El arzobispado de Barcelona ha dado luz verde al derribo de la iglesia del Espíritu Santo, situado en la Travessera de Gràcia, una vez el arzobispo, cardenal Joan Josep Omella, ha firmado el decreto que permite la desacralización del templo, un paso necesario para el derribo y que ya estaba previsto en el marco de la reconversión del solar para usos universitarios. Ahora bien, este decreto ha ido acompañado de otro todavía más significativo, Omella ha apartado al mosén Josep M. Llorca Albero, hasta ahora rector de la parroquia y que había apoyado a los feligreses que querían evitar la demolición.
En un conciso comunicado dado a conocer el miércoles por la noche, se señala cuatro disposiciones del arzobispado. La primera de ellas es que "la Iglesia parroquial del Espíritu Santo, situada en la Travessera de Gràcia, 401, de Barcelona, pierde el carácter de lugar sagrado en su totalidad", hecho que permitirá el derribo. En segundo lugar se anuncia, tal como estaba previsto, que "la iglesia del Hospital de Santa Creu i Sant Pau, situada en la calle Sant Antoni M. Claret, 167, de Barcelona, ejercerá las funciones de iglesia de la parroquia del Espíritu Santo, de Barcelona".
Ahora bien, si las dos primeras disposiciones ya estaban previstas en el marco del derribo y futura construcción de un centro universitario, las otras dos no eran tan previsibles. La tercera anuncia que "mosén Melcior Trèmols Capo es el encargado de ejercer las funciones pastorales de la parroquia del Espíritu Santo en la iglesia del Hospital de la Santa Creu i de Sant Pau de Barcelona", mientras que la cuarta dispone que "mosén Josep M. Llorca Albero, como consecuencia de la actitud mantenida, pierde el oficio de rector de la parroquia del Espíritu Santo y es suspendido del ejercicio de todo acto de potestad de orden (suspensión a divinis)".
La suspensión a divinis es una figura del derecho canónico que a efectos prácticos inhabilita de sus funciones actuales al cura Llorca Albero, ya que dejará de ser rector, y en este caso lo hace explícitamente por "la actitud mantenida". Es decir, las muestras de apoyo ante el colectivo de feligreses que trata de evitar el derribo. De hecho, a mediados de abril la Asociación de Amigos del Templo Parroquial del Espíritu Santo de Barcelona interpuso una demanda para evitar el derribo del edificio, donde se ha planificado construir el nuevo edificio de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Blanquerna - Ramon Llull. Hay que tener en cuenta que el templo contiene un vitral monumental, de unos 200 metros cuadrados, obra del taller Raventós de 1965, que también está destinado a la demolición, ya que no tiene ningún tipo de catalogación o protección.