La nueva fase de obras en la Rambla, por la cual se ha empezado a trabajar en todo el ámbito de la acera que da al Barri Gòtic, incluye las preceptivas prospecciones arqueológicas, que de momento se han centrado en la plaza del Teatre, es decir, el ensanchamiento situado en la embocadura de la calle Escudellers. Los primeros trabajos ya han dado resultados de interés, aunque se trata de hallazgos esperados, ya que la zona está lo suficientemente cartografiada -a menudo por planos militares- para prever qué se encontrará, claro que sin saber el estado de conservación y alcance de los hallazgos. En este marco ya han aflorado restos de la muralla medieval de la Rambla y los indicios del hecho de que muy cerca se sitúa el portal de Trentaclaus, a la altura de la calle Escudellers, y que será excavado en una futura fase de la intervención arqueológica, todavía sin calendario.

El portal de Trentaclaus era uno de los que permitía el acceso a la ciudad de Barcelona desde la muralla de la Rambla, construida a partir del año 1285 bajo el mandato del rey Pedro el Grande en el marco de la Cruzada contra la Corona de Aragón y tiene la singularidad de que, acabado el enfrentamiento bélico, fue el Consell de Cent, es decir, la administración civil de la ciudad de Barcelona, la que asumió la tarea de fortificar la ciudad, convirtiéndose en la primera gran obra pública del precedente histórico del Ayuntamiento de Barcelona. Más allá del apunte histórico, se tratará del primer portal de la muralla de la Rambla que quedará al descubierto, aunque será de forma temporal, porque el futuro de estos hallazgos es el de ser documentados y nuevamente tapados.

Muros del siglo XIII y monedas del siglo XIX

En todo caso, según ha indicado Xavier Maese, arqueólogo del Servicio de Arqueología de Barcelona, las prospecciones arqueológicas "forman parte de la obra", es decir, ni retrasan ni condicionan la obra porque son una parte intrínseca de ella en aquellos tramos donde está previsto encontrar evidencias del pasado. En este caso, de momento ya se ha podido abrir un tramo de la plaza del Teatre donde|dónde se ve claramente un fragmento de la muralla del siglo XIII, de unos tres metros de anchura y algunos muros adicionales, y canalizaciones de agua muy posteriores, del siglo XIX, donde se han encontrado monedas de aquella época, en concreto, maravedíes de la reina Isabel II.

Canalizaciones del siglo XIX localizadas en el ámbito de la plaza del Teatre, que permiten documentar los trabajos y técnicas constructivas de aquel momento y el cambio de cota respeta el nivel actual / Foto: Montse Giralt
El muro del centro se corresponde con los cimientos de la muralla medieval de la Rambla, de tres metros de anchura, a poca distancia de donde se espera encontrar los restos del portal de Trentaclaus / Foto: Montse Giralt
Maravedí con la efigie de la reina Isabel II encontradas en esta prospección, en concreto en el tramo de las canalizaciones de agua fechadas en el siglo XIX y bien cerca del muro de la muralla del siglo XIII / Foto: Montse Giralt

Asimismo, esta primera prospección en este ámbito no deja de ser una cata de lo que se espera encontrar más adelante, cuando se pueda trabajar en el sector de la plaza que da directamente a la calle Escudellers y donde estaba situado el portal llamado de Trentaclaus o dels Ollers, y que daba al barrio de los artesanos alfareros, que hacían ollas y escudillas, entre otros cacharros de cerámica. Hay que tener en cuenta que en la misma plaza, pero unos metros en dirección mar, se puede ver una trozo de la muralla en el acceso de vehículos del parking subterráneo que hay allí mismo.

Irene Cruz, directora de la obra, ha destacado durante la visita que ha tenido lugar este jueves por la mañana a los medios de comunicación que el tramo de muralla que ahora ha aflorado permite entender la técnica constructiva y el papel que hacía el mismo muro defensivo como "canalización de la riera", es decir, el curso fluvial que da nombre a la misma Rambla como tramo final de una riera. También ha destacado que la misma construcción de la muralla supuso el derribo de los edificios situados a menos de tres metros de distancia de esta construcción. A su vez, Maese ha singularizado esta intervención apuntando que "pocas veces podemos localizar restos de la muralla", con el añadido que en este caso, "además, encontraremos la puerta de entrada".

Los responsables de la prospección arqueológica, Xavier Maese e Irene Cruz, señalan el tramo de muro de la muralla medieval de la Rambla que ha aflorado en el transcurso de las obras de reurbanización / Foto: Montse Giralt
Dos operarios se sitúan en el espacio donde probablemente se hallará el portal de Trentaclaus, que se podrá excavar en una nueva fase de la intervención arqueológica, que tendrá lugar los próximos meses / Foto: Montse Giralt
En el parking subterráneo que hay en la misma plaza del Teatre hay un tramo de muralla conservado en buen estado / Foto: Montse Giralt

Hay que tener en cuenta que estas prospecciones forman parte de una obra de reurbanización que tiene prevista una duración de diez meses en este lado de la Rambla, por lo tanto, aunque no hay calendario para seguir abriendo la plaza del Teatre, todo tendría que estar terminado la primavera del próximo año. Maese ha recordado que la Rambla es "una obra complicada", especialmente una vez se ha acabado la parte inferior, que es mucho más amplia. Aunque los equipos de arqueólogos están convencidos de que encontrarán más restos de la muralla en otros tramos, hay que tener en cuenta que las obras de construcción del metro -de las cuales ya hace un siglo-, hechas con un criterio muy diferente del actual con respecto a los restos arqueológicos, circunscriben el ámbito de posibles hallazgos al espacio de las aceras y, como es el caso, en ensanchamientos como el de la plaza del Teatre.