Con la puesta en marcha este sábado, 6 de noviembre, del Túnel de les Glòries en sentido Besòs, empieza una nueva etapa en la movilidad de esta zona. A la espera de que a principios del año 2022 se inaugure el túnel en dirección Llobregat, las afectaciones al tráfico de los próximos días serán la primera prueba de fuego del intento de pacificar una plaza que a lo largo de la historia ha vivido muchas vicisitudes.

El nuevo túnel, de momento sólo de salida en dirección Besòs, contará con dos carriles para vehículo privado y uno para bus, que será utilizado sobre todo por autobuses interurbanos. Todos los carriles contarán con una limitación de velocidad de 50 kilómetros por hora y está previsto que se instale un radar de tramo para controlar y sancionar los excesos de velocidad, aunque no estará operativo hasta que no entre en marcha el túnel de entrada en sentido Llobregat, que tendrá la misma configuración de dos carriles para vehículo privado y un carril bus.

El nuevo túnel tiene una configuración de dos carriles para vehículo privado y uno para bus / Montse Giralt

La intención inmediata del Ayuntamiento de Barcelona es aprovechar la puesta en marcha del túnel para reordenar y pacificar el tráfico en superficie en la plaza de les Glòries, que a partir del sábado sólo será accesible para autobuses urbanos y para bicicletas. Así, dentro de los cambios que se ponen en marcha este mismo sábado, se encuentra el desvío obligatorio por la calle de Castillejos de todos aquellos vehículos que no quieran utilizar el túnel. Los que quieran coger la Meridiana en dirección Montcada i Reixac no podrán acortar camino por la plaza, sino que tendrán que bajar hasta Bolivia para volver a subir por Badajoz hasta volver a les Glòries para poder entrar a la Meridiana.

 

Nueva 'anilla' de Glòries

Además, esta nueva 'anilla' de les Glòries se cerraría por la parte superior por las calles Independència, Aragó y otra vez Castillejos. Dar la vuelta completa sería equivalente a recorrir un rectángulo de cinco por tres islas del Eixample. A estos cambios hay que añadir que ya no será posible acceder al tronco central de la Gran Via desde la calle Llacuna, y por lo tanto habrá que hacerlo en Selva de Mar. Por otra parte, y hasta que no se abra el túnel de entrada en la ciudad, los vehículos que se desplacen en sentido Llobregat podrán seguir atravesando por medio de la plaza.

La nueva 'anilla' de les Glòries / AjBCN

Todos estos cambios se pondrán en práctica a partir del sábado, pero hace falta tener en cuenta que la prueba de fuego será el lunes por la tarde, a la hora punta de salida de Barcelona en dirección al Barcelonès Nord y el Maresme y momento habitualmente conflictivo. Aunque sobre el papel, la puesta en marcha del túnel no tendría que significar un empeoramiento de la circulación, sino todo lo contrario, ya que una vez pasado el semáforo de la calle Padilla y ya dentro del túnel, los vehículos ya no encontrarán ningún semáforo más y podrán acceder directamente a la Ronda de Dalt o la C-31 en dirección Badalona y Mataró, a nadie se le escapa que cambiar toda la circulación de un punto siempre repleto de circulación como este no puede estar exento de problemas.

Previsión de atascos los primeros días

De hecho, desde el Ayuntamiento de Barcelona dan por hecho que a causa de toda esta reconfiguración, los primeros días habrá embotellamientos en el acceso al túnel, en el sector de la Gran Via entre Marina y Padilla. Así lo afirmó el miércoles el director de Servicios de Movilidad, Adrià Gomila, que dio por hecho que "las dudas de los conductores" a la hora de encontrarse con una nueva posibilidad circulatoria y la necesidad de escoger entre entrar al túnel o desviarse por la calle Castillejos en sentido hacia la playa. "Eso pasa en obras nuevas cuando los conductores se encuentran con nuevas posibilidades, que reducen la marcha para ver bien por donde tienen que ir", señaló, al mismo tiempo que se mostró confiado que la "saturación de los primeros días" desaparezca "a medida que se vaya conociendo el nuevo túnel".

Salida de emergencias del nuevo túnel de Glòries / Montse Giralt

En todo caso, una de las primeras críticas que ha provocado la configuración del túnel es que sólo haya dos carriles para vehículo privado, mientras que el tercero está reservado para los autobuses interurbanos, un hecho que también puede provocar una situación de cuello de botella, aunque la previsión es que el tramo anterior a Gran Via ya tenga esta misma disposición.

Peor será el túnel de entrada

Además, de la misma manera que los conductores que utilicen el túnel en dirección Besòs de salida ya no encontrarán más semáforos más allá de Padilla y por lo tanto, una vez dentro del túnel se tendrían que haber acabado las posibilidades de encontrar un atasco en situación normal, una vez se inaugure el túnel de entrada a Barcelona -a principios del 2022, sin fecha concretada- los conductores se encontrarán con la situación inversa, un semáforo justo a la salida.

Esta situación, de hecho, puede ser más complicada de gestionar con respecto a la movilidad y, de momento, según detallaron fuentes de la obra, lo que está previsto es habilitar un semáforo también en la entrada del túnel en dirección hacia el centro de la ciudad, es decir, en el acceso a la altura de la Rambla del Poblenou, el cual tendría la función de evitar que en caso de embotellamiento los vehículos queden colapsados dentro del túnel, pero eso no evitaría que se reprodujeran los habituales atascos en el tronco central de entrada en Barcelona a la hora punta de la mañana.

El túnel en dirección al centro de Barcelona todavía está en obras / Montse Giralt

Todo ello supone una doble prueba para la movilidad y para el Ayuntamiento de Barcelona. La primera tendrá lugar a partir de este fin de semana, pero se verá su evolución durante la próxima. La segunda prueba, y más definitoria, tendrá lugar una vez se estrene el túnel en dirección Llobregat y se apliquen nuevos cambios en la circulación, que previsiblemente también sacarán de la plaza de les Glòries el tráfico que se dirija hacia el centro de la ciudad. Hay que recordar, en todo caso, que el objetivo final de toda la operación no es tanto favorecer la entrada y salida de coches, sino liberar espacio para poder convertir la plaza de les Glòries en un inmenso parque urbano. De hecho, se espera que una vez culminados estos primeros desvíos de tráfico ya se pueda empezar a trabajar en la urbanización de la superficie de la plaza. Pendiente para más adelante quedará la urbanización definitiva del tramo de la Gran Vía entre Badajoz y la Rambla del Poblenou, un hecho que no ha gustado los vecinos de la zona.

 

Imagen principal: La boca del túnel en la calle Padilla, pocos días antes de la entrada en funcionamiento / Montse Giralt