El metro de Barcelona es una gran caja de sorpresas. El mapa conceptual de TMB, el que se utiliza para los desplazamientos, tiene la visión de ser funcional. Por eso, pierde realismo y esconde muchos de los detalles de la compleja red de transporte. Consciente de esta falta de concreción, Florence Jarrier, un exfuncionario francés, ha elaborado un mapa del metro barcelonés mucho más esmerado, que muestra el corrido de las vías, la dimensión y disposición de los andenes, el año de la inauguración de los tramos, los proyectos pendientes, entre muchas otras curiosidades. El mapa de Jarrier es una manera entretenida de ver el metro y permite hacer algunos descubrimientos.
Al echarle un vistazo, un primer hallazgo son los cocheros, que no son visibles a simple vista por los usuarios del metro. Por ejemplo, se pueden apreciar las cocheras de la Zona Franca, donde descansan los trenes cuando el servicio de metro queda parado la madrugada de los días laborales. Uno de las cocheras más grandes es el de la estación de Vall d'Hebron, donde se pueden contar hasta once vías adicionales.
Las disposición de los andenes también desvela como ha cambiado la manera de construir el metro con el paso de las décadas. La mayoría de las estaciones tienen los andenes al mismo nivel con las vías en el centro o bien con el sistema que se denomina Solución Barcelona, con tres andenes para facilitar los intercambios. En las estaciones más nuevas, las de la L9 y la L10, se puede apreciar como los dos andenes se superponen en dos niveles.
Por otra parte, también es anecdótico ver lo que ya habrán notado muchos usuarios habituales de la L2 del Metro: en un tramo, entre Paral·lel y Tetuan, hay una disposición invertida de las vías, es decir, el metro va por la izquierda en vez de por la derecha. En Plaça Catalunya, lo que es curioso no es la disposición de las vías, sino la aglomeración de vías en un espacio muy concreto. Allí, tal como se puede ver en el mapa, las vías de los trenes de cercanías pasan en medio de las vías del metro.