Las obras en el intercambiador de la estación de Maragall de las líneas 4 y 5 de metro de Barcelona, que mantienen cortada la Ronda del Guinardó desde el pasado 4 de marzo, han obligado a desviar el tráfico de esta importante vía, uno de los tramos de la Ronda del Mig, y ha comportado la creación de un cuello de botella en la Rambla de la Montanya, una calle del barrio del Guinardó de un solo carril de circulación que ha visto cómo los últimos meses se ha convertido en zona de paso obligada de tres líneas de autobús, D40, H6 y 117, además de desviar parte del tráfico que circula en dirección Besòs hacia el paseo de Maragall.
Los embotellamientos de tráfico en el tramo de esta calle afectada por los desvíos se han convertido en una pesadilla para sus vecinos, en especial por la continuada invasión de las aceras por parte de motocicletas -también patinetes eléctricos y bicicletas-, para saltarse la cola, aunque los vehículos particulares provenientes de la Ronda del Mig son desviados por la calle de Teodor Llorente, mucho más ancha.
Dos meses de motos por la acera
Según imágenes grabadas por Eduard Motos, vecino de esta calle y usuario de twitter como @eduard_13bcn, desde que se iniciaron los desvíos en esta vía del distrito de Horta-Guinardó se ha convertido en un continuo de motos y otros vehículos por encima de la acera, poniendo en peligro la integridad de los peatones y ocasionando algunos momentos de tensión.
Tanto de día como de noche, cuando pasa un autobús, a veces hasta tres a la vez, es fácil encontrar motociclistas que invaden la acera para adelantar los vehículos de transporte público, lo cual ha llevado a la movilización del vecindario, que ha llenado la calle de adhesivos recordando que las aceras son para los peatones. Una iniciativa que, de momento, está teniendo éxito.
En declaraciones a elNacional.cat, Motos ha indicado que el ayuntamiento ha habilitado controles de la Guardia Urbana en la Ronda del Guinardó, pero "a la que se marchan aumentan las infracciones", y que se han abierto a estudiar modificar los desvíos de autobuses, pero que de momento los vecinos sólo reciben "muchas palabras y pocas acciones".
Un corte que va para largo
Las obras de adaptación a personas con movilidad reducida del intercambiador de metro de Maragall (L4 y L5) van para largo. Se iniciaron en enero del 2020 y tienen fecha prevista de finalización en el 2022. Con respecto a los cortes de tráfico, no se puede circular por el tramo de la Ronda del Guinardó comprendida entre las calles de la Torre dels Pardals y del Segle XX desde inicios de marzo de este año y durarán al menos hasta el mes de diciembre del 2021.
El tráfico de vehículos particulares está desviado por la calle de Teodor Llorente, que tiene dos carriles de circulación, mientras que la Rambla de la Montanya está reservada para el transporte público. Con todo, son numerosos los vehículos particulares que utilizan esta estrecha vía.
Según señaló en su momento el Ayuntamiento de Barcelona, las obras en marcha consisten principalmente en la formación de un vestíbulo nuevo adaptado a la estación de la L4, la remodelación e instalación de ascensores en el vestíbulo de Ramon Albó de la L5 y la mejora de los recorridos de correspondencia. Las obras permitirán adaptar la instalación a personas con movilidad reducida, con una inversión de cerca de 11 millones de euros. Mientras duran las obras, el vestíbulo actual de la L4 permanece cerrado y el acceso a la estación se lleva a cabo por el de Ramon Albó, de la L5.