El 1 de febrero de 2018, a duras penas quince días después de un inesperado anuncio según el cual el Tramvia Blau iniciaba un paro indefinido, el emblemático tranvía que recorre la avenida del Tibidabo entre las plazas Kennedy y Doctor Andreu quedó fuera de servicio. Han pasado cuatro años y medio y aunque ha habido avances en ámbitos próximos, como la modernización del funicular del Tibidabo, ahora denominado Cuca de Llum, en el caso del Tramvia Blau todo está aún por hacer, ya que ni siquiera hay sobre la mesa un proyecto para llevar a cabo la renovación, aunque este mes, septiembre de 2022, se agota el plazo que la misma administración se había dado para tenerlo.

Es por eso mismo que Junts per Catalunya ha avisado este martes a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y a su gobierno municipal, que ya llega tarde a la hora de poner en marcha la maquinaria administrativa que pueda permitir encauzar el nuevo proyecto de tranvía en el plazo mínimo de tiempo posible. "Hace más de cuatro años que no tenemos servicio del Tramvia Blau y queremos recordar al gobierno municipal que es un proyecto urgente y no podemos permitir más demoras", ha exclamado el portavoz del Grupo municipal de Junts per Catalunya en Barcelona y concejal adscrito a Sarrià-Sant Gervasi, Jordi Martí Galbis, en una atención a los medios justo en la parada en desuso del tranvía en la parte inferior de la avenida Tibidabo.

Martí Galbis ha alertado que el plazo para presentar el proyecto finaliza "de manera inminente", y que por eso conviene desbloquear un proyecto que supondrá una inversión de hasta 19 millones de euros que tendría que incluir la reurbanización de la avenida Tibidabo, las plazas Kennedy y Doctor Andreu y la calle Bosch i Alzina, donde se encuentran las cocheras, además de "rediseñar los nuevos convoyes del Tramvia Blau para adecuarlos a la normativa de seguridad actual". "Alertamos al gobierno municipal de que no podemos esperar más, queremos ya el proyecto ejecutivo para proceder a la licitación de las obras", ha señalado, para añadir que "se ha perdido un mandato" y mostrarse confiado que en el próximo se pueda desarrollar con un nuevo gobierno municipal y se puedan empezar las obras en 2023.

Asimismo, Galbis ha aprovechado para recordar que el gobierno del distrito de Sarrià-sant Gervasi, encabezado por Albert Batlle, prometió una comisión de seguimiento multidisciplinar del proyecto y que esta "ni se ha constituido ni se ha convocado", ya que ni los vecinos ni las plataformas vecinales "tienen ninguna noticia de esta comisión". Además, Marti Galbis ha anunciado que llevarán el tema al próximo plenario de Sarrià-Sant Gervasi y ha considerado que el abandono del Tramvia Blau es también un ejemplo de la "discriminación de este distrito desde el punto de vista de la inversión", ya que está a la cola de los diez distritos barceloneses con respecto a las inversiones por parte del consistorio.

Rechazo del trenecito turístico

Asimismo, el portavoz de Junts ha rechazado que el servicio alternativo que se puso en marcha los meses de julio y agosto, un trenecito turístico fuertemente criticado por los amantes del transporte original, pueda ser considerado como "un servicio sustitutivo de futuro del Tramvia Blau", y por eso ha defendido la necesidad de activar un proyecto que incluya un tranvía del siglo XXI con convoyes que "respondan a los requisitos técnicos y de seguridad y de normativa comunitaria", que incluiría "rehacer la ingeniería y el diseño", pero que en cualquier caso, que puedan dar un "servicio con todas las garantías a vecinos y turistas".

Cuatro años sin calendario

El mismo enero de 2018, cuando se anunció el paro indefinido del servicio, Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) avanzó que la remodelación integral del Tramvia Blau tendría un coste aproximado de 11 millones de euros, pero no añadió ningún calendario de ejecución. Esta inversión inicial incluiría el coste de la nueva plataforma ferroviaria, el cambio de todas las vías y la catenaria, la renovación de uno de los tranvías, la reparación de los tranvías que habitualmente hacen el servicio con pasajeros, la tramitación de la licencia de actividad y otras actuaciones complementarias.

El 28 de enero del 2018, un domingo, el Tramvia Blau hizo sus últimas circulaciones, hecho que provocó numerosas protestas de usuarios y amantes de este emblemático transporte, que todavía se enfurecieron más este verano cuando fue sustituido por un trenecito turístico. El mismo anuncio de cierre ya provocó la reacción del PDeCAT -embrión de lo que ahora es Junts- y ERC, que pusieron en marcha medidas en contra del paro indefinido. El Tranvía Azul, que data de 1901, es el único superviviente de la antigua red de tranvías de Barcelona. Hace un recorrido de 1.276 metros desde el inicio de la avenida del Tibidabo hasta la plaza del Doctor Andreu, y salva un desnivel de 93 metros. TMB es el operador desde 1981, por cesión del Ayuntamiento de Barcelona.