La pregonera de la Mercè 2023, la escritora Najat el Hachmi, no se ha dejado intimidar por las críticas recibidas por varios colectivos por su supuesto discurso tránsfobo y en la lectura del texto que ha dado el pistoletazo de salida de la fiesta mayor de Barcelona se ha reivindicado como mujer libre e independiente que espolea a las mujeres a liberarse del dominio masculino, en especial las musulmanas, a quien ha invitado a deshacerse del velo islámico en un discurso que ha tenido su momento más álgido cuando ha afirmado: "Si los predicadores misóginos dedican horas y horas a nuestra manera de vestir, es porque es un símbolo muy poderoso y claro de sometimiento", por lo cual ha recordado las palabras de la abogada iraní Nasrin Sotoudeh, que dijo: "Si nos pueden obligar a llevar este medio metro de tela, podrán hacer con nosotros lo que quieran". "¿Pues sabéis qué?, no dejaremos que esto pase, no tendrán ni medio metro de tela ni un milímetro de la libertad que merecemos", ha afirmado entre aplausos.
Un pregón donde El Hachmi ha recordado sus vivencias como niña marroquí que creció en Vic y que posteriormente se emancipó en Granollers para acabar residiendo en Barcelona, trazando las dificultades que pasó, pero también cómo tuvo que romper lazos con aquellos que le coartaban la libertad —de hecho, es la historia que explica a su primer libro, L'últim patriarca—. La escritora ha recordado que todavía hoy "hay muchas chicas que se ven obligadas a hacer la elección más dolorosa que se le puede plantear a un ser humano: escoger entre la libertad o la pertenencia, entre ser quien eres y asumir el precio que te harán pagar o someterte para seguir formando parte de tu familia, tu grupo de procedencia".
A pesar de eludir la referencia a las críticas directas de mantener un discurso contrario a los derechos de las mujeres trans, El Hachmi ha hecho una alusión a la polémica cuando ha indicado que "es muy sorprendente que hoy en día defender derechos fundamentales en Barcelona y no en Teherán, sea considerado polémico" y ha lamentado que "las personas que contamos la violencia y la opresión, la discriminación y las injusticias seamos incómodas, nos vean como conflictivas, incluso molestas". Por eso se ha dirigido a las mujeres, en especial las migrantes, y les ha recordado: "Tenéis derecho a ser quien sois y aspirar a vivir libres porque ninguno de nosotras ha nacido para someterse". "No somos traidoras ni renegamos de nuestra procedencia por querer la independencia", ha insistido. La escritora también ha arrancado aplausos cuando ha señalado que "la explotación sexual no es un trabajo, es una pesadilla", además de ser "la vergüenza de cualquier ciudad que se tenga por libre y democrática".
Previamente, en la introducción al pregón, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha asegurado: "Es un honor vivir mi primera Mercè como alcalde", para pedir un momento de recuerdo para las víctimas de la guerra de Ucrania, el terremoto de Marruecos y las inundaciones de Libia, a quien les ha dicho: "No estáis solos, Barcelona es solidaria y está a vuestro lado". También se ha referido a las críticas por la elección de la pregonera apuntando que Barcelona escucha a todo el mundo: "Hoy decimos sí a la palabra y decimos no a la censura porque el pregón es una voz de todas las voces". También se ha referido al hecho de que "el catalán siga abriendo puertas, en nuestra casa, en el Congreso y esperamos que pronto en Europa" y ha reconocido la lucha de "las jugadoras de la selección española de fútbol, a Najat el Hachmi y a todas las mujeres que libran cada día este combate que tiene que ser de todos y de todas".
Antes de dar paso a la pregonera, Collboni ha cedido la palabra al alcalde de Kyiv, Vitali Klichkó, que ha apuntado que la capital ucraniana "está encantada de participar en la fiesta de la ciudad" además de agradecer la ayuda barcelonesa de "camiones de bomberos y generadores eléctricos" y ha invitado a los barceloneses a disfrutar de la representación cultural ucraniana presente en la fiesta mayor de Barcelona. Antes de empezar el pregón, dos colectivos de signo contrario han coincidido en la plaza de Sant Jaume, unos en contra de la pregonera y otros a favor, sin que se hayan producido más incidentes. Acabada la lectura del pregón, la fiesta mayor de Barcelona ya ha empezado oficialmente.