La 150ª edición de las fiestas de la Mercè arranca este jueves en medio de un clima enrarecido por el malestar creciente ante la gestión de la coalición que ostenta el gobierno municipal formada por Barcelona en Comú y el PSC, con la alcaldesa, Ada Colau, y el primer teniente de alcaldía, Jaume Collboni, como cabezas visibles.

Como es habitual, el Pregón y el Toc d'Inici de este jueves a partir de las 19:00 serán el pistoletazo de salida de una edición de las fiestas que, a pesar de ser las del 150º aniversario, tendrán un formato reducido, sólo tres días -viernes 24, sábado 25 y domingo 26- y con medidas de seguridad marcadas por la persistencia de la pandemia del coronavirus.

Malika Fabre, autora del cartel de la Mercè 2021 / ACN

A pesar del consenso que desprenden tanto la pregonera, la activista vecinal y feminista Custodia Moreno, como el cartel de la edición 2021, obra de la ilustradora Malika Favre, lo cierto es que el gobierno municipal llega a la fiesta mayor de la capital de Catalunya con bastantes frentes abiertos, que podrían desembocar, este miércoles mismo, en una sonora pitada contra la alcaldesa.

¿Habrá pitada?

Es una de las incógnitas de la jornada. En las pasadas fiestas de Gracia, con pregón de Jordi Cuixart, la alcaldesa se llevó una buena bronca que incluso le hizo saltar las lágrimas. En las fiestas de Sants, el ayuntamiento trató de parar el golpe asegurándose que una parte del público asistente al pregón hiciera de claca, aplaudiendo el discurso de la alcaldesa, tratando de apaciguar así los silbidos.

Cartel que ha circulado por redes sociales llamando a una pitada contra Ada Colau

De cara a la Mercè, por medio de las redes sociales se ha promovido una pitada, pero sin que haya ninguna organización, colectivo, entidad o partido político que le dé apoyo explícito. Además, la decisión de cerrar la plaza de Sant Jaume ha sido motivo de malestar político entre el grupo municipal de JxCat, que ve un intento claro de evitar el abucheo y el gobierno municipal, que se justifica en las medidas promovidas por el Procicat para impedir el acceso del público general en la plaza. De hecho, el teniente de alcalde Jordi Martí (BComú), ha cargado contra su tocayo, el concejal Jordi Martí (JxCat) y lo ha acusado de intentar "incendiar la fiesta".

Frentes abiertos

En todo caso, el gobierno Colau-Collboni llega a la Mercè con muchos frentes abiertos, tanto en el ámbito concreto de distritos como a escala de ciudad. Ejemplos hay muchos: el sistema de recogidas Puerta a Puerta implementado en Sant Andreu, todo tipo de protestas vecinales en defensa de puntos singulares de la ciudad como las casas de las lavanderas de Horta, los huertos de Maladeta o el acceso a las baterías antiaéreas del Turó de la Rovira.

Entre los más genéricos está la implementación de las supermanzanas y el urbanismo táctico, los dudosos métodos de pacificar entornos escolares, la controvertida conexión del tranvía por la Diagonal, la guerra declarada al vehículo privado, la aparición de cocinas fantasma dentro de todo el conflicto con los repartidores de empresas como Glovo y Deliveroo, la inseguridad, el incivismo y, por encima de todo, dos problemas principales: los graves problemas de limpieza, especialmente notados este verano, que han propiciado la aparición de plagas de ratas y la eclosión de los macrobotellones incontrolados, que encontraron su máxima expresión en Barcelona durante las fiestas de Sants y que serán el primer objetivo de la Guàrdia Urbana durante los próximos días.

La suciedad, uno de los grandes problemas de Barcelona / Sergi Alcàzar

A todo ello se suma la situación en el pleno municipal, donde la aritmética surgida en las elecciones de mayo del 2018 hace muy difícil articular una alternativa a un gobierno municipal facilitado por el concejal Manuel Valls en su única actuación efectiva de su huidizo paso por la 'casa gran'.

Ecuador de mandato

En el ecuador del mandato, Colau afronta una fiesta mayor casi post-pandémica, una Mercè con cita previa que estará marcada por la necesidad de reservar plaza en todas las actividades, hecho que provocó el agotamiento de las entradas para muchos actos -en especial, conciertos- al cabo de pocas horas de ponerse a disposición del público. Además, los actos se harán con aforo controlado, de manera que la previsión para los más multitudinarios no sobrepasará las 3.000 personas. Tanto es así que el mismo ayuntamiento ha lanzado una advertencia a la ciudadanía: "Si no tienes entrada, no vengas".

Con la aprobación de los presupuestos en el horizonte -con un incremento de cien millones de euros de endeudamiento- y varios proyectos entre manos -la inauguración del túnel de les Glòries sería el más inminente-, Barcelona llega a la fiesta mayor con un malestar latente que se puede notar no sólo entre los grupos políticos de la oposición -que les va de oficio-, sino también a pie de calle. Sólo hay que dar una vuelta por los barrios para captarlo.

 

Imagen superior: El cartel de la Mercè ha generado consenso en todos los ámbitos / AjBCN