El campanario de Sau es la imagen icónica del estado de los embalses de las cuencas internas de Catalunya y un indicador que todo el mundo entiende en tiempo de sequía. Y es que como este pantano de Osona cubrió el pueblo de Sant Romà de Sau, el nivel de las aguas en el campanario se ha convertido en una imagen clara de la situación de las reservas de agua. Con los embalses de las cuencas internas superando el 63% de capacidad, la salida del episodio de sequía parece cada vez más próxima y el abastecimiento de agua en Barcelona, prácticamente garantizado. Ahora bien, lo que no es tan icónico y conocido es el hecho de que en Barcelona también hay un pantano, y que también empieza a recuperar su masa de agua.
🚇 Entramos al Mina-Grott, el túnel del primer 'metro' de Barcelona
🎢 El Lake Valley, el desconocido y fallido parque de atracciones de Barcelona en el Pantà de Vallvidrera
Este embalse barcelonés es el pantano de Vallvidrera, situado entre bosques junto al núcleo urbano de este barrio-pueblo del distrito de Sarrià-Sant Gervasi. Aunque tiene unas dimensiones reducidas y su agua no se utiliza para el abastecimiento humano, su estado actual es también un indicador del remontamiento de la sequía, pero dentro del término municipal de Barcelona. Hay que recordar que en el momento álgido de la sequía, este pantano había quedado reducido a poco más que un charco grande, mientras que en la actualidad ya se ve mucho más recuperado, aunque no está lleno ni mucho menos. Ahora bien, más allá del hecho de que aquí también se note el efecto del último periodo de lluvias, la existencia de un pantano en Vallvidrera tiene su razón de ser. Esta es su historia:
Un pantano para abastecer Sarrià
La razón de la existencia de un pantano en Vallvidrera se tiene que buscar en la necesidad de garantizar agua para el abastecimiento de Sarrià a mediados del siglo XIX, cuando esta localidad todavía era un municipio independiente. Construido entre 1850 y 1860, no fue inaugurado hasta 1864, y su función básica era la de embalsar el agua procedente de la riera de Vallvidrera en un territorio de más de 135 hectáreas de bosque para suministrar agua a los vecinos de Sarrià. Para hacerlo, a la construcción del pantano se sumó la de un túnel que agujereaba Collserola para llevar el agua hasta el otro lado de la montaña. Este túnel, conocido como el Mina-Grott, sirvió para hacer pasar, años más tarde, un tren eléctrico, para llevar al público a un parque de atracciones situado en el mismo lugar, el Lake Valley y todavía hoy hace la función de galería para tuberías de agua, pero en sentido inverso, desde la carretera de las Aigües en dirección a Sant Cugat.
En todo caso, el uso del pantano para abastecimiento de agua en Sarrià duró hasta el año 1927, pero todavía tuvo explotación hasta 1960, proveyendo poblaciones del Vallès. Una vez fuera de uso, el pantano y todo el entorno entraron en una situación de abandono, hasta que al principio del siglo XXI se restauraron todos los entornos y la presa misma, ahora como zona de paseo y estancia. Con respecto a la capacidad del pantano, su máximo es de 18.000 m³ de agua o, cosa que es lo mismo, 0,018 hm³. Por comparar, la capacidad máxima del pantano de Sau es de 165 hm³. En su máxima capacidad, el pantano de Vallvidrera puede tener una lámina de agua de 7.780 m² -más o menos un campo de fútbol- y una profundidad máxima de 4,6 m.
Fiel a las técnicas constructivas de la época, la presa del pantano está formada por un muro de ladrillo que en su parte superior hace la función de pasarela. Aunque a simple vista parezca una mole maciza, el hecho es que por dentro de la presa hay una galería que permite pasar de una banda a otra del pantano. Esta galería es visitable en contadas ocasiones, como por ejemplo durante el ciclo Espais ocults, una delicatessen muy restringida del Open House de Barcelona. Y es que la construcción en sí misma ya vale la pena, obra del arquitecto Elies Rogent y un ejemplo excepcional de presa de arco de gravedad, con 50 metros de longitud, 3 m de anchura y 15 m de altura. Además del pantano mismo y el ya mencionado túnel del Mina-Grott, en torno al pantano se encuentra la Casa del Guarda, también de Rogent y que servía para uso del personal que trabajaba en el pantano. También ha sido recientemente restaurada y rehabilitada como espacio de interpretación del pantano.
Del Park Valley al Club de Curling
El pantano está actualmente rodeado de bosques y del vecindario del Mas Sauró y a pocos minutos a pie desde la estación de Baixador de Vallvidrera de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya, pero su época dorada fue a principios del siglo XX, cuando se encontró en medio del Park Valley, un parque de atracciones que solo se construyó parcialmente, con una zona para representaciones teatrales al aire libre, hoy desaparecida, pero que en su proyecto incluía varias atracciones, entre las cuales una montaña rusa, así como otras diversiones, restaurantes y zonas de paseo.
De todo aquello no queda nada, pero en torno al pantano modernamente se ha creado una nueva tradición, la de un grupo de vecinos que, agrupados en el Vallvidrera Curling Club, mantienen año tras año la esperanza de que el pantano se hiele y así poder practicar este deporte de hielo. Anualmente hacen una ceremonia que consiste en lanzar una piedra para comprobar si el lago está helado. Como habitualmente la piedra se hunde -eso si hay agua- el plan B de estos 'llebrencs' -gentilicio de Vallvidrera- es ir a desayunar. Este año el pantano tampoco se ha helado, pero al menos ha recuperado en parte sus reservas de agua.