El emblemático paraje natural de Sant Miquel del Fai, situado en los Cingles de Bertí, en el municipio de Bigues i Riells (Vallès Oriental), reabrirá al público el próximo 15 de abril después de estar cinco años cerrado. Así lo ha anunciado la Diputación de Barcelona, propietaria de todo el recinto desde el 2017, después de las obras de condicionamiento en el recinto, que han supuesto una inversión de 5.453.624 euros con el objetivo de que los visitantes tuvieran las máximas garantías de seguridad en un entorno caracterizado por los saltos de agua y con impresionantes precipicios, que son precisamente los elementos que dan carácter y relevancia al paraje.
Aunque en diciembre del 2022 se adelantó que la fecha de apertura sería este mismo mes de marzo, este jueves se ha dado a conocer la fecha definitiva, que será justo el fin de semana después de Semana Santa. Así lo ha anunciado la presidenta de la Diputación de Barcelona, Núria Marín, en una visita de final de obras al complejo, acompañada de la alcaldesa de Sant Feliu de Codines, Mercè Serratacó —el acceso a Sant Miquel del Fai se hace por este municipio—; el alcalde de Bigues i Riells, Joan Galiano; el primer teniente de alcalde de Sant Quirze Safaja, Lluís Piella; y el presidente del Consejo Comarcal del Vallès Oriental, Emilio Cordero.
Sant Miquel del Fai está integrado dentro del futuro Espacio Natural dels Cingles de Bertí, que se sumará a la Red de Parques Naturales de la Diputación de Barcelona, y en una primera fase, el recinto abrirá los fines de semana y los días festivos, con un aforo limitado de 200 personas, y la visita será gratuita pero con reserva previa. Marín ha recalcado que la apertura se hace "ordenadamente, con entradas controladas y con la máxima seguridad", y que se hace recuperando el espacio "con un respeto máximo al entorno y a la evolución climática".
Condiciones de seguridad
Desde la adquisición de la finca, en el año 2017, la Diputación de Barcelona ha priorizado las condiciones de seguridad del recinto con grandes intervenciones centradas en la protección de los riesgos geológicos de desprendimientos de piedras, especialmente en la estabilización de taludes y en el saneamiento de los riscales. Asimismo, también se han renovado las barandillas y los cierres de protección de todo el recinto, con el objetivo de garantizar la seguridad de los usuarios con propuestas respetuosas con el patrimonio natural, paisajístico e histórico del recinto. Otra intervención ha sido el condicionamiento del camino y recorrido interior para recuperar los desperfectos provocados por los aguaceros del otoño de 2018 y del temporal Gloria de 2019, volviendo a poner en servicio áreas concretas de las grutas que hay en torno al lago.
Además, se han reformado todas las conducciones e instalaciones del alumbrado, para adaptarlas a las normativas de seguridad, sostenibilidad y respeto al entorno natural y renovado y adecuado de las instalaciones de baja tensión, para su legalización. También se ha adecuado el aparcamiento y el espacio de acogida de visitantes, con actuaciones para condicionar la llegada al recinto y el espacio para vehículo y revertir las deficiencias de instalaciones y pavimentación.