Detrás de una rehabilitación patrimonial hay toda una serie de actuaciones que a menudo pasan desapercibidas para el gran público. Desde la decisión de restaurar un elemento patrimonial en concreto -en algún caso acompañado de una tormenta política- hasta la entrega de obras, pueden pasar años. Y es que no es tarea sencilla definir y ejecutar un proyecto de rehabilitación, y todavía menos en un espacio patrimonial protegido, ya que aparte de tener que presentar el proyecto a concurso público -y ganarlo-, también es importante contar con un presupuesto que asuma la necesidad de llevar a cabo la restauración con criterios de excelencia, rigor y respeto histórico y patrimonial.

Marta Urbiola, arquitecta del departamento de restauración y socia del estudio BTA Arquitectura, ha sido la responsable del proyecto de rehabilitación reciente del Hivernacle del parque de la Ciutadella de Barcelona, una construcción que data de la exposición de 1888 y que llevaba catorce años no solo cerrado, sino también abandonado. Catalogado como Bien Cultural de Interés Nacional, uno de los máximos niveles de protección, el Hivernacle es un edificio modernista que vuelve a lucir después de un esmerado proceso de restauración, que repasamos con su responsable.

El pasado diciembre se reinauguró el Hivernacle de la Ciutadella después de una rehabilitación hecha por BTA Arquitectura. ¿Cómo ha sido llevar a cabo este proyecto de rehabilitación?
Del Hivernacle de la Ciutadella se tiene que decir que es un casco único, que difícilmente se repetirá, pero porque no hay edificios con estas características. Este es un proyecto que empezó hace muchos años y hemos ido haciendo fases a poco a poco, pero ahora esta última es cuando ya hemos acabado la rehabilitación y hemos recuperado la imagen original del edificio.

Restaurar es trabajar para recuperar el origen: quitamos capas, capas, capas, capas, capas y capas, para recuperar lo que había"

¿Cómo se trabaja con una rehabilitación de un elemento patrimonial de este tipo que, además, en el caso del Hivernacle, tiene más de 100 años y ha pasado ya por anteriores rehabilitaciones?
Restaurar es trabajar para recuperar el origen: quitamos capas, capas, capas, capas, capas y capas, para recuperar lo que había. Buscamos los colores originales, buscamos las decoraciones originales y en paralelo trabajamos toda la cuestión estructural, porque empezamos haciendo catas y detectamos problemas estructurales y también hemos tenido que actuar en estos puntos. Pero el reto es que estas actuaciones estructurales no se noten. Y recuperar la imagen original, eso se hace con mucha investigación fotográfica y con la complicidad de los restauradores, que son, en el fondo, los que están allí a pie de obra.

Y con el visto bueno de la administración pública, en este caso el Ayuntamiento de Barcelona. ¿Hay mucha competencia para trabajar con este tipo de encargos?
La elección de proyectos se hace por concurso público. Hace años, cuando empezamos, no eran concursos públicos, pero ahora sí. Y si lo ganas es por la metodología que presentas y por la oferta que haces. Nosotros ya conocíamos el edificio y acabamos ganando el concurso, pero también hay que contar con la complicidad del día a día con el Ayuntamiento de Barcelona y con la Generalitat. No ha sido fácil, pero hay que trabajar en equipo, porque en un edificio de estas características no lo puedes hacer si no vamos juntos. Para restaurar el Hivernacle tienes un proyecto, pero después es como una cebolla, vas quitando capas y capas y te van saliendo unos colores y unas decoraciones que te hacen tomar decisiones que se tienen que ir validando.

invernadero / Foto: Carlos Baglietto
El Hivernacle de la Ciutadella una vez restaurado, recuperando su esplendor de finales del siglo XIX con las decoraciones originales del dibujante Alexandre de Riquer / Foto: Carlos Baglietto
invernadero / Foto: Carlos Baglietto
El Hivernacle de la Ciutadella no solo ha recuperado su fisonomía original, también se ha recuperado su uso para la ciudadanía / Foto: Carlos Baglietto

¿Se trabaja en colaboración con historiadores del arte o gente especializada?
En este caso concreto tuvimos la sorpresa agradable que las pinturas eran del Alexandre de Riquer, es un hallazgo que hizo el Ayuntamiento, y dentro de nuestro equipo había historiadores del arte que hicieron todo el vaciado del fondo de Alexandre de Riquer. En el Hivernacle hay algunos paneles con motivos que se van repitiendo, pero hay otros que no, y hay otros que estaban incompletos, entonces para recuperar eso nos ha ido muy bien este vaciado, para rellenar lagunas, por ejemplo.

