La Torre del Fang de la Sagrera (distrito de Sant Andreu) es uno de aquellos inmuebles de Barcelona que a pesar de tener un proyecto de futuro, en este caso integrarse en el parque lineal que cubrirá las instalaciones ferroviarias en torno a la futura estación de la Sagrera, hace años que está en un estado de abandono preocupante, en el que incluso ha vivido episodios de ocupación. Se trata de una masía fortificada situada en la calle del Clot con Espronceda, junto al puente de Bac de Roda y desde hace años afectada por las obras de nunca acabar del mencionado futuro parque lineal.
Ahora, mientras se alarga el "periodo de concreción y diseño del espacio urbano del entorno", el Ayuntamiento de Barcelona ha iniciado las obras de derribo del muro exterior de la Torre del Fang, para proceder a construir un nuevo cierre del solar con una valla adecuada para "proteger mejor el edificio". La voluntad municipal es velar para la protección del patrimonio de la ciudad y con esta obra se pretende proteger el edificio mientras no se concreta su futuro.
Origen medieval
Aunque se desconoce el año de construcción, la Torre del Fang es de origen medieval y se alzó en el camino real que conducía desde el Portal Nou de las murallas de Barcelona hasta las villas de Sant Martí de Provençals y Sant Andreu de Palomar, y formaba parte de un eje que todavía hoy conecta la ciudad romana con las afueras de la ciudad por las calles Bòria - Corders - Carders - Portal Nou - Ribes - Clot - Gran de la Sagrera - Gran de Sant Andreu y la carretera de Ribes, pasando a medio camino por la plaza de les Glòries.
Construida con ladrillo y barro -de donde le viene el nombre-, su uso fue agrícola, a causa de su localización cerca del Rec Comtal. Durante el asedio de Barcelona de los años 1713 y 1714, las tropas borbónicas francoespañolas bombardearon Barcelona desde la torre.
Marcada por el paso del tren
La construcción del ferrocarril, a mediados del siglo XIX, comportó que la Torre del Fang dejara atrás el pasado agrícola y se convirtió en fábrica y almacén de materiales de construcción. A pesar de su mal estado y el hecho de que está tapiada para evitar ocupaciones, la masía tiene, supuestamente, el futuro garantizado, a diferencia de la Torre del Moro de Horta, que amenaza con hundirse. Con todo, este futuro todavía está pendiente de definición, ya que más allá de integrarse en el parque lineal de la Sagrera todavía no se ha determinado cuál será su uso concreto, probablemente algún tipo de equipamiento público.
La iniciativa de reforma de la Torre del Fang y sus entotornos viene de ERC y está incluida dentro de la partida de 30 millones para rehabilitar edificios singulares que ese partido acordó con el gobierno municipal en el presupuesto de 2021.