Novena mañana de lunes con huelga en el metro de Barcelona. Los usuarios dan muestras de fatiga después de soportar tantas jornadas con largas esperas en los andenes, de hasta 10 minutos en varios puntos de la ciudad. Esto es lo que se percibe desde primera hora en estaciones como La Sagrera y Sants, dos de los principales nexos del transporte barcelonés. "Esto es inaguantable. Llevamos ya días así y no siempre hay una alternativa", sostiene Marc, que espera en el andén de la L1 de la estación de La Sagrera, que tiene un largo recorrido hasta llegar al trabajo.

40 minutos de espera

En plena hora punta, cerca de las ocho de la mañana, se percibe el agobio en el ambiente. El metro está acostumbrado a llenarse, pero no de la forma en que lo hace en jornadas como esta. Los trabajadores decidieron colocar las pausas estratégicamente en las horas punta, con dos paradas parciales especialmente complicadas para los usuarios: de 7 a 9 de la mañana, y de 8 a 10 de la noche.

Por ello, la indignación de los usuarios parece ir dirigida hacia el personal del metro, como explica Laura, en la misma estación situada en Nou Barris. "Entiendo que tienen su derecho, pero al final lo acabamos pagando nosotros", cuenta ciertamente resignada.

Para Laura, una freelance que hace todos sus desplazamientos por la ciudad en el suburbano, la huelga se está convirtiendo en un auténtico problema. Le supone levantarse muy temprano, porque desde el Guinardó hasta sus reuniones de trabajo a menudo tiene que pasar largos ratos en el metro. Esperas que ahora se hacen más y más largas. "He llegado a pasar 40 minutos esperando un tren en un día de huelga", explica por su parte Albert, que espera su tren justo delante del cartel que anuncia una espera superior a los seis minutos.

Los usuarios bajan en la estación de La Sagrera (L1), esta mañana / Laura Gómez

Albert ha tenido que cambiar su horario laboral los lunes, después de llegar a un entendimiento con su jefe. Normalmente sale a las 20:45 h del trabajo, pero ahora tiene que salir a las 19 h y hacer jornada intensiva. "No me queda otra. Vivo en Canyelles y trabajo en Santa Coloma. Normalmente estoy una hora en el metro", sostiene este fotógrafo de interiores, que en una jornada de huelga ha llegado a tardar dos horas para hacer el mismo recorrido.

Críticas al Ayuntamiento

Laura cuenta que raramente se pueden encontrar alternativas, tal como había contado Marc. "No sé si podría coger otro medio, pero sería un lío. El Bicing podría ser una opción razonable pero no es tan fácil", explica. ¿Por qué no es fácil? Pues sencillamente porque no suelen haber bicis disponibles a la hora que sale de casa y por eso tiene que volver al suburbano.

Pero no solo se señalan a los trabajadores o a la falta de alternativas, sino también la gestión del Ayuntamiento en el asunto. "Colau no lo está gestionando como toca", comenta Javier, que espera el metro en la estación de Sants, en dirección Trinitat Nova. Este emprendedor encuentra "inaudito" que se lleven nueve jornadas consecutivas y que desde el Ayuntamiento "no hayan reforzado otros medios de transporte".

En la L5, las aglomeraciones en hora punta son muy importantes / Laura Gómez

Además, Javier considera que desde el consistorio "no parece haber una voluntad de solucionar" el conflicto, porque sino considera que ya se habría alcanzado un acuerdo. "Con el Mobile o con otros grandes eventos, jamás se había demorado tanto el acuerdo", explica visiblemente disgustado.

Javier es un rostro más del enfado en un nuevo día de huelga en la capital catalana. Presión por llegar al trabajo, aglomeraciones y críticas. Aunque el enfado se mantiene, muchos parecen darse por vencidos e incluso parecen haberse llegado a acostumbrar a esta situación. "Parece increíble que vea el tiempo de espera y ni me sorprenda", declara despidiéndose.