Desde fuera hay gente que puede pensar que la rehabilitación no es más que un lavado de cara.
En este caso no era un lavado de cara, precisamente lo que tuvimos que hacer era sacar las capas de maquillaje para llegar al original.

En la anterior rehabilitación del Invernadero en realidad lo pintaron, le hicieron chapa y pintura, y eso es lo que nosotros hemos tenido que quitar"

¿Pero cómo es que se ha tenido que restaurar un edificio que ya fue rehabilitado en los años 80 del siglo pasado?
Porque en aquella ocasión en realidad lo pintaron, le hicieron chapa y pintura, y eso es lo que nosotros hemos tenido que quitar. Pintaron el edificio cuando originalmente estaba decorado. Se trabajaba diferente antes, y eso claro, ha tenido un sobrecoste. Nos pasa en otros trabajos que hacemos, como rehabilitar edificios de viviendas en el Eixample, nos encontramos con que las escaleras están pintadas, y cuando sacamos la capa de pintura encontramos lo que había originalmente, y eso es lo que hay que restaurar, y todo esto tiene un coste. Al final hay un beneficio en la recuperación de una cosa que tiene mucho valor, mucha calidad, pero tiene un sobrecoste, tienes que estar dispuesto pagar eso.

¿Al final el nivel de restauración depende del presupuesto?
Y de cómo se tienen que hacer las cosas y las normativas. La ventaja es que las normativas a veces juegan a favor. En el Hivernacle se tenía que hacer así porque es un edificio que está catalogado. Las escaleras del Eixample o de Ciutat Vella, o de según qué centros históricos, tú tienes que recuperar lo que había. No puedes coger y pintar y en este caso la normativa nos ayuda.

¿Más allá de un edificio singular como el Hivernacle, como se compagina la necesidad de proteger el patrimonio con la necesidad de modernizar un edificio, poniendo climatización o ascensores, por ejemplo?
Con mucha imaginación. No es fácil pero se puede hacer. La ventaja es que en rehabilitación las normativas están ahí y las tienes que cumplir, pero también están adaptadas a la realidad del patrimonio. Te puedes encontrar con el reto de hacer unas instalaciones vistas o hacer unos cajones para pasar instalaciones. Pero hay que poner imaginación y también mucho cariño, sobre todo. Y entender dónde estás trabajando, no puedes hacer unos canales de plástico de color blanco porque quedará una chapuza, pero lo puedes estudiar con cariño y encontrar como hacerlo. Cada proyecto requiere una cosa diferente. Puedes hacer unas instalaciones vistas y mantener un techo con pinturas, puedes pasar las instalaciones por un arrimadero o por un zócalo o con unas máquinas vistas... Cada proyecto es una historia, hay que conocer el edificio y ver lo que necesita.

Cada proyecto es una historia, hay que conocer el edificio y ver lo que necesita"

¿Una rehabilitación como la del Hivernacle implica recuperar oficios artesanos? ¿Es difícil encontrarlos?
Los acabas encontrando, cuando te dedicas al final acabas tejiendo como una red de artesanos. ¿Yeseros? Sabríamos quien encontrar para reproducir una cornisa, y en pavimentos, y en vitrales también. Y siempre son los mismos, porque tampoco son tantos.

¿Se está haciendo bien la política de restauración por parte del Ayuntamiento de Barcelona?
Creo que sí. La verdad es que nosotros cuando hemos trabajado en restauración hemos tenido máxima complicidad de ellos. Y cuando han salido sorpresas, en el Hivernacle, por ejemplo, nos encontramos un caso curioso y es que teníamos que derribar unos paneles que nos encontramos que estaban en muy buen estado de restauración y que eran de Alexandre de Riquer, y acordamos intervenir de otra manera, y eso ha significado un sobrecoste y el Ayuntamiento ha estado de acuerdo. Ahora, también te diré que en nuestro caso somos muy pesados e insistimos mucho.

