La figura del alcalde de noche que quiere instaurar Jaume Collboni, y que está dispuesto a ceder al partido que se convierta en su socio de gobierno en el acuerdo que se está cocinando entre bambalinas, es un cargo que puede ser un caramelo envenenado. Un "buen marrón"' como dijo Xavier Trias, al jefe de la oposición de Junts per Barcelona. La intención del alcalde de Barcelona es reactivar la vida cultural y de ocio de la ciudad y las atribuciones que tendría este alcalde de noche sería la de "programar, coordinar y hacer de mediación de la actividad que tiene la ciudad por la noche", según explicó el mismo Collboni, que cuándo hizo el anuncio de que Barcelona incorporaría esta nueva figura en la estructura municipal recordó que otras ciudades ya la tienen, como es el caso de Londres, Amsterdam o Nueva York.
Hay que aportar soluciones y comunicación
En sendas entrevistas con la ACN, los responsables de las tres ciudades explican su experiencia y coinciden que este marrón -como definió Trias-, que supone asumir el cargo de alcalde de noche, solo se puede afrontar desde el diálogo y no a fuerza de imponer multas. Esta figura, según recomiendan Ariel Palitz, la primera alcaldesa nocturna que ha tenido Nueva York; Amy Lamé, responsable en Londres, y el holandés Freek Wallagh, de Amsterdam, "tiene que tener experiencia en establecimientos de noche, talante dialogante y habilidades negociadoras," porque los tres defienden un modelo más dialogante con bares y discotecas que promueva una mejor relación con los vecinos. "Por muy ruidoso que sea un bar o por muchas peleas que haya, no se resuelve nada solo con multas e inspecciones, hay que aportar soluciones y comunicación", afirma Ariel Palitz en una entrevista con la ACN.
Un candidato con experiencia por la noche
También Ariel Palitz era propietaria de un local a Manhattan. "Era considerado el bar más ruidoso de Nueva York porque un vecino llamaba constantemente para denunciarme. Solo era una persona, pero captó mucho la atención de las autoridades y me hicieron la vida imposible", explica. De aquí le viene su activismo para defender el sector y cuando en el 2018 se abrió el concurso para gestionar la noche de la ciudad que nunca duerme, se presentó. Tanto Palitz, Wallagh como Lamé pasaron un proceso de selección público. Nueva York y Amsterdam tienen una oficina que actúa como enlace entre el sector de la noche y el gobierno municipal, mientras que en Londres este departamento está integrado dentro del ayuntamiento de Sadiq Khan. A pesar de su relación en el pasado con el partido laborista, Lamé no había contribuido a las elecciones municipales y optó al cargo a través de un concurso abierto. La posibilidad de que Barcelona también opte por una persona con experiencia en el mundo de la noche, también existe. El alcalde Jaume Collboni reconoció este viernes que este cargo no lo tiene que ocupar "necesariamente" un político y que "puede ser a una persona reconocida en el ámbito del ocio nocturno y el mundo cultural de la ciudad". El alcalde también afirmó que Barcelona se fijará especialmente en el modelo de Nueva York y Londres. Las tres ciudades conciben la oficina de noche como la oficina de noche: un punto de encuentro entre todas las "criaturas de la noche", el ayuntamiento y los vecinos. Eso quiere decir bares, pubs y clubs, pero también trabajadores de otros sectores, como enfermeras o conductores.
Un trabajo muy exigente
El marrón no solo se refiere a los problemas propios de la noche entre todas estas criaturas, sino que la persona que asuma el cargo de alcalde de noche tiene que saber que el trabajo implica trabajar muchas horas. En el caso de Londres, según explica Amy Lamé, tienen horarios partidos, porque durante el día tienen que hacer gestiones con la administración, entrevistarse con responsables de bares, clubs y lugares de espectáculo y ocio nocturno. Así y todo, "tengo uno de los mejores trabajos de Londres", asegura Lamé, que es responsable de lo que pasa entre las seis de la tarde y las seis de la mañana en la capital británica. Su gran reto desde que empezó en el 2016 fue salvar los negocios nocturnos de la pandemia. "Si perdemos los locales independientes, de música en directo, clubs, espacios LGTBIQ+ en Londres, perderíamos el corazón y el alma de nuestra ciudad", alerta Lamé.
