En la calle Maladeta del barrio de Porta (distrito de Nou Barris de Barcelona), durante más de diez años se hizo realidad un sueño autogestionario: los vecinos ocuparon un solar destinado a la construcción de pisos y establecieron huertos urbanos como clara reivindicación de la necesidad de revertir el espacio disponible al vecindario. Con todo, el espacio tenía propietario -de hecho, propietarios-, y el viernes pasado, 8 de septiembre, los huertos fueron devastados y se pusieron vallas a todo el entorno, todo preparado para empezar unas obras cuyo inicio podría ser inminente.

Manifestación de los vecinos, este domingo / Jordi Palmer

Como respuesta, este domingo por la noche casi 200 vecinos se manifestaron en defensa de los huertos y en protesta por la acción de la propiedad, en especial la constructora Núñez y Navarro, propietaria de la mayoría de fincas destinadas a la construcción de nuevos pisos. La concentración acogió las reivindicaciones de vecinos y hortelanos y finalizó tumbando las vallas que limitan uno de los solares.

Un poco de historia

Los solares de la calle Maladeta quedaron libres hacia los años 2003/2004, cuando se concluyó el derribo de dos islas de casas de autoconstrucción y se urbanizaron y conectaron las calles Maladeta y Alcúdia con el paseo de Pi i Molist. Los solares quedaron vacíos y sin uso hasta que el 2009/2010, ante la posibilidad que empezaran las obras de construcción de nuevos edificios, los vecinos los ocuparon, estableciendo una serie de parcelas que fueron gestionadas por los nuevos hortelanos, que durante todos estos años han podido hacer cosechas de todo tipo de hortalizas.

"Hay la intención de edificar hasta las 5 o 6 plantas", lamentaban el domingo portavoces de los vecinos, que en declaraciones a elNacional.cat, señalaron que a pesar de se hayan devastado los huertos en su totalidad, "de momento sólo lo hacen para sacar pecho", ya que consideran que no empezarán las obras hasta que se pongan de acuerdo todos los propietarios de los locales.

Los vecinos protestan

En todo caso, los vecinos quisieron expresar su protesta por el cierre de los huertos entre gritos en contra del especuladores y consignas como 'Maladeta verda, polítics a la merda,' reivindicando que se conserve este espacio para el barrio.

La protesta finalizó tumbando parte de las vallas / Jordi Palmer

Durante la concentración, uno de los hortelanos, de nombre Juan, quiso recordar que en su momento se presentaron más de un millar de firmas con propuestas para el uso del espacio que pasaban por la conservación de los huertos, la creación de un corredor verde o la utilización para equipamiento y que "las tres fueron rechazadas por el Ayuntamiento".

Ante este panorama, una posible solución pasa por que sea el mismo consistorio quien compre los solares y los dedique a equipamiento o vivienda social, extremos que, de momento, no parecen entrar en los planes de los constructores.

Al fin y al cabo, una rambla verde ocupada por huertos autogestionados ha cerrado estos días un episodio que durante unos años se hizo realidad. En el futuro, pisos de nueva construcción ocuparán ese espacio.

 

Imagen principal: Los huertos han quedado completamente devastados / Jordi Palmer