"El taxi unido jamás será vencido". Esta ha sido la consigna más repetida esta mañana en la manifestación de los taxistas barceloneses contra los VTC, o también nombrados falsos taxis. La manifestación ha empezado en Arc de Triomf, a la altura de la Avenida de Vilanova y ha culminado en la Plaza Sant Jaume. Antes, sin embargo, un grupo de representantes del gremio trasladado su situación en el Parlament.
Según la Guardia Urbana, han participado 2.500 taxistas en la manifestación, cifra que sube hasta los 12.000, según las cifras de los organizadores. Varios sindicatos de taxistas han participado en la concentración, entre los cuales se encuentran Elite -el principal organizador de la concentración-, el Sindicato de Taxistas de Catalunya, la Asociación de Taxistas Pakistaníes de Catalunya, entre otros.
La manifestación se ha enmarcado en la jornada de huelga que celebran este jueves, en el que se ha parado el servicio de taxi en Barcelona desde las 8 de la mañana hasta las 8 de la noche. Ha empezado en Arco de Triunfo, ha seguido por el Paseo a Lluís Companys hasta llegar al Parque de la Ciutadella, ante el Parlamento. Posteriomente, los manifestantes se han desplazado hasta la Plaza Sant Jaume.
A lo largo de todo el recorrido, los taxistas han hecho explotar petardos y tracas, dos de las cuales se han encendido delante de la sede de la cámara catalana y del Ayuntamiento de Barcelona, donde ha tenido lugar un episodio violento. Allí, los manifestantes han cargado sin éxito contra la puerta principal para acceder dentro del edificio.
¿Qué reclaman?
Los taxistas piden la regulación del alquiler de coches en conductor, ámbito que denominan "falsos taxis". Consideran esta competencia es desleal porque está especulando con el mercado, aumentando la oferta y provocando pérdidas a los taxistas con licencia.
Por eso, reclaman a las instituciones catalana y española que tomen medidas para que se cumplan las leyes vigentes en España que limitan la presencia de falsos taxis, muchos relacionados con grande empresas multinacionales como Uber. Actualmente, dos leyes, la ROTT y la LOTT, establecen que sólo puede haber un VTC por|para cada treinta taxis con licencia, ratio que aseguran que se incumple.
"Uber nos llevará a la ruina"
La aparición de servicios de transporte sin licencia ha desestabilizado a los taxistas en los últimos años. Según apuntan, la crisis, junto con la aparición de aplicaciones que ofrecen alquileres de coches en conductor, han reducido entre un 30% y un 50% su negocio.
"Uber nos llevará a la ruina", explica Francisco Franco, un taxista de origen gallego que lleva 40 años en el gremio. Comenta que a la competencia del alquiler de coches "sólo le interesa el negocio del aeropuerto", mientras que los taxistas se tienen que quedar "con el resto". Con todo, asegura que factura la mitad que hace 5 años.
La licencia, principal conflicto
Uno de los puntos más conflictivos es que los conductores de servicios como Uber no tienen que hacer frente a los gastos que implica un taxi con licencia, entre los cuales se encuentran la revisión del ITV anual, el seguro y la misma licencia que muchos, están pagando gracias a créditos bancarios.
"Ellos no pagan nada, en cambio nosotros tenemos que ganar más de 100 euros al día para amortizar los costes del taxi, explica otro taxista, Vicente García, visiblemente enfadado. "Nosotros prohibiríamos estos servicios", explica sobre los VTC, que considera "una competencia desleal".
En la misma línea, María, taxista desde el 2009, apunta que ella todavía está pagando su licencia, que le costó 125.000 euros. Explica que, como ella, hay muchos conductores que han pedido un préstamo bancario para sufragar este coste. Asegura que el conflicto se acabaría "si no hubieran licencias", o bien si "los gobiernos hacen cumplir las leyes".
Críticas a Rajoy
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha estado omnipresente en la manifestación. Muchos taxistas consideran que su ejecutivo permite la presencia de estos servicios de transporte porque hay intereses ocultos detrás. "Cuando Rajoy deje el gobierno, lo pondrán de consejero delegado de Uber", explica Benjamin, taxista desde hace más de una década.
Como él, dos taxistas más critican la "indiferencia" de las instituciones, tan española como catalana, para resoldre el problema. Creen que a pesar de manifestaciones como esta, "está perdido porque no hay nada que hacer ante los intereses de las grandes multinacionales".