Freek Wallagh, por su parte, tiene muy claro que "no solo se trata de sexo y 'rock and roll', sino de cómo nuestras comunidades se pueden reencontrar e ir a la una", Pandemias aparte, Wallagh cree que uno de los grandes retos de un alcalde de noche es "intentar sentar la cabeza a la irracionalidad. Es decir, decidir qué quejas son válidas y cuáles son de gente que solo se queja porque tiene demasiado tiempo libre". Por su parte, Lamé se está fijando en Barcelona para promover una noche más larga en Londres. "Nos gustaría seguir los pasos de Barcelona, flexibilizar las regulaciones y permitir que la hostelería abra hasta más tarde". Reconoce que la cultura juega un papel en los horarios, especialmente teniendo en cuenta que la gente cena "cinco horas más tarde" en Barcelona. Pero a pesar de las diferencias, Lamé quiere que los londinenses puedan disfrutar de una noche más larga: "Hay sitios en Londres que abren hasta tarde, pero queremos más".
Ruido, turismo y seguridad
La noche tiene asociados unos problemas que los tres representantes de Nueva York, Londres y Amsterdam conocen muy bien. El ruido es uno de ellos. "La idea de silenciar la noche es poco realista", opina Palitz. La neoyorquina apostó por mejorar la comunicación entre los vecinos y los locales de manera que, antes de llamar a la policía, hablaran entre ellos. Además, implementó un programa para acabar con las macrorredadas en establecimientos de noche y buscar soluciones dialogando con los propietarios, los vecinos y la policía. Otro de los caballos de batalla es el turismo. "Este es un gran problema. Se han hecho políticas que hacen la ciudad menos habitable, pero después nos giramos y culpamos la noche", lamenta Wallagh. En cambio, Lamé no cree que sea problemático en Londres y, de hecho, dice que los turistas son muy importantes para la economía. Ahora bien, reconoce que el caso de Barcelona es diferente porque es un punto de llegada de cruceristas. "Un alcalde de noche será un gran beneficio para Barcelona porque permitirá integrar la planificación del turismo, la hostelería y la cultura y tener alguien que ayude a coordinar", anticipa.
La tercera preocupación más común que expresan es la seguridad de las mujeres, de las personas LGTBIQ+ y de otros colectivos discriminados. Wallagh explica que está impulsando un programa para hacer "más seguras" las discotecas y los bares, fijándose sobre todo en el acoso sexual. También tiene en el punto de mira el aumento de ataques por la calle a drag queens y homosexuales. Lamé se muestra "muy orgullosa de haber puesto en marcha una "Carta de Seguridad Nocturna para las Mujeres" que han firmado más de 2.500 negocios para comprometerse a garantizar un ocio seguro para las mujeres.
Una figura que funciona
Amsterdam fue la primera en incorporar la figura del alcalde de noche en el 2014, y después otras ciudades siguieron su ejemplo, como ahora quiere hacer Barcelona. Detrás también hay un trasfondo de dinamización económica de la noche. "La economía nocturna es una gran fuente de ingresos y también de nuevas ideas, de arte. Cuando eso está en riesgo, las ciudades buscan a un alcalde de noche que traduzca los problemas en medidas concretas", reconoce Wallagh. Por su parte, Lamé cree que "durante demasiado tiempo las noches han sido demasiado reguladas y poco planificadas", lamenta. "Una perspectiva puramente de orden público no funciona (...). La tendencia a crear alcaldes de noche existe porque allí dónde se ha creado esta figura se ha demostrado que funciona y mejora la calidad de vida de los ciudadanos", remata Palitz.