Tres polémicas en menos de 24 horas. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, acumula críticas por todas partes. Primero, un hombre sin techo herido de bala por un agente de la Guardia Urbana, en estado crítico en la UCI; después trata de "rollo" hablar en catalán como alcaldesa de la capital catalana que es. Y ahora, el plan de movilidad en el Eixample que teóricamente tenía que triunfar no gusta a nadie. Sectores vecinales como los del Poble Nou recuerdan el "fracaso" de la supermanzana, patronales y asociaciones también se muestran contrarias para la progresión económica. Ahora, la implantación de este proyecto en el barrio emblema del Plan Cerdà tampoco convence a los ecologistas.
La plataforma Eixample Respira ha escrito: "Queremos manifestar nuestra decepción y preocupación respecto del plan que tiene que servir, según los responsables del Ayuntamiento de Barcelona, para transformar el centro de la ciudad durante los próximos 10 años". Este colectivo vecinal se define como apartidista, del distrito del Eixample de Barcelona y comparten una gran preocupación por la calidad del aire que respiran. Los motivos que dan para la crítica son, principalmente, que el plan se centra en "pacificar unas vías que actualmente ya lo están" y piden actuar realmente para reducir los niveles de contaminación y ruido generales.
Por otra parte, tildan de mentira todo el plan de Colau: "El nombre del plan Superilla Barcelona es engañoso" y se preguntan cómo se puede marcar un contraste tan grande entre este proyecto y "la eliminación inmediata" de carriles en la calle Aragó, Diagonal, Gran Vía y Ronda Universitat. Además, aseguran que la concreción del plan deriva a "otras legislaturas", con lo que denotan que el gobierno municipal de los comunes se lava las manos.
Eixample Respira concluye su argumentario con unos datos: "Es uno de los distritos con mayor grado de densidad y contaminación de vehículos privados por kilómetro cuadrado en Europa, provocando, según estudios científicos de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, 1.000 muertes en toda la ciudad como consecuencia de la contaminación atmosférica".
Fracaso de movilidad
En paralelo, se acumulan las demandas de mejora de movilidad y crítica a las nuevas iniciativas del gobierno de Colau. Enfermeras, médicos que trabajan en la UCI, pediatras y todo el sindicato de sanitarios del Vall d'Hebron han denunciado lo que consideran que es el último despropósito de la alcaldesa Ada Colau: convertir todo el entorno del hospital en zona verde y, en menor medida, un espacio reducido para la azul. Una zona habilitada anteriormente de aparcamiento libre de la que hacían uso los sanitarios, pero también los pacientes y sus familiares. La medida se ha implementado este otoño y con el aumento de impedimentos y más en una época excepcional de estos centros derivada de la Covid-19, la situación cada vez es más insostenible.
Ahora pueden tardar más de media hora para encontrar un aparcamiento y siempre pensando en que tendrán que bajar o renovar a través de la aplicación el coste del estacionamiento. Un gasto que, además, dificulta el trabajo de muchos de ellos, que tienen jornadas maratonianas de guardia. El Sindicato de Médicos de la Vall d'Hebron define como "un desierto" lo que han dejado para los trabajadores. Además, la opción de pagar a través del parking del Ayuntamiento BSM, incluso con el gasto, es inviable: "No hay bastante aparcamiento en el parking BSM. Está lleno desde mediados del 2019. Tiene un coste para los trabajadores de 600 euros el año, por 9 horas al día, y más caro si se hacen guardias. La zona verde 29 está vacía al 90%, todo el día, en particular en torno al hospital, las zonas menos habitadas".