Ramona Coronado Garcia, alías a Mónica del Raval, pero que ostentaba el título honorífico de la Reina del Raval, ha muerto este martes a los 60 años, una noticia que se ha extendido rápidamente por las redes sociales y que ha generado la reacción de muchas de las figuras del ambiente nocturno de Barcelona, como la drag queen Samantha Ballentines, o el grupo de ocio nocturno Arena, entre otros. La reina era la prostituta más famosa de Barcelona, una figura icónica que se convirtió en un símbolo de la comunidad LGTBI y un nombre destacado de la escena independiente de la ciudad después de su salto a la fama en 2009, gracias a un documental, Mónica del Raval, dirigido por Francesc Betriu, donde relataba sus tres décadas de experiencia en la prostitución y que significó el reconocimiento público a esta figura, que ha formado parte del paisaje de la ciudad y de su cultura popular.

El documental de Francesc Betriu

El documental de Betriu, rodado en catalán y castellano, producido por Factotum y Televisió de Catalunya y actualmente disponible en Filmin, presentaba un autorretrato de Mónica, en realidad Ramona Coronado, que nació en 1964 en Villamanrique, un pueblo de Castilla-La Mancha, y se trasladó a Barcelona, donde se convirtió en una de las prostitutas más famosas de la ciudad. También participó en películas, como Puta y Amada, No parecía importante o La maldita primavera y también se hizo muy popular a raíz de un programa de Callejeros de Cuatro, emitido en el año 2012, creando y vendiendo incluso su propio merchandising. La Reina del Raval era inconfundible, con su pelo rubio platino y un maquillaje muy chillón, donde predominaban las mejillas rosas, los ojos azules con una gran raya negra y los labios rojos y perfilados, también de negro. Solía llevar una corona de plástico y era muy conocida entre los vecinos del barrio, los visitantes de la ciudad, la comunidad LGTBI y los movimientos feministas.

Mónica del Raval se retiró de la prostitución en 2015, después de 31 años ejerciendo el oficio más antiguo del mundo, en los que afirmó haber tenido entre 50.000 y 60.000 clientes. Durante su carrera utilizó varios nombres artísticos en las ciudades donde trabajó; Marta en Eivissa, Heidi en València y Carolina en Alacant.

Su falsa muerte en 2018

Esta vez la Reina del Raval sí ha muerto, porque no es la primera vez que esta noticia ha aparecido en los medios de comunicación y en las redes sociales. El día de Navidad del año 2018, se difundió su muerte erróneamente a raíz de un grave problema de salud que la mantuvo ingresada durante varios meses, lo que generó el rumor sobre su fallecimiento que ella misma tuvo que desmentir. En aquel momento ya se afirmó que su evolución sería muy lenta y complicada, y que tendría secuelas irreversibles. Se cree que su muerte, este 3 de septiembre, ha sido consecuencia de esos problemas de salud preexistentes, aunque no ha habido confirmación oficial sobre las causas.