El Ayuntamiento de Barcelona ha concedido a la empresa Proxima Serveis Funeraris la licencia para construir un tanatorio en Sants, en el edificio que antiguamente fue la fábrica Germans Climent, en la calle Comtes de Bell-lloc, junto a la estación de tren de Sants, y que posteriormente se convirtió en el Happy Park, el primer chiquipark de Barcelona. Según ha confirmado la empresa de servicios funerarios, la intención es empezar las obras prácticamente de manera inmediata, el mes de enero de 2022, con la previsión de iniciar la actividad a finales del mismo año.
El nuevo tanatorio dispondrá de cuatro salas de velatorio y una amplia capilla de doble altura, gracias a un proyecto arquitectónico desarrollado por el despacho MIRAG Arquitectura, que incluye la recuperación y rehabilitación del edificio, que está catalogado como patrimonio cultural de la ciudad. Por eso, la intervención se hará en coordinación con el Departament de Patrimoni Històric de la Ciutat de Barcelona, que velará para recuperar el protagonismo de los elementos más singulares de esta nave industrial modernista, diseñada por el arquitecto Modest Feu i Estrada y construida en 1925
La licencia ha llegado después de que se aprobara un plan especial de cambio urbanístico en julio del 2020 y el proyecto incluye que Proxima aporte los recursos económicos para la reurbanización del entorno.
Un proyecto cuestionado en el barrio
Con todo, la conversión del antiguo Happy Park en un tanatorio ya levantó polvareda entre los vecinos del barrio a partir de noviembre del 2019, cuando el chiquipark, que abrió en 1994 y se convirtió en el primer parque de bolas de la ciudad, bajó la persiana al no poder asumir una subida de alquiler y se empezó a estudiar la posibilidad de utilizar el espacio como tanatorio.
Según recogió en su momento elNacional.cat, la previsión que aquel espacio dedicado al ocio infantil se convirtiera en un tanatorio -en principio optaba la empresa Funeraria San Ricardo- causó controversia en el barrio, con protestas vecinales para mostrar su disconformidad. Bajo el lema "Stop Tanatori" se inició una recogida de firmas, celebración de reuniones y el lanzamiento de un manifiesto detallando las razones por las cuales se oponían al proyecto.
Una de las voces que se significó en contra del tanatorio fue la de Josep Maria Domingo, presidente del Centro Social de Sants, que en febrero del 2020 criticó que se quisiera emplazar un tanatorio "en una zona como el barrio de Sants, con calles estrechas, no podrá aguantar la elevada movilidad que generan los equipamientos, con movimientos constantes de coches fúnebres y de los familiares de los difuntos".