La forma actual del distrito de Horta-Guinardó de Barcelona proviene del año 1984, cuando el Ayuntamiento de Barcelona aprobó la vigente división de la ciudad en diez entidades. Con poco más de 170.000 habitantes, está dividido en once barrios, aunque el de Horta incluye a uno no reconocido, el de la Font del Gos. El núcleo central del distrito está constituido por el antiguo municipio de Horta, que no fue agregado a Barcelona hasta 1904, al cual se añadió toda la zona del Guinardó, que había formado parte del municipio de Sant Martí de Provençals y la Font d'en Fargues, que históricamente había formado del municipio de Sant Andreu de Palomar.
⛪ Una inesperada Dama de Elche, una iglesia brutalista, el antiguo canódromo y otros atractivos de Sant Andreu
🏰 Un castillo falso, el antiguo mental, un puñado de acueductos y otros atractivos de Nou Barris
Por su extensión y evolución histórica, Horta-Guinardó es un distrito de contrastes, desde el Baix Guinardó, con trama casi Eixample, hasta Montbau, ejemplo exitoso de polígono desarrollista, pasando por el núcleo histórico de Horta, el barrio de torres de la Font d'en Fargues o los barrios que suben a las tres colinas, donde hay las mejores vistas de Barcelona, o a Collserola, sin olvidar que en este distrito hay dos de los grandes equipamientos sanitarios de la ciudad, los Hospitales de la Vall d'Hebron y de Sant Pau. Si el distrito está formado por once barrios, aquí van once recomendaciones de puntos de interés, una por cada barrio.
El Baix Guinardó: Un sorprendente palacio neomudéjar
El barrio del Baix Guinardó, el más próximo al centro de Barcelona de Horta-Guinardó, acoge la sede del distrito en la llamada Casa de les Altures, un sorprendente palacio de estilo neomudéjar integrado en el Parc de les Aigües -un gran depósito de agua para abastecer la ciudad-, construido en 1890 como residencia del ingeniero director de la Sociedad General de Aguas de Barcelona, que gestionaba el parque. El nombre del edificio proviene del hecho de que contenía motores elevadores de agua y a causa de su estilo, su patio interior recuerda los palacios andalusíes. El año 1984 pasó a ser de propiedad municipal y en 1990 recogió un premio FAD por su rehabilitación integral.
Can Baró: Un puente para quitar el hipo
El barrio de Can Baró, aglutinado en torno a la masía que le da nombre, está situado en la vertiente mar del Turó de la Rovira, en una zona empinada marcada históricamente por la presencia de canteras y, más recientemente, por barrios de chabolas. Un lugar para ver todo el barrio es el puente de Mühlberg, situado al final de la calle del mismo nombre y que comunica la parte alta de los barrios de Can Baró y el Carmel con el parque del Guinardó salvando el vacío dejado por una de las antiguas canteras del barrio. El puente, de tipo militar, fue instalado en 1991, mide setenta metros de longitud y pasa por encima de un precipicio de unas decenas de metros sobre la calle situada debajo, la de José Serrano. Sobre el nivel del mar, su altura aproximada es de unos 250 metros.
El Carmel: Las mejores vistas de Barcelona
El barrio del Carmel se sitúa en las vertientes montaña de las colinas del Carmel y de la Rovira, en las cimas de las cuales hay incomparables vistas en 360 grados de Barcelona, es decir, no solo de cara al mar, sino también a Collserola. Las vistas más conocidas, y probablemente las mejores, son las de la cima del Turó de la Rovira, un espacio compartido con el barrio vecino de Can Baró y que acoge los restos de las baterías antiaéreas instaladas durante la guerra Civil, así como del barrio de chabolas de los Canons. Hay que tener en cuenta, eso sí, que la cima del Turó de la Rovira tiene horario restringido para evitar problemas de masificación.
La Clota: El barrio hundido y con menos habitantes de Barcelona
Como pasa con el barrio de casas baratas de Can Peguera, el barrio de la Clota no es que contenga singularidades, sino que la singularidad es todo el barrio. Por extensión no es el más pequeño de Barcelona -lo es Can Peguera- pero es el menos poblado, con unos 700 vecinos, y con el añadido que se encuentra hundido, de aquí el nombre, en una depresión entre los barrios del Carmel y Horta y separado de otros núcleos de población por anchas avenidas como las de Vidal i Barraquer y del Estatut de Catalunya. Su fisonomía es de casas bajas y configuración rural, todavía con algunas masías y pequeños huertos. Entre los edificios destaca una casa con torre mirador, llamada popularmente del Desig.
La Font d'en Fargues: Modernismo recuperado
El de la Font d'en Fargues es otro de los barrios singulares del distrito, ya que tiene una configuración más próxima a una urbanización de torres residenciales que a lo que por lo común se entiende como barrio urbano. Situado en la vertiente montanya-Besòs del Turó de la Rovira, toma el nombre de una fuente situada en el ámbito del Parc del Guinardó y que es uno de los atractivos del barrio, especialmente desde que, recientemente, se ha restaurado el quiosco-bar modernista, además de la gruta de acceso a la fuente y se ha reurbanizado toda la zona.
