El arquitecto Ricard Bofill ha muerto este viernes a la edad de 82 años, según han informado fuentes familiares. Nacido en Barcelona en el año 1939, era conocido, entre otras, por ser el autor de obras lo suficientemente conocidas de Barcelona como el Hotel Vela, en la Barceloneta, y el Teatre Nacional de Catalunya (TNC). También fue el autor del Walden 7, edificio de apartamentos de Sant Just Desvern.
Otras obras destacadas de Bofill en Catalunya son la ampliación del aeropuerto del Prat, el Castell de Kafka de Sant Pere de Ribes y los edificios de viviendas de las calles Nicaragua, 97-99, y Johann Sebastian Bach, 28, de Barcelona. También fue el autor del Santuari de Meritxell de Andorra. Por todo el mundo, Bofill construyó reconocidas obras como el Parque del Manzanares de Madrid, el Palacio de Exposiciones y Congresos de A Coruña y el Edificio Shiseido de Tokio. También tiene obras en Praga, Luxemburgo, Casablanca, Houston, Burdeos, París y Montpellier.
Ricard Bofill i Leví era, por todo ello, un arquitecto y urbanista de reconocida fama mundial, con obra en varios países y fue uno de los principales impulsores de la arquitectura catalana de la segunda mitad del siglo XX. En este sentido, es considerado como uno de los máximos representantes del estilo posmoderno de la arquitectura contemporánea.
Formado en su juventud en la Escuela Virtèlia y en la Escola Tècnica Superior d'Arquitectura de Barcelona —de donde fue expulsado en 1957 por su militancia en el PSUC—, prosiguió sus estudios en la Universidad de Ginebra. En 1963 creó el Taller de Arquitectura, un estudio que además de arquitectos e ingenieros contaba con la presencia de sociólogos.
A lo largo de su carrera Bofill recibió numerosos premios y reconocimientos, entre ellos la Cruz de Sant Jordi (el año 1993), concedida por la Generalitat de Catalunya. En 1985 fue escogido miembro honorario del Instituto Americano de Arquitectos. Además, Bofill fue Doctor Honoris Causa por la Universidad de Metz, Francia (1995); miembro honorario del American Institute of Architects (AIA) (1985); Officier de l'Ordre des Arts et des Lettres, del Ministerio de Cultura francés (1988), y Doctor Honoris Causa por la Universitat Politècnica de Catalunya (2021).
La muerte de Bofill llega justo un mes y medio después del traspaso de otro de los grandes de la arquitectura barcelonesa, Oriol Bohigas, muerto a los 95 años el pasado 1 de diciembre.
Entre las primeras reacciones ante la muerte de Bofill figura la del ministro de Cultura, Miquel Iceta, que ha destacado que Bofill "no será nunca olvidado" gracias a las "joyas" que ha dejado. En declaraciones a Efe, el ministro socialista ha expresado el pésame a los familiares del arquitecto y ha sostenido que "es el momento de recordar lo que ha hecho por la arquitectura", así como por la proyección internacional de Catalunya y España. "No será nunca olvidado porque nos ha dejado joyas que disfrutaremos durante mucho tiempo", ha subrayado Iceta.
El president de la Generalitat, Pere Aragonès, ha querido transmitir el pésame a la familia y amigos y ha señalado que "su mirada cosmopolita y su legado arquitectónico serán siempre recordados dentro y fuera del país". Por su parte, la consellera de Cultura, Natàlia Garriga, ha recordado al arquitecto como "uno de los grandes exponentes de la arquitectura posmoderna en casa y Creu de Sant Jordi 1993".
También se ha pronunciado el presidente en el exilio, Carles Puigdemont, que se ha referido a Bofill como "arquitecto insobornable, genial y universal". "Deja una obra y un discurso cultural de altísima calidad, reconocida y admirada en todo el mundo", ha añadido Puigdemont.