Rejas en todas las puertas y ventanas, celdas de aislamiento, alambradas y vallas metálicas en el perímetro exterior y un interior oscuro y lúgubre... Así era, hasta hace unos años, la torre situada en la calle del Bosc número 2 de Barcelona, un caserón situado al lado de la estación de FGC de Peu del Funicular, ya en el regazo de Collserola, que el 7 de febrero empieza una nueva vida muy alejada de su truculento pasado, cuando empezará a formar parte de los espacios docentes de la escuela EINA Centre Universitari de Disseny i Art de Barcelona. Una historia más bien oscura que ahora empieza un nuevo episodio, esta vez, sí, luminoso.
Los operarios ultiman dealles, pero las paredes conservarán sus capas históricas / Montse Giralt
Y es que este edificio, de ahora en adelante EINA Bosc, acarrea un pasado que pronto quedará felizmente superado por su nuevo uso, pero que de alguna manera permanecerá en una rehabilitación que ha dejado al descubierto dibujos y grafitis que se han ido acumulando a lo largo del tiempo, dando la imagen de una rehabilitación inacabada pero que en realidad busca intencionadamente la sensación de 'work in progress' como estímulo a la creatividad de los alumnos, que podrán utilizar los nuevos espacios principalmente como talleres. De hecho, pocos días antes de su puesta en marcha y todavía con operarios trabajando, la sensación es que queda mucho trabajo por hacer, pero es precisamente esa la intención de que se busca.
Un poco de historia
El inmueble del número dos de la calle del Bosc fue construido hacia los años treinta del siglo pasado y, en palabras de Miquel Molins, presidente de la Fundació EINA, su historia "no fue especialmente feliz". Entre los años cincuenta y ochenta fue la sede del Hogar Santa Marta, una entidad que acogía "chicas descarriadas", principalmente madres solteras. De hecho, el mencionado Hogar dependía del Patronato de Protección de la Mujer, que a su vez dependía del ministerio de Justicia. 'Proteger' a madres solteras era, según parece, esconderlas en la montaña, lejos de la gente 'normal'. Por cierto que la fundadora del Hogar fue Ángela Castells, guionista del célebre programa radiofónico 'Consultorio de Elena Francis'.
Patio central y edificio anexo, obra de Oriol Bohigas / Montse Giralt
Si la historia de apartar madres solteras ya era lo bastante triste, el siguiente episodio del edificio todavía fue peor, con la llegada de la democracia el edificio pasó a la Generalitat de Catalunya, que lo convirtió en un Centro de Menores también de infausta historia, donde menores extranjeros no acompañados sobrevivían en un "régimen casi penitenciario" hasta que fue clausurado en 2012. Desde entonces, el inmueble, con cuatro plantas y una torre y un edificio anexo -originalmente, un costurero- diseñado, atención, por Oriol Bohigas en 1964, había quedado en desuso, hasta ahora. La Generalitat y EINA han cerrado un acuerdo de cesión por 35 años con un coste para el centro educativo de 60.000 euros anuales.
Abierto al barrio
La conversión del antiguo centro de menores en nuevo espacio universitario resuelve la existencia de un inmueble en desuso, abandonado y otrora conflictivo, y es con esta voluntad que se quiere abrir al vecindario del Peu del Funicular, uno de los barrios de montaña de Barcelona que habitualmente sólo son noticia por nevadas o ataques de jabalíes. Además, abrir EINA Bosc significa en cierta manera volver a los orígenes de un centro educativo que abrió en 1967 a la torre Dolcet, en la carretera de Vallvidrera y pocos centenares de metros del nuevo edificio. En 1994, esta escuela heredera de las ideas de la Bauhaus y la Escuela de Ulm se trasladó a su actual sede, en el Palau dels Marquesos de Sentmenat, sobre la Ronda de Dalt, que ahora compartirá dependencias con el nuevo edificio, situado a un kilómetro de distancia.
Presentación del nuevo centro de EINA. Las letras de la parte superior son restos del Centro de Menores, y no serán eliminadas / Montse Giralt
En todo caso, según ha relatado Pau Solà-Morales, director de EINA, la rehabilitación de EINA Bosc no ha buscado una "predestinación", sino que se ha hecho con la intención de "redescubrir" los espacios con un "espíritu de experimentación". Por eso, los nuevos espacios habilitados, muy abiertos y diáfanos, servirán principalmente para trasladar los talleres, manteniendo las aulas y su importante biblioteca en la sede principal. En las paredes, con una cierta "alma EINA", se han respetado deliberadamente muchas de las capas históricas del lugar, con una intervención arquitectónica mínima en el espacio, como un elemento más que ayude a estudiantes y profesores en la potenciación del aprendizaje de un diseño entendido como "sucesión de toma de decisiones".
Reforma del entorno
EINA Bosc, además, tiene bastantes elementos para convertirse en un revulsivo del barrio. En la intención del equipo directivo se incluye ofrecer espacios de reunión a los vecinos, pero también prevé integrarse mejor en la esperada reforma de la estación de Peu del Funicular de FGC, con un andén tan corto que el primer vagón de los trenes queda dentro del túnel que atraviesa Collserola y no abre puertas y el cuarto sólo permite la bajada de pasajeros -en dirección Vallès, y a la inversa en dirección Barcelona-. De hecho, el paso de los trenes es perfectamente audible desde los talleres de EINA Bosc, pero se espera poder resolverlo con una futura reforma de la estación.
En el espacio verde al lado de la vía del tren se espera poder hacer un acceso para peatones / Montse Giralt
Además, EINA también prevé llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento de Barcelona para urbanizar toda una zona de bosque que queda en a los pies de EINA Bosc y que forma ya parte del Parc Natural de la Serra de Collserola, con el objetivo de facilitar el acceso a pie al nuevo centro y, especialmente, evitar el acceso en coche, ya que no hay plazas de aparcamiento habilitadas en las cercanías. La intención es desplegar nuevas dinámicas ecológicas y promover la investigación en sostenibilidad a través del diseño y el arte. Todo un horizonte de futuro que empieza el 7 de febrero, cuando empiece a marcar un presente mucho más creativo que su infausto pasado.
Imagen principal: El edificio visto desde la carretera de Vallvidrera / Montse Giralt