Tras salvarse del peligro de desahucio y derribo, el histórico Gimnàs Social Sant Pau, situado en la ronda del mismo nombre de Barcelona, se prepara para vivir una profunda reforma que concluirá con la construcción de un edificio con 36 viviendas de alquiler social que incluirá, en los bajos, los servicios de este gimnasio que, más allá de la práctica del deporte, se define por un objetivo de cohesión y transformación social por la vía del cooperativismo. Este lunes han empezado las obras de reforma y construcción del nuevo edificio, fruto de un acuerdo público-privado en la finca situada en la ronda Sant Pau, 46.
Las obras servirán para construir 36 viviendas para familias en situación de vulnerabilidad que serán gestionadas por la Fundación Hàbitat3, así como nuevas instalaciones del gimnasio social que ha ocupado los bajos del inmueble durante más de 80 años. Se prevé que la primera fase de los trabajos, que incluye el derribo de la mayor parte de las estructuras y la fachada, durará 4 meses. Después empezará la construcción del nuevo gimnasio social y de 6 plantas de viviendas, que se prevé que queden terminadas el verano de 2026.
36 viviendas sociales y sostenibles
Las obras incluirán la construcción de 6 plantas con 36 pisos de una y dos habitaciones que acogerán personas en situación de vulnerabilidad que contarán con acompañamiento por parte de entidades sociales, y personas solicitantes de vivienda de protección, en un proyecto que favorece la mixtura social. La Fundación Hàbitat3 se ocupará de la gestión del edificio y de la coordinación con las entidades sociales. Las personas residentes pagarán un alquiler ajustado a sus ingresos. Además, el nuevo edificio reducirá su huella de carbono gracias a varias estrategias, como el uso de madera para la construcción de parte de su estructura.
El edificio también reducirá la demanda energética con medidas como la optimización del rendimiento de los sistemas de climatización, facilitando la ventilación cruzada por fachadas opuestas o con la creación de espacios intermedios templados que actúan como amortiguadores climáticos entre el interior de las viviendas y el exterior. Además, usará energía de fuentes renovables, preferentemente generada in situ gracias a la instalación de placas fotovoltaicas en la cubierta. El edificio también tendrá un sistema de reciclaje de las aguas grises provenientes de las duchas de las viviendas que permitirá su reutilización para la descarga de las cisternas de los inodoros o el riego y limpieza de los espacios comunes.
El nuevo Gimnàs Social Sant Pau
Las obras también incluirán la construcción del nuevo Gimnàs Social Sant Pau, que mantendrá su objetivo social de mejorar la calidad de vida de las personas ofreciendo un espacio para hacer deporte donde todo el mundo se encuentre en condiciones de igualdad, seguro para todos los tipos de géneros, que cuide la salud física y mental y que ayude a establecer relaciones entre personas procedentes de mundos diferentes. Las nuevas instalaciones tendrán piscina, jacuzzi, sala de actividades dirigidas, un espacio polivalente para fitness, cafetería y centro social, además de vestuarios, baños, enfermería, lavandería, etc. En total, serán más de 700 m² de equipamiento deportivo en el sótano, 300 m² más en la planta baja y 222 en la planta altillo.
El gimnasio funciona de forma temporal en un local de la calle Floristes de la Rambla 10, donde atiende cada mañana a un centenar de personas que van para ducharse, coger ropa limpia y recoger una o dos comidas. Por la tarde, el equipamiento está abierto como gimnasio, con cuotas que van de los 0 a los 26 euros en función de la capacidad adquisitiva de cada socio.
Su origen se remonta a los años 40, cuando acogió la primera piscina pública clorada de Barcelona a la vez que ofrecía servicio de duchas a los vecinos del Raval, muchos de los cuales no tenían agua corriente en sus pisos. Con el paso del tiempo y la mejora de muchas viviendas de la zona, el proyecto de 'baños públicos' fue perdiendo sentido y, durante años, el equipamiento fue sede de los entrenamientos del Club Natació Montjuïc. En 2012 fue a la quiebra y las trabajadoras recuperaron la empresa, la transformaron en cooperativa y crearon un proyecto social, orientado al barrio, y donde todo el mundo tenía cabida. Con la pandemia, el gimnasio se puso al servicio de las personas más desfavorecidas de la ciudad, ofreciendo una ducha, ropa limpia, comidas, mascarillas, etc.
El año 2021 un acuerdo público-privado salvó el Sant Pau. El Ayuntamiento de Barcelona y Jaume Roures firmaron un acuerdo para comprar el edificio, mantener el proyecto del gimnasio social y construir 36 viviendas para personas en riesgo de exclusión y salvarlo de un desahucio que incluso tenía fecha asignada. Con el inicio de las obras, los proyectos arquitectónico y social se ponen en marcha para entrar en funcionamiento el año 2026. Cuando venza el plazo de 55 años previsto en el acuerdo, los pisos pasarán a formar parte del parque de vivienda de titularidad municipal.