Las lluvias del pasado fin de semana en el área metropolitana de Barcelona han sido recibidas casi por unanimidad como una buena noticia, vista la situación de sequía actual. Sin embargo, este último episodio de lluvias ha sido fatal para David Barrero, pastor de Collserola, que, afectado por un largo litigio, tiene a su rebaño durmiendo al raso en la zona de Can Coll, en Cerdanyola del Vallès, desde el pasado mes de septiembre y, precisamente a causa del episodio de lluvias, ha perdido ya 13 corderos. Barrero no dispone de una granja en condiciones, por el hecho de que otro pastor, José Montoya, se ha atrincherado en la nave ganadera de Ca n'Oller, en Montcada i Reixac.
Vamos por partes, Barrero, que también tiene pendiente resolver con el Ayuntamiento de Barcelona la concesión para pastorear en la vertiente barcelonesa de Collserola, que fue suspendido el verano pasado a causa de la sequía, fue el ganador de la concesión del Consorci del Parc Natural de la Serra de Collserola para pastorear en la zona de Montcada y Cerdanyola. En este concurso quedó, como segundo clasificado, Montoya, que era quien tenía la concesión hasta aquel momento. El hecho es que este pastor impugnó el concurso ante el Tribunal Catalán de Contratación Pública, el cual dio la razón a Barrero, pero Montoya ha presentado recurso al TSJC y ha decidido no moverse de la nave ganadera hasta que no se resuelva la cuestión.
Un pastor atrincherado en Montcada
Con Montoya atrincherado con su rebaño en la nave de Ca n'Oller, el Parque de Collserola ofreció a Barrero la posibilidad de llevar su rebaño a Can Coll, en un espacio que no es un espacio cobijado, "sino un corral", que con las lluvias de los últimos días se ha convertido en una trampa mortal para los corderos recién nacidos. "Es un corral donde había una antigua viña", asegura Barrero en declaraciones en ElNacional.cat, que no reúne las condiciones para tener el rebaño "conforme la ley de bienestar animal". Todavía más, mientras no ha llovido, la situación se ha podido aguantar, pero con la lluvia, se ha convertido en un lodazal: "ya tengo trece corderitos muertos, dos más con sonda y dos más que los estamos intentando recuperar", afirma el pastor.
"Que el otro pastor esté atrincherado me crea un prejuicio enorme", señala Barrero, que reclama a la otra parte que reconozca que ha perdido el concurso y que se marche. En este sentido, recuerda que este tipo de concesiones son por dos años prorrogables a dos más y que no se genera un derecho a permanecer en la nave si se pierde. Es más, recuerda que en el concurso, sacó 73 de 80 puntos posibles, mientras que Montoya sacó 44, suficiente distancia para entender, después de la revisión del Tribunal Catalán de Contratación Pública, que dio por bueno el resultado, que "él perdió y yo gané, y no se va".
Estoy en un espacio que no es una nave y que no cumple con los requisitos de bienestar animal, no estoy donde tengo que estar", asegura David Barrero
De hecho, Barrero señala que el Parc de Collserola se ha posicionado a su lado para exigir que Montoya abandone la nave de Montcada, que es de propiedad municipal, y lamenta que tenga que esperar a que se libere la nave ganadera para llevar su rebaño. "Estoy en un espacio que no es una nave y que no cumple con los requisitos de bienestar animal, no estoy donde tengo que estar", insiste Barrero, que apunta que esta situación "le está provocando importantes pérdidas".
Montoya se defiende
Por su parte, el otro pastor, José Montoya, se defendía hace unos días, en declaraciones a Betevé, asegurando que hace 30 años que pastorea el rebaño en esta zona de Collserola, que tuvo que esperar bastantes años a poder utilizar una nave como la de Ca n'Oller y que se habría podido marchar, pero desde el mismo Parc de Collserola "me convencieron para que me quedara". Por eso, Montoya, que los últimos años se había presentado en solitario al concurso hasta la última convocatoria, del 2023, ha decidido no marcharse de la nave. "Tener que dejar eso para mí es la ruina", asegura, apuntando que le quedan pocos años para jubilarse y quedarse sin trabajo ahora le perjudicaría la pensión.
En esta situación, Montoya ha decidido continuar atrincherado a la espera de la respuesta a su recurso, mientras que Barrero exige que vacíe la nave para que él pueda llevar su rebaño, que duerme en el raso, con el peligro que eso comporta cuando llueve.