Si el encendido de luces es el principio oficioso de Navidad, ya se puede decir que ya ha llegado esta época del año en Barcelona y que este año lo ha hecho desde la plaza Major de Nou Barris, donde miles de personas, cinco mil según cifras del Ayuntamiento de Barcelona, han querido ver en directo el espectáculo que ha precedido el encendido de luces, primero en este punto y, acto seguido, en el resto de Barcelona. En virtud de la voluntad de descentralización de las fiestas que impulsa el gobierno municipal, esta vez la celebración ha tenido lugar en este distrito, donde la ciudadanía ha respondido dejando pequeña la plaza.
El espectáculo 'Anys llum', de la compañía La Brutal ha sido el hilo conductor que ha llevado al encendido de luces, que ha querido ofrecer una actuación dinámica y alegre, pero que ha incluido una pizca de crítica social, a través de una historia que ha empezado con un gran apagón que ha impedido el encendido y que ha sido fácilmente interpretable como una queja a la crisis energética actual y el desorbitado aumento de los precios. Todavía más, cuando se ha buscado un culpable a la situación, se recorrido al clásico "no es nuestro, es de ellos" para concluir que no puede ser que "los 'ellos' de siempre" hayan sido capaces de dejar la ciudadanía sin luces de Navidad. Quién lo ha querido, lo ha entendido.
En todo caso, y como no podía ser de otra manera, la historia ha tenido final feliz, después de recorrer en varios cuadros el recorrido de la luz y de las fiestas, pasando por la prehistoria, las saturnales romanas, las brujas e incluso la Rosalia, con varios números musicales, se ha hecho la luz -y las luces-, con un pequeño castillo de fuegos acompañando este primer encendido y dando paso a una actuación final del dúo Ginesta que ha interpretado la que quiere ser el villancico del año, 'Barcelona és un regal'. Y acto seguido, la luz de Nou Barris se ha contagiado al resto de la ciudad.
Barcelona tiene ganas de Navidad
De hecho, este será la primera Navidad postpandémica, y solo hace falta recordar que justo hace un año, cuando el mismo acto se celebró en la plaza Catalunya, todavía había restricciones en los accesos. Es más, la lluvia de hace un año obligó a retrasar el espectáculo dos horas y esta vez, aunque por la mañana ha llovido, no ha habido que aplazar nada. Si tiene que llover, no vendrá de un día. Eso sí, igual que el año pasado, la tribuna de prensa ha quedado pequeña y la plaza llena hasta los topes. Señal que Barcelona ya tiene ganas de una Navidad que, este año, ha empezado en Nou Barris… Si nos dejan "los 'ellos' de siempre".