De Ildefons Cerdà hay detalles muy conocidos, como que es el autor de la reforma urbanística de Barcelona que dio lugar al Eixample a través del conocido, en honor suyo, como Pla Cerdà, o que fue el autor de la Teoría general de la urbanización y como tal, es uno de los padres del urbanismo moderno. De Cerdà también hay detalles medio conocidos, como entre 1873 y 1874 fue presidente de la Diputación de Barcelona o que el Ayuntamiento de Barcelona lo honró con una plaza en los confines de la ciudad y sin ninguna relación con su plan el año 1959.

Con respecto a los detalles poco conocidos, está el hecho de que formó parte de la milicia nacional, donde fue teniente de granaderos y posteriormente comandante del batallón de zapadores (en la imagen principal, un joven Cerdà con uniforme de comandante de zapadores). Y todavía menos conocido es que fue concejal del Ayuntamiento de Barcelona en dos ocasiones y que durante el ejercicio de este cargo fue a prisión por sus posicionamientos políticos. Cerdà, representante del Ayuntamiento de Barcelona, padre de la ciudad moderna, ¿fue a prisión en más de una ocasión? Pues sí, este es un episodio barcelonés de los que no se habla mucho pero que vale la pena conocer, porque, además, el concejal Cerdà... ¡asaltó la Casa Gran!

Plan|Plano Cerda eixample Museo de Historia de la Ciudad Barcelona
Proyecto original del Plan Cerdà / Museu d'Historia de la Ciutat

En el convulso reinado de Isabel II, que empezó con una guerra civil y acabó con una revolución que la envió al exilio, hubo un momento de respiro con el llamado bienio progresista, entre julio de 1854 y julio de 1856. Dos años en que se promovieron varias reformas legislativas e incluso se formuló una constitución que nunca llegó a ser proclamada. En este contexto y en un ambiente de euforia revolucionaria, Cerdà se convirtió en concejal del Ayuntamiento de Barcelona en noviembre de 1854, en paralelo a su nombramiento como comandante de zapadores por parte del gobernador civil de Barcelona, Ciril Franquet i Bertran, que por orden de su antecesor, Pascual Madoz, le encargó un trabajo que sería clave para la formulación posterior del Eixample, la de alzar el plano topográfico del llano de Barcelona.

Huelga general de 1855

Según relatan F. Xavier Hernàndez Cardona y Mar Hernàndez Pongiluppi al libro La Barcelona de Cerdà. La cábala y la construcción del Eixample (Àngle Editorial, 2015), el concejal y comandante Cerdà se vio involucrado en la primera huelga general de Catalunya, que empezó el 2 de julio de 1855. Según el libro citado, "Barcelona y Catalunya quedaron paralizadas", a raíz de la ejecución del dirigente obrero Josep Barceló. En aquel contexto, se plantó una bandera roja a la plaza del Padró, pero "el Ayuntamiento la retiró y se negó a devolverla a los trabajadores". "El 3 de julio -continúa la obra mencionada- Cerdà desplegó a su batallón, entró en la Casa de la Ciudad y recuperó la bandera, que fue devuelta a su lugar con escolta militar".

Ildefons Cerdá (1878)
El retrato más conocido de Ildefons Cerdà, de 1878 / Ramon Martí Alsina

Aquel hecho no le pasó factura inmediata, hasta el punto que en el marco de la huelga pudo acompañar una delegación obrera a Madrid y pudo demostrar, gracias a los datos obtenidos durante la elaboración del estudio topográfico, "la miseria del proletariado y la justeza de las reivindicaciones". En todo caso, eso no evitó lo inevitable, solo lo retrasó. En 1856, el capitán general de Barcelona, Juan Zapatero y Navas, el mismo que había ordenado la ejecución de Josep Barceló, lo destituyó de su cargo en el Ayuntamiento y lo encarceló. Y no una vez, sino dos, porque el año siguiente lo encerraron en la Ciutadella, como en la primera ocasión. Para suerte de Cerdà, las dos veces estuvo encerrado poco tiempo.

Segunda ocasión como concejal

La de 1854-56 fue la primera experiencia como concejal, pero hubo una segunda. Cuando el Eixample empezaba a convertirse en una realidad, Cerdà fue nuevamente nombrado concejal del Ayuntamiento de Barcelona en 1863, y esta vez aguantó en el cargo hasta 1866, y esta vez sin visitas a prisión. Al contrario, se convertirá, en virtud de su cargo de concejal, en director de la sociedad inmobiliaria Fomento del Ensanche de Barcelona que será el instrumento que permitirá el desarrollo del Eixample a partir del primigenio plan Cerdà. Uno de los padres de Barcelona moderna, pues, pasó por la Casa Gran, sí, pero también por la prisión de la Ciutadella. Y es que no se sabe nunca.