Este miércoles, 9 de noviembre, ante la sede del distrito de Sant Martí, se vivió un hecho preocupante, miembros del partido ultra Vox, a través de una entidad pantalla denominada Mi Barrio Seguro, no sólo hicieron acto de presencia en una protesta vecinal convocada por SOS Triángulo Golfo, sino que, además, provistos de un megáfono propio, tomaron la palabra durante unos minutos hasta que los mismos organizadores, una vez alertados del hecho de que se trataba de miembros del partido ultra, optaron por retirarles el turno, originando así una pequeña guerra de megáfonos que, más allá del hecho en si mismo, ha puesto sobre la mesa la necesidad de abordar un problema con el que las entidades vecinales se han encontrado de repente, la presencia de miembros de la ultraderecha en sus convocatorias.

De hecho, no es la primera vez que pasa, pero esta vez ha habido un salto cualitativo, un intento de convertirse en protagonistas, delante del cual varias entidades se han tenido que plantear qué estrategias seguir ante los intentos de infiltración de la extrema derecha. De hecho, la tónica general de las concentraciones vecinales es la de admitir la presencia de políticos de todos los colores a condición de que se mantengan en segundo plano. A modo de ejemplo, en varias concentraciones recientes se ha podido ver al concejal de Valents Óscar Benítez o incluso en la manifestación contra el ruido en la calle de Enric Granados hizo acto de presencia el concejal del Eixample Pau González Val, miembro de Barcelona en Comú, e integrante del gobierno municipal.

"Tenemos que desenmascarar al fascismo". Así de contundente se muestra Jero Lorenzo, miembro de la plataforma SOS Triángulo Golfo y la persona que tuvo que retirar la palabra a los ultras miércoles pasado, que en declaraciones en elNacional.cat apunta que su presencia "es muy preocupante, porque tienen un discurso con el que estamos totalmente en contra, un discurso homófobo, racista y contra las minorías". "Nosotros estaremos muy atentos a que ningún partido quiera sacar rédito de nuestras luchas", añade, para considerar que los movimientos vecinales "tenemos que parar el fascismo en nuestros barrios". "El deber de todos los demócratas es el de frenar todo este discurso xenófobo, racista, islamofóbico y transfóbico", añade.

Precedentes en el Raval y en Nou Barris

Los precedentes más recientes han tenido lugar en el Raval y en Nou Barris, en el primer caso, el pasado 20 de octubre, cuando entre los dos centenares de concentrados había un pequeño grupo de activistas que después resultaron ser de Vox, pero la situación no se detectó hasta el día siguiente, cuando la cuenta oficial del partido ultra en Barcelona difundió imágenes y se vanaglorió de haber dado apoyo a los vecinos de uno de los barrios con más problemas de la ciudad. También en Nou Barris, el 25 de octubre, protagonizaron, con discurso incluido, una concentración por los problemas de violencia en el Parc Central de Nou Barris, atribuidos a los usuarios del Centro Residencial de Primera Acogida que hay en el mismo complejo de la sede del distrito.

 

Y todavía se puede ir más atrás para recordar que el 4 de marzo de este año, el día que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, tuvo que declarar en la Ciutat de la Justícia como imputada por los delitos de prevaricación, fraude en la contratación, malversación de dinero público, tráfico de influencias y negociaciones prohibidas, también hubo presencia de Vox. En aquel caso, sin embargo, el partido ultra anunció su presencia y asistió con pancartas perfectamente identificadas, pero así y todo, aparte de generar tensión con el centenar de personas que daban apoyo a la alcaldesa, produjeron unos momentos de confusión con otro grupo de manifestantes antiColau que rápidamente se apartó de los ultras, para evitar ser confundidos con ellos.

