La Exposición Internacional de 1929 fue todo un revulsivo para la ciudad de Barcelona y en especial para la vertiente de Montjuïc más próxima a las zonas urbanas. Allí se abrió la avenida de Maria Cristina como la gran vía de acceso a un recinto ferial que daba la bienvenida con las dos Torres Venecianes y que quedaba coronado por el Palau Nacional, actual sede del Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC). A ambos lados, una serie de palacios y pabellones que han dado servicio durante casi cien años y que, con varias renovaciones a lo largo de los años, actualmente componen el espacio ferial de Montjuïc, que todavía acoge todo tipo de usos. De hecho, uno de los más recientes ha sido la habilitación del pabellón Rius i Taulet como a punto de vacunación masiva contra la covid.
Con todo, muchos de los pabellones han quedado obsoletos y el espacio se ve ya en la necesidad de pasar página a 1929 y encarar el futuro con un proceso de transformación que viene obligado por la finalización de la concesión municipal a Fira de Barcelona, actual gestora de los recintos, que expira el 31 de diciembre del 2025. La intención del ayuntamiento, anunciada el pasado noviembre, de remodelar urbanísticamente todo el recinto ha tomado forma con un primer proyecto que se ha podido visualizar esta semana y que prevé, en líneas básicas, adelgazar y al mismo tiempo modernizar el espacio ferial y destinar el resto de suelo a vivienda y equipamientos sociales.
Ya en noviembre se anunció la apertura de un proceso participativo abierto a la ciudadanía con las premisas de remodelar urbanísticamente el recinto, pero sin cuestionar la permanencia de la Fira. En aquel momento, la segunda teniente de alcaldía, Janet Sanz, señaló que "casi 100 años después de su construcción", hacía falta que el espacio ferial dejara "de ser un recinto y pase a ser ciudad", manteniendo la actividad económica de la Fira pero al mismo tiempo con "sensibilidad" a las necesidades de la ciudad. El proceso participativo ha recibido propuestas de todo tipo, incluido un Museo del Transporte que, de momento, ha quedado fuera del proyecto.
Menos espacio para la feria, pero renovado
El punto central de esta renovación es el adelgazamiento del espacio ferial, que actualmente ocupa 130.000 m² de suelo -viales incluidos- y que pasaría a ocupar 70.800 m², es decir, un 53%. Eso sí, con espacios "más flexibles, eficientes, compactos y modernos", según ha informado el Ayuntamiento de Barcelona. A efectos prácticos eso significaría la conservación del Palau de Comunicacions i Transports, la construcción de un nuevo pabellón en el espacio de los actuales Palau de Congressos y Pavelló Rius i Taulet y la remodelación del Palau de la Metal·lúrgia, que quedaría seccionado por el medio para abrir una nueva calle. Todos estos espacios tienen fachada a la avenida Maria Cristina, que permanecería así como eje central del espacio ferial, el cual mantendría su imagen de entrada, con las Torres Venecianes y los dos palacios con fachada en la plaza de Espanya.
La propuesta cuenta con el visto bueno de Fira de Barcelona, que ha destacado la oportunidad de modernizar las instalaciones, que trae implícita una prórroga de la concesión. El director general de Fira de Barcelona, Constantí Serrallonga, considera que la propuesta comporta un equilibrio que permite combinar "la actividad ferial con vivienda, equipamientos y otros usos ciudadanos", y ha destacado que eso permitirá "renovar y modernizar nuestras instalaciones para convertirlas en un espacio singular del siglo XXI, aportando al mismo tiempo nuevos valores a los vecinos y a toda la ciudad", que además, se combinará con la ampliación, ya en marcha, del recinto ferial de la Gran Vía.
¿Qué pasará con el resto del espacio?