El Guinardó: La escultura que centra el barrio
El barrio del Guinardó, situado en la vertiente mar-Besòs del Turó de la Rovira toma el nombre de la masía del mismo nombre, actualmente un casal de entidades. En su extensión incluye todo el recinto del Hospital de Sant Pau y grande parte del Parc del Guinardó, pero un espacio especialmente céntrico es la plaza del Nen de la Rutlla y su escultura, que se ha convertido en todo un símbolo para los guinardenses. La escultura del Nen de la Rutlla representa, a escala real, un niño jugando con un aro y es una obra del escultor Joaquim Ros i Bofarull, autor de otras obras en Barcelona como los conjuntos la Adoración de los Reyes y la Adoración de los pastores de la fachada del Nacimiento de la Sagrada Familia y responde a una iniciativa del alcalde Porcioles para dotar de esculturas diferentes plazas de Barcelona.
Horta: Una plaza mayor de las de toda la vida
El barrio de Horta es el epicentro del distrito, a pesar de no contar en su territorio la sede del mismo. Aunque los límites del barrio se encaraman a Collserola, donde está el barrio no reconocido de la Font del Gos, el núcleo corresponde a la histórica villa de Horta, municipio independiente hasta que no fue agregado a Barcelona en 1904. Como antiguo pueblo, mantiene una configuración de calles estrechas y casas bajas, con el centro situado en la plaza Eivissa, que hace el papel de plaza mayor de las de toda la vida, como zona comercial y de restauración y espacio para todo tipo de celebraciones populares. El epicentro del epicentro es la escultura L'Eivissenca, que representa una mujer con el traje típico de esa isla.
Montbau: El capricho de un jubilado
El barrio de Montbau, que ya se encarama hacia Collserola, toma el nombre de un torrente del mismo nombre. Aunque incluye en sus límites el complejo hospitalario de la Vall d'Hebron, el núcleo está conformado por un polígono de viviendas que, aun edificado durante el desarrollismo, es un ejemplo exitoso de este tipo de promociones inmobiliarias a destajo, con edificios de factura correcta, espacio para equipamientos y zonas verdes. La sorpresa del barrio, sin embargo, se encuentra en la calle Vayreda, donde un jubilado, Carles Soler, se dedicó durante diez años a embellecer un talud con una escultura de guijarros y piedras de unos cien metros de longitud de clara inspiración de Gaudí, que evocan el Park Güell. Este espacio se conoce actualmente como Jardins de Carles Soler o el Capritx de Montbau, y ha sido restaurado recientemente.
Sant Genís dels Agudells: La pinacoteca escondida
El de Sant Genis dels Agudells es otro de los barrios de Horta-Guinardó que se encarama hacia Collserola. A diferencia de Montbau, que es básicamente un polígono residencial, Sant Genis se diferencia por sus casas bajas, sobre todo en la parte superior. El barrio toma el nombre de la parroquia del mismo nombre, de las más antiguas de Barcelona y, junto con la de Santa Maria de Vallvidrera, las únicas que mantienen cementerios parroquiales. Ahora bien, una visita al barrio no puede pasar por alto el curioso Museo Palmero, instalado en una masía del siglo XV con detalles góticos y que contiene la colección de cuadros del pintor Maestro Palmero, una pinacoteca escondida con más de un centenar de obras.
La Teixonera: Escaparate de arte urbano
El barrio de la Teixonera es uno de aquellos, como el de Verdum/Verdun en Nou Barris y el de Navas/Torrent de la Guineu en Sant Andreu, que no tiene el nombre claramente definido. Oficialmente, se llama la Teixonera, pero existe la reivindicación de denominarlo Taxonera, en recuerdo de Joaquim Taxonera, propietario de los terrenos donde se levantó el barrio, que inicialmente tenía que ser una urbanización de segundas residencias y que acabó siendo, en buena medida, un barrio de autoconstrucción. Es por eso que de este barrio es destacable un mural urbano muy especial pintado sobre una pared medianera y visible en uno de los puntos neurálgicos del barrio, a la salida de Metro de la estación El Coll | La Teixonera (L5). El mural se titula Amb les nostres mans y es una obra de Roc Blackblock del año 2019 que reivindica la historia de la autoconstrucción de viviendas en barrios como este.
La Vall d'Hebron: Pop art monumental
El barrio de la Vall d'Hebron, situado por debajo de la ronda de Dalt -y que no incluye, por lo tanto, el complejo hospitalario del mismo nombre- está conformado por una zona residencial y otra deportiva. Más o menos en la frontera entre las dos zonas se encuentra una réplica del Pavelló de la República, que al mismo tiempo contiene una réplica del Guernica de Picasso. Justo en frente, en la avenida Cardenal Vidal i Barraquer, se encuentra una de las obras más espectaculares de arte pop de Barcelona, Els mistos de Claes Oldenburg y Coosje van Bruggen, instaladas en 1987 y que representa una caja de cerillas, de las de formato libreto, con alguno encendido y otros ya quemados. Su punto más alto se sitúa a 20 metros de altura.