En el caso del Raval, el vocal de la Asociación de Vecinos de este barrio Carlos Martínez, que llevó la voz cantante durante la manifestación, confirma a elNacional.cat su "indignación" por los hechos. "No puede ser que una manifestación no política sea utilizada por alguien en beneficio propio", continúa, además de recordar que los vecinos se mostraron muy molestos por el hecho de que, a través de las redes sociales, miembros de Vox calificaron el barrio de 'estercolero', cosa que lo llevó a dar una dura respuesta vía Twitter. Ahora bien, Martínez señala que no se puede "prohibir la asistencia" a quien quiera participar en una manifestación, pero sí que lamenta que los haya que vayan "únicamente a mostrar oportunismo y populismo". "No podemos permitir que lo utilicen en beneficio propio", remacha.

Nadie conoce Mí Barrio Seguro

Aunque en las otras ocasiones los miembros de Vox hicieron acto de presencia con pancartas caseras que se podrían confundir entre el resto y sin ninguna identificación clara, en la manifestación de Sant Martí lo hicieron con una pancarta serigrafiada a nombre de la entidad Mí Barrio Seguro, con inclusión de su dirección web. La misma entidad ha distribuido imágenes a través de su cuenta de twitter barcelonés, donde se ve a simpatizantes habituales de Vox al lado de un personaje recurrente en este tipo de intentos de sacar rédito a las concentraciones vecinales, el coordinador de Vox en Barcelona, Gonzalo de Oro.

 

El caso es que entre el mundo de los movimientos vecinales nadie tenía noticia de la existencia de esta entidad, que en su cuenta de Twitter, abierto en junio y que no llega a los doscientos seguidores, se autocalifica como 'Asociación sin ánimo de lucro que lucha por un barrio seguro y libre de okupas'. "No lo habíamos oido nunca", asegura Lorenzo, que apunta que una vez han descubierto que los seguían en Twitter han optado por "bloquearlos". Por su parte, Jordi Andolz, miembro de la PACAME (Plataforma Afectats Contaminació Acústica i Massificació d'Esdeveniments), asegura a este medio que "hace un tiempo que había oído hablar, pero que este ha sido la segunda vez que oigo el nombre". Miquel Prats, miembro de la Xarxa Veïnal del Raval, también asegura que no tenía ningún conocimiento "de la existencia de esta entidad".

Todo indica que Mí Barrio Seguro, que también tiene presencia en Madrid, opera como una entidad pantalla de Vox para infiltrarse en las luchas vecinales con la voluntad de difundir entre los vecinos sus mensajes sin que estos se relacionen directamente con el partido ultra Vox. Su estrategia es clara, asumir como propias las reclamaciones vecinales, pero con la voluntad de sacar rédito, ni que sea al día siguiente y por vía de las redes sociales. Ahora bien, las redes sociales les delatan cuándo comparten las mismas imágenes tanto desde Mi Barrio Seguro como desde Vox. Prats apunta que el problema está "sobre la mesa", porque puede llegar a generar "división entre los vecinos". "Nosotros -apunta al representante de la Xarxa Veïnal del Raval- apostamos por una política social y de prevención, pero hay vecinos que apuestan más por la presencia policial", y estos pueden quedarse más con el discurso de Vox.

Políticos sí, pero en segunda fila

De hecho, según las entidades sondeadas por este medio, hay una cierta unanimidad en considerar los movimientos vecinales como transversales y no partidistas. Eso no impide que en sus concentraciones hagan acto de presencia representantes políticos, hecho que, por otra parte, es difícil de controlar. La norma no escrita es aceptarlos siempre que se mantengan en segunda fila "y eso vale para todos, para las derechas y las izquierdos". "Cuando nos manifestamos en la plaza de Sant Jaume -apunta a Andolz-, había gente de Junts y de ERC, callados y dando apoyo, y si la gente viene así, pues bien y lo agradecemos, sean del color que sean".

Ahora bien, la diferencia llega cuando se trata de políticos de ultraderecha o bien quieren asumir protagonismo. O como en el caso de Sant Martí, las dos cosas al mismo tiempo: "Pasamos a otro nivel, con unos señores que se quisieron imponer", señala Prats, para añadir que desde su entidad están "totalmente en contra que esta gente se apropie de las manifestaciones". El problema está sobre la mesa pero como asegura Lorenzo, no se puede aflojar en este tema: "Nos preocupa que se filtren y extiendan su discurso de odio". Al menos, ahora ya se les empieza a conocer...