La redefinición del recinto ferial supondrá la liberación de 50.000 m² para ser destinados a nuevos usos, que se repartirán en 13.350 m² para vivienda pública, 22.000 m² para equipamientos públicos y 23.225 m² de zonas verdes y viales. Además, habrá 4.350 m² de espacios vinculados a la Fira que servirán para potenciar otras actividades económicas. La zona de viviendas se construirá en la zona que actualmente ocupa el pabellón situado en el Paral·lel y la calle Lleida, habitualmente en desuso y que será derribado. La previsión del ayuntamiento es dar cabida a cuatro edificios con medio millar de viviendas, un nuevo barrio que conformaría una extensión del Poble-sec.
A la propuesta de viviendas en el lado que toca al Poble-sec hay que sumar una reformulación de los viales, que tienen como objetivo principal conectar por el actual espacio del recinto ferial dos barrios que hasta el momento casi han vivido de espaldas: la Font de la Guatlla y el Poble-sec. La intención es ceder espacio de la plaza del Univers -la gran plaza que hay dentro de la Fira, habitualmente cerrada al público- a los nuevos pabellones a cambio de abrir una nueva calle de uso público que conectaría la zona de las nuevas viviendas con la avenida de Maria Cristina. Al mismo tiempo, el Palau de la Metal·lúrgia se partiría en dos, dando continuidad a la nueva calle que llegaría a conectar con la calle de Mèxic.
Prolongación de la calle de la Guàrdia Urbana
A esta reurbanización de la zona se añadirá la prolongación de la calle de la Guèrdia Urbana, que actualmente finaliza en la avenida de Rius i Taulet y que, con el derribo del palacio de la calle Lleida y la construcción de los bloques de viviendas se podrá alargar hasta el Paral·lel, conectando allí con la calle Sepúlveda y la avenida Mistral. También se mejorará la conectividad con el Eixample en la zona de las viviendas, con viales nuevos que conectarán con las calles de Floridablanca y Tamarit. Todos estos cambios comportarán también la mejora de la movilidad en las calles de Lleida y Mèxic, que está previsto que pasen a ser de sentido único.
Todo ello supondrá dedicar más de 23.000 m² a zonas verdes y para peatones, de manera que todo el entorno, que también preverá la implementación de una nueva red ciclista, captará mucho más protagonismo del verde, convirtiendo el entorno en más amable y al mismo tiempo, más integrado en la ciudad, alcanzando así uno de los objetivos de la reforma, mejorar la asimilación de toda la zona en la trama urbana de Barcelona, dejando atrás un uso casi exclusivo como espacio ferial a uno que potencie las relaciones vecinales y que igualmente, acerque la montaña de Montjuïc a la ciudad de Barcelona, conservando, eso sí, el carácter monumental de buena parte del espacio.
De hecho, por encima de Rius i Taulet no hay previstos cambios importantes. De entrada la parte de la Font Màgica y el Pavelló Mies van der Rohe no sufrirán ningún cambio, mientras que los dos grandes palacios, el de Victòria Eugènia i d'Alfons XIII también se mantendrán, aunque con algunos cambios. El de Victòria Eugènia se destinará a equipamientos, en concreto a acoger una necesaria ampliación del MNAC, mientras que el de Alfonso XIII permanecerá dentro del ámbito ferial como hub del ámbito cultural y Nou Palau de Congressos. Finalmente, el pabellón de Itàlia -el que tiene forma de hangar- será un equipamiento deportivo.
Horizonte 2029
Según ha informado Fira de Barcelona, todas estas novedades podrían estar terminadas en el marco del centenario de la Exposición Internacional de 1929, es decir, con el horizonte fijado en el año 2029. De esta manera, la ciudad podría cerrar el círculo de la gran reconversión que tuvo la capital de Catalunya hace un siglo con una nueva operación urbanística que, a pesar del carácter limitado, permitiría relanzar el espacio en una asociación entre la Fira de Barcelona -que mantendrá un 53% de suelo para sus usos- y la ciudad, con más vivienda, más zonas verdes y mejor conectividad entre los barrios adyacentes. Todo, una manera de pasar página en 1929 con la vista puesta al futuro.