El serial del grupo municipal de Ciutadans en el Ayuntamiento de Barcelona está lejos de cerrarse a pesar de la reacción expeditiva de intentar expulsar al concejal Paco Sierra, que no sólo ha intentado tomar el control del partido en el consistorio, sino que, además, ha conseguido que el Ayuntamiento de Barcelona lo reconozca como tal. Tanto es así que Sierra se reafirma en este nuevo cargo y asegura que lo ha conseguido de manera "democrática" por medio de una votación que tuvo lugar el lunes en una reunión de los tres integrantes del grupo -Luz Guilarte, Paco Sierra y Noemí Martín- donde se aprobó por dos tercios la propuesta de reorganización.
Ante esta situación, Paco Sierra ha explicado, en declaraciones a la ACN, su versión de los hechos, defendiendo que no ha dado "ningún golpe de estado, ningún pronunciamiento, ni nada", sino todo lo contrario. Sierra considera que la reunión de los tres concejales fue "un ejercicio democrático de funcionamiento de un grupo municipal que se determina por mayoría", ya que tanto ella como Noemí Martín, concejal que sustituye a Celestino Corbacho, votaron a favor del cambio de papeles, relegando Guilarte del cargo de presidenta al de portavoz adjunta. Con esta explicación rechaza la teoría del amotinamiento, aunque la dirección del partido no lo ve así y ya ha abierto expediente para expulsarlo del partido.
Siempre según la agencia citada, la reunión del lunes fue convocada por Guilarte -que además de presidenta del grupo es el alcaldable para las municipales del 2023-, pero que se incorporó un punto sobre la reorganización interna del grupo, donde "por una mayoría de dos tercios, dos concejales contra uno, acordamos cesar al coordinador". Sierra explica que ofrecieron "hasta 18 veces" a Guilarte la posibilidad de que siguiera siendo presidenta accediendo, eso sí, a los cambios organizativos, pero ella no quiso. Eso, asegura a Sierra, "no nos dejó más remedio que asumir yo temporalmente la presidencia".
"Abierto" a hablar con Guilarte
Con todo, Sierra ha asegurado que está "abierto" a hablar con Guilarte para que vuelva a la presidencia, "teniendo en cuenta que el funcionamiento no será como hasta ahora". En este sentido, recuerda que al principio del mandato el grupo municipal de Ciudadanos estaba formado por cuatro concejales, pero que uno de ellos, Marilen Barceló, se marchó al grupo no adscrito y "manifestó públicamente que era por desavenencias con la dirección". De hecho, el concejal ha acusado a Guilarte de ser poco democrática en la toma de decisiones, y sitúa este punto como motivo de la reorganización aprobada el lunes. "Queremos que funcione de otra manera", ha afirmado el concejal en referencia al grupo municipal.
"No tenemos inconveniente que ella sea la candidata ni la presidenta, pero tomando las decisiones que afectan al grupo de manera colegiada", ha continuado Sierra, que ha asegurado que, de momento, no ha recibido ninguna notificación "ni en tiempo ni en forma" sobre la supuesta expulsión que ha anunciado en un comunicado la dirección de Ciudadanos, pero ha añadido que aunque al final prospere un expediente y lo expulsen del partido, él seguirá siendo concejal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Barcelona, porque, según ha dicho, el reglamento del consistorio así lo permite. "Aunque nos expulsen del partido, seguiré siendo actualmente el presidente del grupo y con posterioridad, si nos entendemos con Guilarte, la responsabilidad que decidqmos entre los tres," ha añadido.
Finalmente, Sierra ha negado tajantemente las acusaciones de haber llamado a la puerta de otras formaciones. "Ni me marcho a otro partido, ni he militado en ningún otro partido que no sea Cs desde el 2010. Es un ataque a mi honor. Soy miembro de la Comisión Disciplinaria y miembro del Consejo General que es el máximo órgano entre congresos del partido. No tengo intención de abandonar el barco, más bien al contrario, la intención es tomar el rumbo de este barco en Barcelona, para que pueda tener representación Ciudadanos en 2023 en BCN", ha remachado.