En otoño del 2020 una decisión del Ayuntamiento de Barcelona encendió los ánimos de los trabajadores del Hospital de la Vall d'Hebron, así como del resto de usuarios de una zona donde hay varias instalaciones deportivas. De la noche a la mañana, el consistorio suprimió centenares de plazas de aparcamiento gratuito y las reconvirtió en zonas de área verde, de pago y uso restringido a residentes.

Aunque en aquel momento quien encabezó las protestas fue el personal sanitario, que consideraba que la supresión de plazas de aparcamiento tenía sólo una finalidad recaudatoria y que los perjudicaba precisamente en un momento en que se les exigía un esfuerzo especial por combatir la pandemia del coronavirus, el hecho es que la medida también afectó a otros usuarios de la zona, en especial los que utilizan las diversas instalaciones deportivas.

Cabe recordar que el barrio de la Vall d'Hebron -del cual el hospital, a pesar del nombre, no forma parte- tiene dos partes muy diferenciadas, una zona habitada, aproximadamente entre la avenida de Can Marcet y la calle de Padre Mariana, y otra de instalaciones deportivas entre esta última calle y el de Coll i Alentorn.

Aparcamiento en zona verde

En esta segunda zona, desde el mes de mayo de este 2021, se vive una situación irregular, ya que una de las instalaciones deportivas, el gimnasio Eurofitness Vall d'Hebrón (UEsports - Centre Municipal de Tenis Vall d'Hebron), ha habilitado una zona de aparcamiento exclusivo para abonados en un espacio situado en el paso de Isadora Duncan que hasta aquel momento era de uso de peatones y que, como ha podido comprobar elNacional.cat, está catalogado urbanísticamente en la categoría 6a, es decir, la reservada a parques y jardines.

La zona delimitada cuenta con viales de acceso perfectamente señalizados, que identifican claramente el solar como espacio reservado para los abonados al gimnasio, aunque no cuenta con ninguna barrera ni requiere ninguna identificación para poder acceder.

El espacio convertido en aparcamiento tendría que ser de uso de peatones / Carlos Baglietto

De hecho, el caso dio el salto al ámbito político el mismo mes de mayo, cuando se privatizó la zona, cuando la Associació de Veïns i Veïnes de la Vall d’Hebron solicitó el 11 de mayo, vía correo electrónico al ayuntamiento de Barcelona y en concreto a la segunda teniente de alcaldía, Janet Sanz y a la concejal del distrito de Horta-Guinardó y hasta septiembre, también responsable de Movilidad, Rosa Alarcón, todo tipo de informaciones relativas al nuevo uso del espacio. Según ha podido saber elNacional.cat, la petición no ha obtenido respuesta.

También el mismo mes de mayo, con fecha del día 26, el Grupo Municipal de JxCat en el consistorio entró la siguiente pregunta al ayuntamiento de Barcelona, firmada por los concejales Jordi Galbis i Francina Vila: "Cuál es el comportamiento del gobierno municipal con respecto al aparcamiento situado en el Parc de la Vall d'Hebron (C/Isadora Duncan) por el Centre Municipal de Tenis Vall d'Hebron"?.

La respuesta, del 10 de junio y firmada por Rosa Alarcón, asegura que "antes de la pandemia, las instalaciones deportivas municipales Tenis Vall d'Hebrón y Olímpics solicitaron una ordenación del aparcamiento de los dos equipamientos en los entornos de Isadora Duncan. Se sectorializó qué zona correspondía a cada instalación, pero no se pudo implantar porque en el punto más intenso de la pandemia el pabellón de la Vall d'Hebron se convirtió en pabellón sanitario. En el momento que dejó de serlo entró en funcionamiento esta ordenación y los dos servicios deportivos han transmitido su satisfacción". Ninguna mención respecto a la ocupación de espacio de uso público.

El distrito se compromete a "revertirlo"

Con todo, el pasado 12 de noviembre, en el marco del Consejo de Barrio de la Vall d'Hebron, la concejala Alarcón admitió que la zona de aparcamiento para abonados ya había sido motivo de una reunión con entidades vecinales para revertir la situación: "No estoy de acuerdo con lo que está pasando en estos momentos de ocupación de Isadora Duncan por parte del club de tenis", afirmó la concejala, para añadir que "eso pasó en un momento en que yo no estaba y que yo no estoy de acuerdo". "Esta situación se está revirtiendo en estos momentos y se revertirá", concluyó. Un mes después, a pesar de todo, la situación sigue igual.

 

 

Por otra parte, la dirección del EuroFitness Vall d'Hebron defiende la legalidad de la zona de aparcamiento para abonados. "Tenemos permiso del distrito para habilitar el aparcamiento", asegura el director del centro, Sergi Espinal, en conversación telefónica con elNacional.cat, y señala que la petición se hizo a raíz de la conversión de todas las zonas de aparcamiento en espacios restringidos a residentes y que se tramitó a través del "consejo de equipamiento", del distrito de Horta-Guinardó.

Es más, con respecto a la existencia de carteles señalizadores de la zona, desde la dirección del gimnasio se rechaza que se hayan puesto de manera unilateral, ya que fueron validados por "técnicos del Ayuntamiento". Además, apuntan que la inexistencia de barrera y la imposibilidad de destinar personal a vigilar el acceso incluso permite que "se cuelen" en la zona vehículos que no pertenecen a abonados. En todo caso, el gimnasio se muestra abierto a atender cualquier decisión que pueda tomar el ayuntamiento sobre el aparcamiento.

Coches aparcados en la zona reservada / Carlos Baglietto

A pesar del posicionamiento del gimnasio, la habilitación de la zona de aparcamiento en zona 6a constituye una irregularidad urbanística que concierne directamente el Ayuntamiento de Barcelona y en concreto a la concejala del distrito de Horta-Guinardó, Rosa Alarcón, que además, hasta mediados de septiembre era concejala de Movilidad.

La cuestión es como es que si el distrito admite que hay "que "revertir" la situación, como es que no se ha hecho todavía y, especialmente, quien asumirá las responsabilidades políticas de una decisión que el mismo consistorio reconoce como desacertada.

 

Imagen principal: Entrada a la zona de aparcamiento exclusivo, claramente señalizada / Carlos Baglietto