Un elemento en común de las pasadas Fiestas Mayores de Gràcia y Sants han sido las noches de aglomeraciones, con o sin toque de queda, finalizadas con botellones multitudinarios, disturbios y enfrentamientos con la policía. Y un segundo elemento en común que tienen estas dos fiestas populares es que son el preludio de la Fiesta Mayor de Barcelona en honor a la Virgen de la Merced, que este año se celebrará entre los días 23 a 26 de septiembre, un formato reducido para la recuperación de una cierta normalidad para esta fiesta.
De la Mercè 2021 todavía no se saben muchas cosas, ni todavía se ha desvelado el cartel ni quien protagonizará el pregón. Nada más que la carrera popular se celebrará el 19 de septiembre y que la intención del ayuntamiento es la de recuperar la Mercè para la ciudadanía a pesar de las restricciones y medidas de seguridad que habrá que aplicar, entre las cuales figurarán los aforos limitados y la necesidad de inscripción previa para participar en la mayoría de actividades.
Lo que si se sabe, cuando todavía quedan tres semanas largas para el inicio de la fiesta, es que el consistorio tiene que diseñar una fiesta que evite las imágenes de los botellones de los últimos días, una vez los acontecimientos recientes vividos en Gràcia y Sants han encendido la luz de alarma. En este contexto, el teniente de alcaldía de Seguridad de Barcelona, Albert Batlle, sabe que el principal reto del nuevo ciclo festivo es, precisamente, evitar que se repitan las imágenes de las últimas semanas.
"Descomprimir" las aglomeraciones
En declaraciones el lunes en TV3, Batlle ha querido trazar unas líneas maestras para tratar de evitar el exceso de desenfreno, que pasaría por un replanteamiento de "la actividad nocturna" que permitiera "descomprimir" las grandes aglomeraciones que se producen en el momento del cierre de los locales de restauración, actualmente fijada a las doce y media de la madrugada.
Batlle defiende la ampliación de los horarios de las terrazas de bares y restaurantes como antídoto para evitar aglomeraciones incontroladas en la vía pública y asimismo, también la prolongación de los horarios del transporte público, que en época precovid estiraba su horario con ocasión de la Fiesta Mayor de Barcelona.
A la espera de las nuevas disposiciones que pueda implementar el Procicat en los próximos días, de momento se mantiene vigente la limitación a diez personas de las reuniones y encuentros, Batlle ha avanzado que ya se ha reunido con el teniente de alcaldía de Cultura, Jordi Martí, para plantear ajustes en los dispositivos previstos para garantizar la seguridad después de las malas experiencias vividas en Gràcia y Sants. Parar los botellones es, en estos momentos, el principal el reto de una fiesta que tiene que conjuntar fiesta y seguridad.