Jaume Collboni ha retirado la votación de los presupuestos al constatar su soledad en el Ayuntamiento, ya que la oposición le ha tumbado sus primeras ordenanzas fiscales este miércoles. Ha sido el teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, quien ha anunciado la retirada del orden del día de la Comisión de Economía y Hacienda la aprobación inicial del proyecto de presupuesto del Ayuntamiento de Barcelona para 2024 justo antes que se tuviera que empezar el debate ante el "no" anunciado por todos el resto de grupos. Así, se evita que también sean rechazados y los puede volver a presentar a la comisión extraordinaria en noviembre.
Valls ha justificado la decisión en la necesidad de tener "más tiempo para dialogar" y ha reprochado a los grupos que hasta ahora hayan hecho este elemento "bastante difícil". De hecho, ha lamentado que "las dos principales fuerzas políticas que tienen capacidad de dar estabilidad al gobierno" se planteen o entrar en el gobierno o quedarse en la oposición —en referencia a Junts y los comunes. También ha considerado que se ha paralizado el diálogo y ha reivindicado la voluntad de dialogar del gobierno: "Tenemos la fuerza política que tenemos con un marco de 10 concejales sobre 41, pero también tenemos claramente la necesidad y responsabilidad de echar hacia adelante el proyecto".
Las críticas de la oposición
Ante las alusiones, el concejal de Junts Ramon Tremosa ha instado al teniente de alcalde de Economía a "revisar la votación de la investidura" y el representante de los comunes Jordi Martí ha afirmado que este era el "fracaso indiscutible del gobierno de Collboni". Por su parte, Jordi Castellana (ERC) ha recordado que los republicanos pedían una negociación de las cuentas para debatir sobre todo el modelo de ciudad. La popular Àngels Esteller ha dicho que esperaban encontrar el "compromiso real de cambio que hizo al PSC al presentarse a las elecciones" y el ultraderechista Gonzalo de Oro Pulido ha constatado la soledad de los socialistas.
Todo ha empezado con el "no" a las ordenanzas fiscales, en el trámite de la Comisión de Economía y Hacienda de este miércoles. El gobierno municipal presentó la semana pasada su proyecto para el 2024, que se tenía que someter a aprobación provisional en esta comisión para aprobarse antes de finales de año porque no pueden prorrogarse. Pero Junts, los comunes, ERC, el PP y Vox han votado en contra y la propuesta continuará su trámite en el pleno de este octubre. Si no se aprueba, el proyecto caerá y ya no se podrán tramitar para que entren en vigor el 1 de enero de 2024.
El "no" a las ordenanzas
Con respecto a las ordenanzas fiscales, el teniente de alcalde de Economía ha expuesto ante todos los grupos de la oposición el proyecto que ya presentó la semana pasada. Ha destacado que el objetivo es no incrementar la presión fiscal y aumentar la fiscalidad del turismo, subiendo al máximo la tasa turística tanto en cruceros de corta estancia como en pisos turísticos. Asimismo, ha remarcado la tasa de terrazas a la cual se llegó este martes a un acuerdo con el Gremi de Restauració para que se establezca de manera progresiva.
Todos los grupos han mostrado su rechazo. Tremosa ha considerado que las ordenanzas son "demasiado continuistas" y que es necesario ir más allá, a la vez que ha reprochado que el gobierno de Collboni actúe como si tuviera mayoría en el ayuntamiento. Martí se ha mostrado en desacuerdo con la reducción del IBI, por el esfuerzo "muy tímido" con la tasa turística y por el acuerdo con el Gremi de Restauració para la tasa de terrazas. Castellana ha recordado la importancia de tener una política fiscal propia para Barcelona, ha hablado de la tasa Amazon y ha lamentado que el acuerdo "diluye el sentido inicial de la propuesta". Esteller se ha mostrado en contra de incrementar la tasa turística en cruceros de corta estancia y de mantener la tasa de recogida de residuos, así como ha pedido una rebaja de la presión fiscal. De Oro-Pulido también ha criticado la propuesta por "continuista" para no ver bajadas de impuestos y ha considerado que la bonificación de la tasa de terrazas se tendría que alargar al menos hasta el 2025.