Quizás hay que levantar la vista, pero pasando por la calle Ferran, a la altura del número 34, hay una placa de mármol que, a veces, está rodeada de ramos de flores. Se trata de una placa que recuerda que en este punto de la ciudad de Barcelona fue asesinado el joven militante independentista y comunista Gustau Muñoz el 11 de septiembre del año 1978, muerto a tiros de la policía española. El edificio ha estado en desuso muchos años y ahora está en plena rehabilitación, motivo por el cual la pervivencia de la placa en su lugar original podría quedar cuestionada. Ante este hecho y a petición de ERC, el Ayuntamiento de Barcelona se ha comprometido a preservar la placa.
Gustavo Adolfo Muñoz de Bustillo Gallego, más conocido como Gustau Muñoz, nació en Sevilla en 1962 y de pequeño se trasladó con toda la familia a Barcelona. Muy joven se integró en la Unió de Joves Marxistes-Leninistes (UJML), las juventudes del Partido Comunista de España (internacional) (PCE(i)), de tendencia maoísta e independentista, y aunque todavía era un adolescente vivió en primera línea las turbulencias del tardofranquismo. Ya antes del fatídico 11 de septiembre de 1978 había sido herido por una pelota de goma en una manifestación de apoyo al pueblo saharaui. En la Diada Nacional de 1978, Muñoz participó en una manifestación convocada por el PCE(i) bajo el lema 'Fora les forces d'ocupació'.
Fue en aquella manifestación donde resultaría muerto. Hacia las ocho de la noche la marcha, que quería entrar a la plaza de Sant Jaume, hizo un recorrido desde Ferran hasta Canaletes, para dar la vuelta y volver al punto de partida. A la altura de la calle Avinyó, la policía armada española -los 'grises' - disparó pelotas de goma y se produjeron enfrentamientos con los manifestantes y en un momento de tumulto, Muñoz cayó abatido por tiros de bala, disparadas, según todos los indicios, por un policía de paisano. El cadáver fue trasladado al dispensario de Pere Camps, en la avenida Drassanes y posteriormente al Hospital Clínic.
Un crímen impune del tardofranquismo
Un año más tarde, amigos y familiares de Muñoz colocaron la placa en la fachada de la calle Ferran, 34, y desde entonces, cada año se le hace un homenaje durante la Diada Nacional, mientras que los responsables del crimen quedaron del todo impunes. De hecho, es uno de los 60 asesinatos perpetrados durante el tardofranquismo por los resortes del régimen dictatorial, veinte de ellos en Catalunya, la mayoría de los cuales han quedado sin castigo. El caso concreto de Muñoz quedó archivado y el supuesto autor de los tiros, el policía José Luis Varela está en paradero desconocido. Con todo, los familiares de Muñoz consiguieron en 2016 incluir su asesinato dentro de la llamada querella argentina que persigue los crímenes del franquismo.
Así, mientras el caso de Muñoz sigue un largo periplo judicial, al menos la placa que lo recuerda en el centro de Barcelona, en el lugar mismo donde fue asesinado, será preservada. El edificio, después también de un largo proceso judicial, será rehabilitado de manera integral y por eso, la preocupación por el mantenimiento de la placa ha llevado esta semana al grupo municipal de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona a elevar un ruego en este sentido, que ha sido respondido favorablemente. En la Comisión de Derechos Sociales, Cultura y Deportes que tuvo lugar el pasado 18 de febrero, la concejala Gemma Sendra, recordó que la placa estaba "en peligro" a causa de la rehabilitación.
Para evitar su desaparición, ERC pidió al Ayuntamiento que velara por el mantenimiento de la placa o, en caso de que eso no fuera posible, que "se coloque algún otro elemento conmemorativo en la fachada del número 34 de la calle Ferran y que el original sea llevada a los archivos del MUHBA", el Museo de Historia de Barcelona. En el turno de respuesta, el concejal de Memoria Democrática y de Ciutat Vella, Jordi Rabassa, aceptó el ruego y anunció que el consistorio ya había iniciado conversaciones con la propiedad del edificio para que "preserve la placa", comprometiéndose, además, a incluir en el mismo lugar "algún tipo de elemento memorial señalístico" en caso de que no se pueda mantener la placa.
Así, en el mismo lugar o depositada en el Museo de Historia de Barcelona, la placa original se conservará y se evitará su pérdida. Asimismo, el ayuntamiento queda comprometido a recordar a Gustau Muñoz en la misma calle Ferran si la placa no permanece en su emplazamiento original. En todo caso, lo que no queda cerrado es el caso de Gustau Muñoz, ya que más cuarenta años de su asesinato, sus responsables siguen disfrutando de la impunidad que la transición y la instauración del régimen del 78 aseguró para todos los crímenes del franquismo. Quizás, con los años, la justicia llegará de Argentina.