Las obras de la Superilla del Eixample de Barcelona siguen avanzando y a partir del viernes 18 de noviembre se vivirá un cambio de primera magnitud en el marco de la conversión de cuatro calles en Eixos Verds. Este día las cuatro calles afectadas, en especial Consell de Cent porque es el más extenso, pero también Girona, Rocafort y Comte Borrell, dejarán de ser calles continuas para el tránsito rodado, es decir, no se podrá circular en línea recta, sino que las mismas obras obligarán los conductores a girar en cada intersección de manzana, con la intención de sacar el máximo de coches de las calles que se tienen que convertir en Eixos Verds. Estas restricciones no afectarán bicicletas y patinetes eléctricos.
Según ha informado este martes el Gerente Adjunto de Movilidad e Infraestructuras del Ayuntamiento de Barcelona, Manuel Valdés, esta medida no se había implantado hasta ahora porque las obras no lo pedían, pero ahora se ha llegado a un punto que ya es necesario hacerlo. A efectos prácticos, eso querrá decir que coches y motos particulares se verán obligados a girar y salir de las calles en obras a cada manzana. "La misma configuración de la calle y la distribución del espacio físico condicionará a que la salida de los vehículos esté encarada a dar el giro", ha precisado Valdés. Con estos cambios se persigue adelantar en las obras pero también avanzar en la configuración final de los Eixos Verds donde sólo se podrá acceder en vehículo privado en condiciones concretas, como accesos a parkings o tareas de carga y descarga.
Cada vez menos coches
De hecho, si antes de la implantación de un carril de urbanismo táctico durante la pandemia por una calle como Consell de Cent circulaba una media diaria de unos 16.000 coches -a pesar de que con diferencias según el tramo- aquella primera reducción ya supuso que 7.000 coches dejaran de pasar por la calle, quedando en unos 9.000, que, con el inicio de las obras se han reducido a unos 6.500/7.500, y que ahora se prevé que se reducirán de forma drástica, ya que las calles afectadas dejarán de ser útiles para atravesar el Eixample. Ahora bien, aunque el Ayuntamiento no lo ha querido verbalizar, el temor es que los vehículos que utilizan los Eixos Verds se acaben desplazando a vías que no están afectadas, como Gran Via y València en el caso de Consell de Cent, aumentando el colapso de estos viales. De hecho, el gobierno municipal se resiste a ofrecer rutas alternativas para evitar las calles afectadas.
En todo caso, desde el gobierno municipal se insiste en que la implantación de estas nuevas restricciones, que ya serán definitivas, estará acompañada por campañas informativas, cosa que no anula la previsión de que los primeros días pueda haber "situaciones de confusión". De hecho, se señala que aunque continuar recto no será posible, tampoco será del todo imposible, ya que está previsto que sí que puedan pasar los vehículos de emergencia, aunque tendrán que dar algunos giros. Si lo hacen los vehículos privados, según ha apuntado Paco Alcañiz, director técnico adjunto de BIMSA y responsable de las obras, se tratará de "incorrecciones voluntarias" que implicarán dar varios giros y saltarse señales.