Ante un aumento muy significativo de las pintadas en comercios y edificios, algunos históricos como la iglesia de Santa Maria del Pi, el Ajuntament de Barcelona ha querido actuar con mano dura. Esta es una problemática creciente en la cual se intentará poner solución por medio de un endurecimiento de las sanciones contra los grafitis, llegando a plantear la vía penal cuando los dibujos provoquen desperfectos graves o daños patrimoniales, como ha pasado en estas últimas semanas. De esta manera, en caso de que se trate de un deslucimiento, realizado por alguien de forma habitual en una ubicación no autorizada, la Guardia Urbana interpondrá una denuncia de carácter administrativo: esta comportará una sanción de entre 300 y 500 euros, intervenir el material de forma cautelar y elaborar un reportaje fotográfico para determinar los efectos de reparar los daños. Por otra parte, cuando suponga un desperfecto grave o bien se haga en un lugar catalogado, el consistorio plantea la posibilidad de instruir diligencias penales que podrían comportar multas más elevadas o penas de prisión, en caso de que se haya estropeado patrimonio histórico o cultural.
El encargado de comunicado las novedades en rueda de prensa ha sido el portavoz del cuerpo policial, Jordi Oliveras, que ha explicado que "en el 99% de los casos" se pueden interponer denuncias administrativas. De hecho, el número de infracciones se sitúa entre las 150 y los 200 anuales, una cifra que se prevé que se mantendrá en esta línea también en el 2022. Paralelamente, este verano se harán campañas semanales, con más recursos y personal – tanto uniformado como de paisano – en los sitios donde se determine a partir de un estudio previo que es más factible que se puedan hacer pintadas.
Oliveras ha sido acompañado por los concejales de Seguretat , Albert Batlle, y el de Emergència Climàtica y Transició Ecològica, Eloi Badia. Este último ha anunciado también que el consistorio aumentará en 1,8 millones el presupuesto para "hacer frente a las pintadas" y los comercios y negocios podrán pedir a través del teléfono 010 que el ayuntamiento limpie los grafitis de sus fachadas en un plazo de 48 horas . Las medidas se enmarcan en el llamado plan 'Cuidem Barcelona' que tiene que servir para reducir los "comportamientos incívicos de la ciudadanía".
Espacios habilitados
Ante un aumento de las pintadas, aunque se espera que la media se sitúa en línea de años anteriores, el consistorio ha aumentado de 30 a 50 espacios de la ciudad habilitados para dar respuesta a lo que se consideran "propuestas artísticas" y también se reforzará los equipos de limpieza específicos por|para las pintadas. Ahora mismo estos cuentan con 26 unidades del lunes al sábado. De estos, 6 trabajarán solamente en el distrito de Ciutat Vella, donde han proliferado este tipo de pintadas. Oliveras ha definido estos espacios como "lugares donde es más probable que se puedan hacer grafitis o se le pueda pintar".
El concejal Batlle, ha destacado que estas nuevas medidas son necesarias para "abordar la situación de degradación del espacio público con esfuerzo y recursos, y directrices políticas claras e inequívocas", con unas normas que se tienen que respetar y hacer que se respeten".
44 informadoras
En la misma rueda de prensa, los representantes del Ayuntamiento han informado de que se reforzará la recogida de residuos comerciales, que ha pasado de tres días semanales a la recogida diaria, y han alertado de comportamientos de comercios que "colapsan el contenedor" para no doblar los cartones o dejarles fuera. Ante esta situación, el consistorio desplegará a 44 informadoras que harán tareas pedagógicas de interlocución con los negocios y también prevé sanciones de 300 euros que se pueden elevar hasta los 3.000 por comercio en caso de reincidencia.