El proyecto de construir una residencia privada para mayores en la finca denominada la Selva, situada en el barrio de la Font d'en Fargues del distrito de Horta-Guinardó, y singular por ser un espacio semiforestal de más de una hectárea de superficie y con una casa modernista, ha sido suspendido por el plenario municipal del Ayuntamiento de Barcelona, a petición de los propios promotores, con la voluntad de que se pueda llegar a una solución de consenso que permita compatibilizar la residencia con zonas de acceso público. Un balón de oxígeno, al menos temporal, para los vecinos, que reclamaban el paro del proyecto y la conversión de la finca en un nuevo parque de la ciudad.

Después de que la semana pasada un importante grupo de vecinos y miembros de colectivos que ocupan el inmueble de la finca, organizados en la plataforma Salvem el Patrimoni, Salvem la Selva, elevaran la voz para evitar la desaparición o privatización de la Selva —que, en todo caso, es de propiedad privada— el plenario de febrero ha aprobado por unanimidad la suspensión del Plan Especial Urbanístico (PEU), que ya había sido aprobado inicialmente, a la espera de que los promotores de la residencia de mayores, que los vecinos consideran "de lujo" pero que tendrá plazas concertadas, presenten un nuevo proyecto que incluya el uso público de parte de la finca.

En este sentido, Lluís Rabell, concejal de Horta-Guinardó, ha recordado que se ha debatido la suspensión "a demanda del promotor" y teniendo en cuenta las alegaciones presentadas en cuestiones como la protección del "arbolado y los elementos arquitectónicos" y dando tiempo ahora para "concretar una propuesta de arbitrar una zona ajardinada a partir de la cual puedan tener acceso los vecinos del barrio". Sin embargo, esta propuesta podría resolver algunas de las demandas vecinales, pero no la de los colectivos que ocupan el edificio de la finca, que quieren seguir haciendo uso de ella. En todo caso, el propio Rabell ha defendido la futura construcción "de una residencia que estimamos como un equipamiento necesario y que se ajusta a los requisitos", apuntando a que durante marzo habrá una "propuesta conveniente" por parte de la propiedad, defendiendo la oportunidad para encontrar "un punto de encuentro que haría compatibles algunas aspiraciones del vecindario y el futuro mismo de la residencia".

Los demás grupos han votado de forma unánime la suspensión del PEU. En nombre del grupo mayoritario en el plenario, Junts per Barcelona, el concejal Damià Calvet ha apuntado que el equipamiento es "necesario", pero que hay que pedir al promotor que "entienda que es un entorno singular y que hay que ser sensible" y se ha mostrado confiado en que, con esta suspensión, se pueda encontrar "la mejor solución posible".