La transformación del recinto fabril de Can Ricart, en el barrio de Provençals de Poblenou, en el distrito de Sant Martí, está más cerca de ser una realidad. Después de años de proyectos fallidos y atrasos, este jueves el Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado definitivamente el proyecto de urbanización de los 18.000 m² de espacios de uso público que rodean la antigua fábrica de Can Ricart. El proyecto prevé "crear nuevos itinerarios para los peatones, espacios de estancia y hasta 3.500 m² de espacios verdes" en el área comprendida entre las calles de Marroc, Bilbao, Perú y Espronceda, que equivale al espacio de cuatro manzanas del Eixample. Las obras, que tendrán un coste de 12,8 millones de euros provenientes del sector privado, empezarán a partir de la primavera de 2024 y se prevé que se acaben a principios del 2025.
El objetivo del consistorio es "crear un nuevo espacio público de calidad y abierto al barrio" para poner en valor el patrimonio histórico que representa la antigua fábrica textil de Can Ricart —catalogada como bien cultural de interés nacional— y al mismo tiempo religarla con su entorno. Así, la urbanización definirá los accesos al recinto y creará "espacios de estancia" y recorridos para peatones con el fin de conectar los diferentes equipamientos que conviven en este emplazamiento de la zona norte del 22@. En concreto, se urbanizarán las aceras de las calles que definen el perímetro exterior y se creará una nueva entrada en la calle Bolivia. En el espacio interior se pavimentará con baldosa cerámica de varios colores que servirá para diferenciar las partes de las naves derribadas hace años. Otro de los ejes del proyecto es incrementar el verde, y así se plantarán unos 110 árboles y se instalarán parterres. En el extremo próximo en la encrucijada de las calles de Bilbao y Marroc se ubicará una fuente ornamental en forma de "balsa naturalizada", es decir, como si fuera un estanque.

En cuanto a las naves de lo que propiamente era la fábrica, que se han deteriorado gravemente con el paso de los años, se prevé la rehabilitación de los edificios destinados a la Universidad de Barcelona para impulsar el proyecto del Campus de las Artes, y otras edificaciones para oficinas y usos municipales. También se prevé la construcción de una residencia de estudiantes y de viviendas privadas, además de la promoción existente de vivienda pública en la calle Bolivia con la calle Espronceda. Durante las obras, además, se documentarán todos los restos arqueológicos que se localicen.
Un bien de interés nacional relegado por el Ayuntamiento
Construida a mediados del siglo XIX, la antigua fábrica Can Ricart fue una de las primeras fábricas de estampación mecánica de tejidos de algodón en Catalunya y de las primeras grandes fábricas de vapor del Poblenou. La actividad industrial que se desarrollaba, aunque fue cambiando a lo largo de los años, se mantuvo hasta el 2006, cuando cerró definitivamente. Poco después, la fábrica se declaró bien cultural de interés nacional (BCIN) en la categoría de conjunto histórico, protección que comparte con la Sagrada Familia y que la salvó del derribo, pero que en la práctica no ha supuesto una protección real del recinto, ya que el único equipamiento municipal en activo es el Casal de Joves de Can Ricart.
El resto de propuestas para darle un nuevo uso a lo largo de los años quedaron en papel mojado. Es el caso de la Casa de las Llengües o el Parque de las Humanidades y las Ciencias Sociales, que nunca se llegaron a materializar. El año 2015, el consistorio cedió 6.800 metros cuadrados a la Universitat de Barcelona para que esta desarrollara el Campus de las Artes, un proyecto que pretende potenciar los estudios artísticos superiores a Catalunya. Aunque la UB y la conselleria de Educació firmaron un acuerdo para reimpulsarlo ahora hace un año, todavía falta resolver la cuestión de la financiación.