los principales ejes comerciales de los barrios, contribuyendo a descentralizar las actividades navideñas y a promover el comercio de proximidad," insistiendo en que la "Navidad sin humos no solo sería beneficiosa para la salud y el bienestar del vecindario, sino que también mejoraría la experiencia de compra y las actividades navideñas para los visitantes". Se espera que en los próximos días el Ayuntamiento de Barcelona informe de su dispositivo navideño, con refuerzo de agentes de la Guàrdia Urbana y recomendaciones a los vecinos y visitantes del centro de Barcelona.