Invernadero y Umbráculo en la ciudadela - Carlos Baglietto
El Hivernacle antes de la restauración, con los perfiles de colores amarillentos y envejecidos de las últimas restauraciones, que no respetaron la obra original / Foto: Carlos Baglietto
¡Buena! Invernadero y Umbráculo en la ciudadela Carlos Baglietto16
Interior del Hivernacle de la Ciutadella anterior a la rehabilitación, con el patio central convertido en un espacio completamente degradado / Foto: Carlos Baglietto

¿La paradoja es que si un edificio se tiene que restaurar es porque no ha tenido el mantenimiento que hacía falta?
Cada caso es cada caso. Por ejemplo, en Ciutat Vella el Ayuntamiento ha comprado edificios de manos privadas en muy mal estado. En estos casos concretos no ha sido culpa del Ayuntamiento, sino que al contrario, suerte que el Ayuntamiento los ha comprado para rehabilitarlos y que la gente se quede. La política es reubicar a los habitantes, rehabilitar y volver a llevarlos allí donde han vivido siempre. El Hivernacle, pobre, sí que es cierto que ha pasado por diferentes manos, de acá a allá.

Y últimamente vivía un grave estado de degradación, con gente que dormía entre suciedad.
Lo sabemos perfectamente, lo conozco porque cuando llegábamos allí teníamos que avisar a la Guàrdia Urbana para entrar. Era muy triste.

En el mismo ámbito se ha restaurado también el Museu Martorell y queda pendiente el Umbracle.
Sí, el Umbracle ya ha salido a concurso. Nos presentamos pero no ganamos, pero aunque está pendiente de restauración, ahora está abierto. Todo tiene que ver con que se está haciendo una apuesta con un proyecto mucho mayor, el de la Ciutadella del Coneixement, y no tiene sentido rehabilitar un edificio si no haces los otros. Ahora es el momento de la Ciutadella. Quizás hasta ahora no era el momento de la Ciutadella por lo que sea, pero ahora es el momento de la Ciutadella.

20240710 ARQUITECTA MARTA URBIOLA / FOTO: MONTSE GIRALT
La arquitecta Marta Urbiola en las oficinas del estudio BTA Arquitectura, en la avenida Diagonal de Barcelona / Foto: Montse Giralt

¿Cuál es la gran rehabilitación que tiene pendiente Barcelona desde el punto de vista de BTA Arquitectura?
El parque de vivienda. En general.

¿Y si pregunto por un edificio concreto?
Es que son tantos. Por ejemplo, en Poblenou hay mucha fábrica que ahora se están haciendo equipamientos. Es una manera también de rehabilitar y se está haciendo buen trabajo. Pero las viviendas, te paseas por Ciutat Vella, por ejemplo, y está muy degradado. Pero está degradada la vivienda y está degradada la vida social, es una cuestión mucho más compleja.

Lo que nos gusta es coger edificios y rehabilitarlos para hacer viviendas y recuperarlos, que es un reto porque empiezas con un proyecto y después llegas a la obra y te tienes que replantear muchas cosas"

¿Hay algún proyecto que os haría especial ilusión asumir?
Lo que nos gusta es coger edificios y rehabilitarlos para hacer viviendas y recuperarlos, que es un reto porque empiezas con un proyecto y después llegas a la obra y te tienes que replantear muchas cosas. El Hivernacle es muy bonito y en una visita durante el Open House me quedó grabado ver estas bicicletas que pasean personas mayores. Veías a la gente contenta en un edificio que ha estado cerrado mucho tiempo. Ver a la gente disfrutar del edificio hace ilusión, porque ves que la rehabilitación es útil. Por eso para nosotros es importante la rehabilitación de viviendas y trabajar en vivienda social me gusta mucho porque ves que tendrá un uso. Estás recuperando patrimonio pero también está recuperando vivienda para la gente.