La antigua sede de la editorial Gustavo Gili, que ha sido adquirida por el Ayuntamiento de Barcelona por valor de 9,5 millones de euros para convertirse en el nuevo Centre de Cultura i Educació de Barcelona es uno de aquellos edificios que pasan desapercibidos al peatón a pesar de ser una construcción de interés. La razón de que se trate de una obra "poco conocida pero de valor arquitectónico muy importante", según definición del mismo teniente de alcaldía de Cultura, Educación, Ciencia y Comunidad, Jordi Martí, es muy sencilla, no se encuentra a pie de calle, si no en un interior de manzana del Eixample, la formada por las calles Rosselló, Còrcega, Calàbria y Viladomat. Dicho de otra manera, si no lo buscas, no lo encuentras.

Quizás por eso ha resistido bien el paso del tiempo, incluso teniendo en cuenta que lleva desde el 2015 en desuso, aunque puntualmente se han organizado acontecimientos y es uno de los inmuebles habituales del 48h OpenHouse -aunque este año no formaba parte-, e incluso en 2016 estuvo a punto de devenir un centro de reparto de la empresa Amazon.

El vestíbulo ofrece una rápida visión de los volúmenes del edificio / AjBCN

Construido en 1960 por los arquitectos Joaquim Gili, sobrino del fundador de la editorial, y Francesc Bassó y galardonada con el premio FAD al año siguiente, ha sido hasta la actualidad propiedad de la familia Gili. Ubicado en la calle Rosselló número 87, es un símbolo del racionalismo catalán de la segunda mitad del siglo XX, junto con otros edificios como el Canòdrom de la Meridiana, ahora reconvertido en Ateneu d'Innovació Digital i Democràtica, y la Casa Gomis, situada en el espacio protegido del estanque de la Ricarda y que ha estado de actualidad durante todo el debate de la frustrada ampliación del aeropuerto del Prat.

GATCPAC y Grup R

El edificio cuenta en total con 6.800m2 de superficie y está catalogado como Bien Cultural de Interés Local (BCIL) y, además, se ha abierto un expediente para declararlo Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN), que aumentaría la protección. En su construcción se utilizó hormigón armado y puso de manifiesto la adaptación de la editorial a las nuevas necesidades modernas. Se considera una obra que enlaza la arquitectura racionalista de la República, representada por el GATCPAC y edificios como la Casa Bloc de Sant Andreu, con el racionalismo de la posguerra del Grupo R del cual formaron parte los mismos autores al lado de nombres como Josep Antoni Coderch, Josep Maria Sostres, Antoni de Moragas o un joven Oriol Bohigas.

El edificio cuenta con un jardín interior / AjBCN

El edificio está dividido en tres cuerpos, dispuestos de manera tal que dejan libre un espacio central donde hay un jardín interior que comunica los edificios. Con sótano -donde había el almacén- y dos plantas, el vestíbulo se abre al visitante como un único espacio, que posibilita un altillo-balcón ondulado desde donde se accede al resto de espacios a partir de un diseño sobrio y práctico. Se prevé que en un futuro trabajen unas 300 personas, que como harán un uso del edificio similar al original, es decir, oficinas, no tiene que implicar excesivos cambios, de manera que se garantizará su protección.

 

Imagen principal: Una escalera de caracol del edificio de la antigua sede del editorial Gustavo Gili / AjBCN