Declarar las antiguas pajarerías de la Rambla de Barcelona como patrimonio cultural inmaterial de Catalunya. Este, lisa y llanamente, es el propósito de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que se debatirá este miércoles por la tarde en el Parlament de Catalunya del cual derivaría, a largo plazo y si la propuesta sale adelante, una protección de las actuales paradas. Este puede ser un punto de inflexión en el largo contencioso que mantienen los antiguos pajareros con el Ayuntamiento de Barcelona, que los amenaza de desahucio en el marco de la reforma urbanística de la Rambla, que empezó en octubre del 2022 en la parte baja del paseo y que no llegará hasta la rambla dels Estudis (o dels Ocells) hasta dentro de unos años.

Aunque la sesión de este miércoles constará de lo que se denomina un debate a la totalidad, donde los diferentes grupos se pronunciarán sobre si consideran oportuno o no profundizar en el tema, la importancia radica en que una votación en contra supondría un frenazo al proyecto defendido por los pajareros, que, de entrada, cuentan con la oposición de los grupos parlamentarios del PSC y En Comú Podem, que defenderán enmiendas a la totalidad. Xavi Cuenca, portavoz del colectivo y paradista mayoritario de las antiguas pajarerías, apunta a ElNacional.cat que la sesión de este miércoles es "el corte previo" antes de seguir adelante con la ILP, pero se muestra confiado de que los partidos "voten a favor de lo que piden 66.000 personas".

Las paradas de los antiguos pajareros de la Rambla se reconvirtieron en tiendas de recuerdos y productos artesanos una vez se prohibió la venta de animales vivos el año 2009 / Foto: Jordi Palmer
Después de más de diez años con peligro de desaparecer, los paradistas han impulsado una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para ser declarados patrimonio cultural inmaterial / Foto: Jordi Palmer

De hecho, para Cuenca, el principal activo de la propuesta que él mismo defenderá en el Parlament de Catalunya es la fuerza de las 66.116 firmas presentadas y validadas que reclaman que se proteja las actuales paradas como recuerdo de las que históricamente había habido en esta parte de la Rambla de Barcelona dedicadas a la venta de animales, principalmente pájaros. "Consideramos que la ciudadanía ha pedido hablar", defiende el impulsor de la ILP lamentando que PSC y los comunes, por medio de sus enmiendas, "quieren que el texto no prospere". Hay que tener en cuenta que estos dos partidos son los que, desde el Ayuntamiento de Barcelona, han defendido la desaparición de los puestos.

Pendientes de ERC

El mismo Cuenca admite que en caso de que la ILP prospere este miércoles, "igualmente no hay ninguna garantía" de que finalmente se apruebe una ley para proteger las paradas, pero apunta que todo está "en manos de ERC", ya que es el único partido que no les ha aclarado su posición, mientras que, según asegura, el resto de formaciones: Junts per Catalunya, Partido Popular, Vox, Ciudadanos y CUP les dan apoyo para sacar adelante la iniciativa legislativa popular. Con todo, fuentes de Junts han asegurado a este medio que votarán a favor de las enmiendas a la totalidad, de manera que la ILP no tiene ninguna posibilidad de prosperar. En todo caso, Cuenca espera que haya un "debate constructivo" y considera que la conservación de las paradas "no va del Ayuntamiento, no va de las concesiones, ni pide que los antiguos pajareros las tengamos que regentar, va de defender la consideración de patrimonio cultural inmaterial".

Asimismo, el defensor y ponente de la ILP pone sobre la mesa la defensa de la "democracia participativa" y por eso lamenta que haya partidos de izquierdas que se opongan a la iniciativa, recordando que si se pasa este primer escollo en el Parlament, todavía ha recorrido para consensuar un texto "que no tiene por qué ser el que defendemos nosotros", porque considera que en este caso de los antiguos pajareros, hay una "desprotección" por la inexistencia de una ley cultural de patrimonio inmaterial de Catalunya. "¿En qué punto queda la ILP si antes de hablar los partidos lo vetan?", se lamenta.

Xavier Cuenca, portavoz del colectivo y paradista mayoritario de las antiguas pajarerías, es el principal impulsor de la ILP que llega este miércoles al Parlament de Catalunya / Foto: Jordi Palmer
A la izquierda, los impulsores de la ILP en el Parlament de Catalunya el día que consiguieron la validación de las más de 66.000 firmas con las cuales se podía tramitar la ILP / Foto: Parlament de Catalunya

"Es el mandato de más de 66.000 personas que han pedido que se hable en sede parlamentaria", defiende Cuenca, para añadir que "nosotros formamos parte activa de la Rambla y queremos preservar el bullicio, el hecho de ramblear, seguiremos allí toda la vida, mi abuelo ya estaba allí, somos un colectivo histórico de interés general que hemos contribuido a hacer de la Rambla la calle más emblemática del mundo".

Más de 160 años de historia

Hay que recordar que hay pajareros en la Rambla desde el año 1855, en un tramo que popularmente tomó el nombre de rambla dels Ocells. Sus puestos de todo tipo de animales pervivieron hasta el año 2009, cuando en cumplimiento de la normativa de protección de animales, el entonces alcalde, a Jordi Hereu, les retiró la licencia. A cambio, se acordó que los antiguos pajareros podrían seguir en sus ubicaciones con la reconversión de las paradas, que pasarían de vender animales vivos a vender recuerdos y productos de elaboración artesana. Con todo, el futuro de las paradas siempre fue precario, porque el siguiente alcalde, Xavier Trias, ya previó en 2014 el Plan especial de ordenación de la Rambla para hacer desaparecer los once negocios supervivientes mientras se blindaba el mantenimiento de los quioscos y las paradas de floristas.

Las paradas de pájaros en la Rambla fueron una estampa habitual desde la segunda mitad del siglo XIX, todo el siglo XX y los primeros años del XXI, convirtiéndose en un icono de Barcelona / Foto: Frederic Flos i Gibernau - Memòria Digital de Catalunya - CC BY-NC-ND

Con la llegada de Ada Colau, las paradas de los antiguos pajareros continuaron bajo el punto de mira, con un nuevo plan de ordenación de la Rambla de 2016 que tampoco contaba con la continuación de las antiguas pajarerías, pero fue el inicio de las obras lo que acabó de marcar el destino de las paradas: la desaparición. Desde entonces que Ayuntamiento y paradistas viven inmersos en una batalla legal en la que los segundos han querido jugar todas las cartas a su alcance, entre las cuales está la ILP. A estas alturas, los paradistas continúan en riesgo de ser desahuciados, y por eso, sostiene Cuenca, "seguimos peleándonos en los juzgados". Por eso, la ILP se puede convertir en una tabla de salvación por las antiguas pajarerías que, en todo caso, ya no se dedican a comerciar animales vivos, ni tampoco se espera que lo vuelvan a hacer.

Imagen principal: Pajarerías en la Rambla de Barcelona: Foto Frederic Flos i Gibernau - Memòria Digital de Catalunya - CC BY-NC-ND